"—Mierda, mierda, mierda, llegaré tarde... ¡Otra vez!
Hoy llegaría tarde, (como siempre), porque las sabanas no querían desprenderse de mí.
Bueno, me llamo Camila, tengo 20 años y no tengo el cuerpo de infarto que tanto deseo, y sí, ya sé que es un estereotipo, que no tiene nada que ver con la personalidad y bla, bla, blá.
Pero, díganme, ¿Quién mierda se cree eso?
En la actualidad, los chicos que conozco no hacen más que fijarse en chicas con un buen cuerpo, y lo admito, algunas son más inteligentes que yo, aunque no me crean, existen chicas que son hermosas e inteligentes.
Como ejemplo, doy a mi amiga Samantha, es una alumna que siempre obtiene sobresalientes y se ve hermosa aunque no sé arregle, (no exagero), en fin, sigo conmigo.
A mis 20, mido 1.54, sí, soy una enana, soy gordita, (lo digo así porque tengo como 8 kilos demás), no me gusta usar ropa ceñida al cuerpo porque me da vergüenza, y no soy bonita, a pesar de que mis amigas digan que sí, (ya sabes, lo hacen para hacerte sentir mejor y por compasión, lo de siempre).
De hecho, en una ocasión las escuché susurrando que estoy pasada de peso y que no me sienta nada bien; son buenas amigas, sí, pero no comparto que no me digan las cosas de frente. Prefiero que me las digan en mi cara, sin filtro.
Es mejor que te duela la verdad, a que te digan mentiras para hacerte sentir bien, y ésto sólo dura un momento.
En fin, corro para ver si logro alcanzar un taxi, ya que en autobús llegaría a la siguiente hora, y necesito llegar en quince minutos.
—¿Por qué coño no hay un bendito taxi vacío?
_"Camila, querida, ¿sERÁ POR QUÉ ES LA HORA PICO?"_—dijo la vocecilla en mi cabeza.
Dios, a veces lamento no haberme comprado una bicicleta, justo en este momento necesito una... No. Necesito una jodida moto.
Al fin logré parar un taxi, me subí, le di la dirección al conductor, (la ruta más rápida, cabe destacar), a lo que llego en veinte minutos, y entro a mi aula justo antes de la docente.
Estamos a mediados de Mayo, por lo que se acercan los exámenes, y yo sigo sin poder llegar, aunque sea, un día temprano.
Sé que debería estudiar poco a poco para no estresarme cuando los exámenes lleguen, pero como me conozco, sé que no lo haré y me la pasaré diciendo "Nos explotan, ¿Por qué abusan de nuestras ganas de estudiar?", y cosas así, siendo yo la culpable por no ponerme las pilas, Diosito, a veces, yo me estreso conmigo misma.
—¡Hola, chicas! ¿Qué tal su fin de semana?—le pregunté a las chicas, cuando me senté cómodamente en el pupitre.
—Pues, yo estuve con Bryan.—Comenta Samantha, mientras hace un gesto de "meh".
Bryan es la pareja de ella, y es un tóxico de primera.
—¿Tú para cuándo?
La misma bendita pregunta de todo el tiempo, "¿Y para cuándo el novio?", bueno, señores, nadie ha nacido para soportar mi carácter, todos los días.
Decidí por ignorar su comentario y prestar atención a la clase.
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—No puedo creer que lo trates así, es decir, ¡No te hizo nada! Y se la pasa mirándote.
Cómo siempre Mariane defendiendo lo indefendible.
Simplemente no dejaré que nadie me trate así, y menos cuando es alguien estúpido.
Para explicar, Génaro, un compañero de clases, que resulta ser un mujeriego de primera, y aparte, un jodido abusador, anda viéndome toda la clase, y no es la primera vez, lo hace desde que empezó el curso, y hoy, más que siempre, me molestó que me haya llamado "puta", por no haber aceptado su invitación, y lo puse en su lugar. Debo admitir que no fue la mejor forma de hacerlo, pero el desgraciado se lo merecía.
—Se lo merecía, y me importa un jodido pepino lo que piensen los demás de mí. Jamás dejaré que alguien me hable así, y él no será la excepción.—Mariane se quedó callada.
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Espero sus comentarios constructivos para mejorar la historia y si les gusta porfa ayúdenme con una estrellita. .. gracias ♡♡