Estaba absorta en estos extraños sentimientos, algunas cosas eran fáciles de comprender como por ejemplo las clases nocturnas de la escuela, aunque jamás había usado un bolígrafo la tinta se impregnaba con facilidad sobre el papel, era tan natural hacerlo, así como las muchas actividades que hice al regresar a la mansión de los Hamilton como una persona de carne y hueso, pero había muchas veces que me encontraba con obstáculos como estos que me eran muy difícil de digerir, incluso tenerlo en la punta de la lengua saboreando el sabor no podía decir con precisión si era salado, amargo, acido o dulce. Trague saliva conteniendo los gemidos por el llanto, parpadee muchas veces tratando de enjuagar mis ojos, pero…
- ¡bravo, bravo! ¡Les deseo felicidad y que tengan muchos hijos! -los repentinos aplausos de Matilda me despertaron de este breve tiempo de ausencia con la realidad actual. Note que el cuerpo de Hans se puso tenso y luego sostuvo mis hombros para apartarnos de la escasa distancia en la que estábamos.
Me miro con unos ojos llenos de sorpresa por algunos segundos y luego junto las cejas para mirar en dirección de Matilda.
- ¡tu hiciste esto! -dijo de repente
-…. -me quede en blanco
- ¿no se supone que debe ser así? ¡la princesa debe recibir al príncipe con un cálido abrazo! -dijo esto último con brillos en los ojos.
Ah… así que fue por eso
Es extraño, no pude evitar sentirme un poco triste.
En una ocasión Hans me conto que cuando los sueños eran muy intensos, en ellos los niños podían someternos inconscientemente a su voluntad como en esta oportunidad
- “Esto sucede cuando sus sentimientos son profundamente retenidos en el exterior y la única manera de liberarse es cuando duermen. Sus mentes crean un mundo en donde están cómodos.”-Eso dijo.
Arroje mis pensamientos a una esquina y me concentre en la situación actual. Hans y yo suspiramos al mismo tiempo, sacudimos la cabeza con una mano en la cien y nos alejamos a un metro y medio de distancia. No podía evitarlo, pero no podía alejar mi mirada del vestuario de Hans, quería reírme, pero no podía. Aclaré mi garganta, me acerqué a Matilda y me puse a su misma altura.
-Como ya rescaté a la princesa este cuento se acabado. Es hora de despertar doncella -recogí un mechón rebelde para colocarlo a su lugar.
-jejeje -la niña junto sus manitas sonriendo de forma brillante -en verdad te mereces el papel del príncipe ¡actúas como uno!
-jajajajaja gracias
-pero no puedo decir lo mismo de la princesa -se acercó a Hans y alzo sus ojos para mirar la figura de brazos cruzados con el ceño fruncido -a esta princesa le falta delicadeza, aunque tiene una cara hermosa ¡el rostro no lo es todo! ¡Te falta aptitud! -dijo señalándolo con su pequeño dedo.
Esta niña tenía una valentía enorme para hacerle vestir de esa manera y obligarlo a correr para que abrazara a alguien. Estuve nerviosa y me puse en el medio de los dos ocultando a la pequeña niña de Hans.
-ah… jajaja esto… -no sabía que decir, por lo que solo le índice con señas para que sonriera un poco y cambiara esa cara de póker, pero fue inútil, en su lugar solo recibí una mirada aterradora. Suspire resignada por tal hecho.
- ¡Esperen!
Ambos volteamos en dirección de Matilda.
- ¿Ahora qué sucede? -dijo Hans a regañadientes.
-Esto aún no se acabado -la mirada de Matilda se puso azul del miedo.
Me preocupé mucho y corrí en su dirección, pero unas manos oscuras aparecieron detrás de la niña cubriendo su boca y cuello.
- ¡Matilda! -grité, quise sostener su mano, pero mis movimientos fueron detenidos por Hans quien sostuvo mi mano y me arrastro hacia su lado chocando con su pecho plano y firme.
- ¡¿Por qué me detienes?!
-No te muevas -dijo en tono de mando. Sus ojos no me miraron en ningún momento, solo mantuvo la mirada en frente con el ceño fruncido y la vista afilada.
-JAJAJAJAJA PERO QUE ABURRIDO ERES HANS
Una voz distorsionada, como si se tratase de muchas personas hablando juntas se escuchaba en frente.
-SOLO QUERIA CONOCER AL NUEVO MIEMBRO DE LA FAMILIA
- ¿Conocer? ¿Familia? ¡Ja! como si te creyera eso. Suelta a la niña ahora.
-COMO DIJE ERES UN ABURRIDO ¿CÓMO PODRIA SOLTARLA SI TODAVIA NO ME HE COMIDO ESTE DELICIOSO SUEÑO? -la rara aparición sacó su larga lengua oscura para lamer la mejilla de Matilda.
¡no puede ser se la va a comer!
Sin pensarlo me deshice de las manos de Hans y corrí en dirección de Matilda para llevármela
- ¡regresa tonta!
-BIEN, BUEÑA CHICA VEN AQUÍ
Apenas llegue al lado de Matilda, con mis manos sostuve ese oscuro brazo y lo empuje hacia atrás sacando a la niña de sus garras. Desenvaine mi espada y apunte hacia esa rara aparición.
-No te acerques -intente sonar amenazante.