Soy solo una muñeca de trapo

Capítulo 10: ¿Quien me convirtió en príncipe?

La expresión de Lucy era muy aterradora y la poca iluminación del lugar ambientaba la situación actual. Mirando hacia el pasillo en donde estaba Lucy, casi no había luz y solo se podía ver la profundidad del lugar esperando que la oscuridad misma te tragara de inmediato si ponías un solo pie allí.

No quería ver a Lucy con esa cara a si que para salir rápido de la situación solo me disculpé y dije;

-Señorita Lucy, lamento la incomodidad, fuimos muy ruidosos y la despertamos. Me iré enseguida a mi habitación y…

- ¿Incomodidad? – afilo más su mirada y nos miró a ambos juntando las cejas -como si eso fuera cierto

-Lucy solo… -intento hablar Adrián, pero inmediatamente sus palabras fueron cortadas.

-No tienen por qué preocuparse sigan conversando y tonteando por el lugar, la hija de esta casa lo permite -camino hacia las escaleras, llego hasta el escalón en donde estaba Adrián y se detuvo por algunos segundos -sus asuntos no me importa -dicho esto se fue, perdiéndose en la oscuridad de la casa.

Algo andaba mal, las palabras que dijo hace poco se contradecían con las dichas anteriormente.

- ¡señorita Lucy espe…! -las manos de Adrián me detuvieron.

-Espera Emely -me dijo Adrián cerca al oído

- ¿Por qué? -No lo entendía, sabía que algo andaba mal y era mejor aclarar las cosas con Lucy o si no algo malo ocurriría, lo sentía.

-Está bien, no te preocupes y no vallas tras ella.

- ¿Por qué?

Me quede mirándolo muy seriamente. Adrián solo desvió la mirada y se rasco la cabeza algo nervioso.

-Creo que en estas situaciones el que debería salir corriendo tras de ella debería ser yo.

-…. -incline la cabeza hacia un lado - ¿Qué?

-solo confía en mi  dijo Adrián

-bien lo are -suspire -¿entonces que esperas?

- ¿Qué cosa?

- ponte en marcha y ve por ella -solté su mano y lo empujé por los hombros -anda y persíguela, vamos ve.

-…. Este, creo que si voy ahora podría ir directo a mi muerte

-….

-como sea esperare que se calme y mañana se lo explicare con calma.

Tuve el pensamiento que eso solo empeoraría las cosas, pero no podía hacer nada para obligar a que Adrián fuera y hablara con Lucy en este mismo instante, solo podía confiar en él y esperar que arreglara esta situación extraña. Me despedí con unas buenas noches y mientras me dirigía a mi habitación vi como el conductor que nos trajo a la mansión llevaba como costales de arroz -esos que había en la cocina- a Rebeca y Erick. Me les quedé mirando sorprendida por unos cuantos segundos y solo seguí mi camino por el oscuro pasillo, abrí la puerta girando la perilla y cerré la puerta, antes de girar y ver mi habitación respire profundamente, creía que si no lo hacía en cualquier momento me dormiría. Giré mi cuerpo, pero lo que vi no fue mi habitual habitación si no mas bien un castillo que se veía a lo lejos de un camino hecho de piedras de muchos colores, y muchas casitas hechas de ¿dulces? 

- ¿Dónde estoy?

El lugar en definitiva no era mi habitación, el cielo era azul y ninguna nube la cubría, el sol resplandecía en todo su esplendor, hacia calor.

- ¿Acaso he vuelto a la playa? Pero el mar ¿Dónde estaba?

-No hay mar, pero hay un rio si caminas un poco más -una voz a mis espaldas me sobresalto y grite con un ¡hay!

-Hola -una niña de cabello castaño claro y ojos grises me miraba muy atentamente.

- ¿Quién eres tú?

-Eso debería preguntar yo, estoy segura que mi subconsciente no te creo, no recuerdo que hubiera un personaje que se pareciera a ti -me rodeo y me examino con detalle.

-Te pareces a un príncipe.

- ¿Qué?

-Tienes ojos azules y cabello rubio dorado como el oro.

-….

-Aunque está de moda que en estos días los hombres lleven el cabello largo…

-…

- ¡Ya se! Aunque no seas un hombre tendrás el papel del príncipe, solo tengo que imaginarte con un traje adecuado. Tiene que ser majestuoso, debe demostrar tu valentía y actitud dominante, sin dejar de lado esa amabilidad en tus ojos.

- ¿De que estas hablando?

-pues como lo oíste serás el príncipe de mi historia imaginaria en mi mundo imaginario. Después de todo este es un sueño ¡mi sueño! Y aquí todo lo que quiera se hará realidad.

¿Es normal que los niños puedan vernos en sus sueños?

A ver Emely, recuerda tus entrenamientos, en ellos… en ellos nunca tuve contacto directo con los niños por eso no me veían, pero ¿de qué trata este sueño? Aún más importante ¿Dónde está Hans cuando se le necesita? Siempre me regaña por no ser puntual en llegar y ahora míralo a él ¡no hay ningún rastro suyo!

Lo primero era calmarse, deberé seguir el juego de esta niña o ¿tal vez no? ¿Qué are si me involucro más de la cuenta?

- ¿En qué tanto está pensando el príncipe? - dijo la niña

- ¿Príncipe?

-Si ¿no te lo dije antes? ¡eres el príncipe! – dijo alzando sus cortos brazos hacia arriba, su mirada era brillante y alegre -ya tienes el papel y el atuendo ¡solo mírate estas muy lindo!

-…. -me mire con mucho cuidado, en definitiva, mi ropa había cambiado. Tenía puesto alguna especie de uniforme con medallas en el pecho.

¿De qué son estas medallas?

Había una correa en mi cintura en donde reposaba una espada, tenía guantes de medio dedo.

¿Es de cuero?

Mis zapatillas se habían convertido en botas largas del mismo color de los guantes. Me di cuenta al último, pero mi cabello estaba recogido en una cola de caballo, se parecía a cuando la pequeña Ada jugaba conmigo a los trajes de disfraces y me hacía diferentes peinados.

¿No es esta ropa parecida al disfraz que me puso alguna vez? Umm, no estoy segura.

- ¡¿Que esperas príncipe?!

- ¿umm? ¿A qué cosa?

- ¡debes salvar a la princesa del castillo!




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