Soy la número 2 [saga Arévalo #4]

Capítulo 21

Maximiliano.

Lena estaba sorprendida que no reaccionaba, su madre no dejaba de abrazarla acompañada de lágrimas y ¿sus hermanas?, se unieron al abrazo y el llanto y a eso sumenle el ahuyido de la pulga que decían era el perro de la casa, miré hacia el lugar donde estaba el jefe de seguridad, él asintió.

Pasado un rato de llanto,las mujeres se separaron, Lena las miraba pero estaba callada.

- Mi niña, no sabes cuánto te he buscado y le he pedido a Dios que me concediera verte.

Lena miró a su madre pero sus ojos se posaron al lado de la puerta, la miré con atención.

- ¿Don José?

Todos los ojos volaron donde estaba el detective de pacotilla junto a Gastón Clark y por supuesto la seguridad de Salomón que custodiaban la puerta, ahí nadie salía sin que yo diera la orden.

Lena avanzó dos pasos pero los brazos de Sébastien la detuvieron.

- Lena, aquí está tu madre y tus hermanas ¿y tú te alegras por ver a un desconocido?

Ella miró a su esposo.

- Él me visitaba siempre - Sébastien la sujetó por el brazo - Maximiliano dile la verdad a los aquí presentes.

- Lena, tú realmente fuieste robada de tu cuna cuando tenías tres meses de nacida - ella desvío la mirada - He revisado la información que me envió la policía, tú madre desde el momento que se dio cuenta que desaparecistes avisó a la policía, todos estos años te ha buscado sólo que contrato a un delincuente que vendería a su propia madre por dinero.

Lena miró a Mario Portillo a quién lo tenían sujetado.

- Mi amor, te he buscado desde el día que desapareciste - Lena no miraba a su madre, estaba procesando la información.

-¿Sabes cuántas veces soñé en que llegabas por mi? pero eso nunca paso, don José me abrió los ojos, si yo estaba ahí era porque tú no me amabas, me hizo darme cuenta que no podía vivir con esa esperanza, desde ese día me olvide de la mujer que me trajo al mundo...

- Lena - Sébastien se acercó y tocó su mejilla, era mejor que él le diera la noticia - Don José te enveneno para que nunca buscarás a tu madre y descubrieras la verdad.

- ¿De qué hablas Sébastien?

- Don José como tu lo llamas, es tu verdadero padre Gastón Clark.

El aludido no se había podido mover porque los de seguridad desde que entraron los apresaron y los obligaron a estar en silencio.

Lena miró sorprendida a su padre, lágrimas descendieron por su rostro.

- ¿Porqué?, sabias cuanto sufría en ese lugar, conocías mi sueño de querer un hogar y aún así no tuviste piedad de tu propia hija.

Andrea y sus hermanas no dejaban de llorar, había sido una noticia impactante,lo mismo me pasó cuando descubrí la foto que le tomó la profesora a Lena junto a "don José" y destino ó no, estaba en medio de dos hojas que se habían pegado, suponía que le dejaron caer agua pero se podía distinguir el rostro del padre de Lena.

- Deberías estar agradecida, jamás permití que te adoptarán no sabemos a que lugar te hubieran mandado, te quite las estupideces que habitaban en tu cabeza...

-Maldito - Sébastien se abalanzó sobre Gastón y le dio un puñetazo partiendole el pómulo - Un hijo no se regala - Salomón sujetó a su gemelo.

Andrea que había permanecido llorando, caminó hacia él mientras se secaba las lágrimas.

- Me hiciste tanto daño, por años me atormentabas culpandome por la desaparición de Elizabeth cuando tu sabias donde estaba, ¿pero porqué hacerle esto a tu propia hija?

- Lo merecías por haber arruinado mi negocio - miró con odio a Andrea - Tenías tres mocosas idénticas. Que faltará una no había diferencia porque te quedaban dos, iba a venderla a una pareja que no podían tener hijos, me iba a hacer rico con lo que me pagarían pero tú lo arruinaste todo, pusiste en sobre aviso a la policía,  fueron a todos los orfanatos,pusieron avisos en todas las fronteras, no podía sacarla del país por tu culpa, la pareja esperó un año pero tú no dejabas de insistir con la policía, así que no cerraron el caso jamás, se retiraron pero conseguí otra pareja pero seguías insistiendo.

Andrea se acercó y le dejo ir un bofetón que se lo merecía.

- Un hijo no se vende,puede que sean tres idénticas pero cada una es única.

- Me gustaría decirte que te odio pero hasta el odio es un sentimiento y tú no mereces ningún sentimiento - murmuró Lena.

 




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