Maximiliano
- ¿Qué pasó con tu novia muchacho?- se sentó en frente mío - Se fue sin decir nada.
- Me dijo que necesitaba tiempo - tomé agua de mi vaso.
-¿Tiempo para qué?
No respondí por que entro Andrea junto a Eloise.
- Buenos días - Andrea se veía feliz, se notaba mas joven, la culpa había hecho estragos en ella.
Mi tio se puso de pie y le retiro la silla, yo hice lo mismo con Eloise, ver a las hermanas idénticas a Elena me partía el alma, nos encontrábamos en la casa de Sébastien.
- ¿Qué pasó con tu hija?- ese era mi tio alguien tan directo, miró a Andrea esperando su respuesta.
- No he hablado con Elena, sé que está en casa de mamá pero no me dijo la razón.
Mi tio dejó su desayuno y miró a Andrea.
- ¿Abandono a mi sobrino? Se habló de una boda y ella desaparece sin decir nada.
Lena entró al comedor con Marco quien se había apegado mucho a su abuela Andrea.
- ¿Pasa algo don Victor?
- Rstoy preguntando a tu madre si tu hermana abandono a mi sobrino - Lena se sentó y también miraba a su madre.
- Elena seria incapaz de abandonar a Maximiliano sin decirselo - suspire, Andrea no tenia por que estar pasando por el interrogatorio de tio Víctor quien literalmente me quería como a un hijo.
- Tio, deja desayunar a Andrea - ella me miró agradecida.
Eloise desayunaba sin prestarnos atención aparentemente, era una mujer callada pero algo me decía que era una fiera, su mirada era la de una mujer inteligente aunque la escondía detrás de sus gafas que parecía las eligio para arruinar su belleza.
- Yo te diré - seguía comiendo sus tostadas, enarque una ceja no sabia si realmente había hablado - Mi hermana es una pendeja.
-¡Eloise! - su madre se había puesto roja de la vergüenza.
- No te preocupes Andrea estamos acostumbrados a esas palabras y aún peores con mi hijo Salomón.
Eloise se encogió de hombros.
- Como te estaba diciendo la pendeja de Elena cree que tu familia la rechazará por lo que hizo Gastón, los considera unos snob.
Me sorprendi por las palabras de Eloise, ella no se había marchado porque no quería estar conmigo, lo había hecho por miedo al rechazo.
- Bien, esa muchacha no nos conoce, obviamente jamás la rechazaríamos por la maldad de ese hombre, todas ustedes fueron víctimas de su codicia, y tú - sujetó la mano de Andrea - Sufrias su maltrato al culparte pero gracias a Dios son libres de esa lacra.
Eloise miró la mano de su madre en medio de la de mi tío Víctor, levantó ambas cejas y siguió comiendo.
-¿Qué harás Maximiliano? - Lena esperaba atenta mi respuesta.
- Buscarla
Ella sonrió.
- Supongo está noche no estarás en el cumpleaños de Sébastien y Salomón.
Me pasé la mano por el pelo, había olvidado la fiesta que harían en la casa de la playa, era el primer cumpleaños después de cinco años que los gemelos lo volverían a celebrar juntos, aunque Salomón desconocía la celebración.
- No te preocupes muchacho mis hijos mejor que nadie comprenderán por que no asistirás - sonrei agradecido a mi tio - ¿Ustedes nos acompañarán verdad?
Andrea miró con pena a Lena.
- Mi amor sé que es el cumpleaños de tu esposo pero me gustaría acompañar a Maximiliano, llevó años sin hablar con mamá, todos eramos sospechosos por tu desaparición y Gastón solo echaba leña al fuego.
Lena se levantó y le dio un beso a Andrea.
- No te preocupes mamá, otro día iremos juntas, quiero conocer a mi abuela.
- Gracias por comprender Lena, espero no te moleste Maximiliano.
- No me molesta - Eloise me miró y me sonrió.
- Aunque te moleste no lo dirás, tienes que cargar con la suegra y la cuñada.
Solté una carcajada, una vez Elena me dijo que Eloise era diferente a ella pero realmente las trillizas Clark eran iguales, no tenían pelos en la lengua.
- Te aseguro que por muy suegra y muy cuñada que sean si me molesta lo digo, no lo calló .
- Me agrada escuchar eso.
- Saldremos en media hora para que estén listas.
Me levanté y salí a hacer mi bolsa de viaje, Lena había comprado ropa a lo loco para su madre y su hermana, me alegraba verla feliz, ella crecio sola pero abrió su corazon para su madre y sus hermanas.
Elena
- Estoy de acuerdo con Eloise, eres una pendeja.
- ¡Abuela!
- Abuela nada, Gastón es Gastón, no pueden culparte por el ambicioso de tu padre, no pierdas a un buen hombre por tu padre, ya mucho daño nos ha hecho a todos, no dejes que continué arruinando tu vida.
Senti que las lágrimas salían sin control, llevaba tres largos días sin ver a Max, lo extrañaba.
- Soy una tonta abuela - ella se me acercó y me paso la caja de pañuelos de papel.
- Lo eres hijita pero con el tiempo mejorarás - entrecerré los ojos.
- Dios eres igual a Eloise - ella me miró y me sonrió.
- Espero que sea chispa como yo - enarque una ceja, mi abuela con setenta y cuatro años parecía de cincuenta años, era una mujer muy inteligente y sobre todo alguien cariñoso aunque no se guardaba lo que pensaba.
Se levanto cuando escucho el timbre, me levanté para acompañarla y nuestra sorpresa fue ver a mamá y Eloise en la puerta.
- Mamá perdóname - mi madre se lanzó a los brazos de mi abuela Magdalena, ambas mujeres lloraban desconsoladamente, Eloise las miraba mientras se comía una manzana, típico de ella comer.
Detrás de Eloise vi a mi Max,él avanzó hacia mi y sin decir palabra se abalanzó sobre mi devorando mis labios, ambos nos besamos con desesperación, es increíble como alguien que no es tú familia se vuelve lo más importante en tu vida, por que eso era Maximiliano Arévalo, lo mas importante para mi.
Editado: 02.01.2022