El pequeño pero molesto sonido de la alarma hizo que me despertara sobresaltado, así que, con algo de pereza, me levante de la cama y fui directo al baño para cepillarme los dientes y darme una corta pero refrescante ducha. Cuando termine, busque en mi armario algo de ropa para ponerme; opte por unos pantalones negros, una camisa a cuadros roja con una que otra línea gris y unas Vans del mismo color. Y, para no tener que “intentar” peinar mi descontrolado cabello castaño, tome un gorro gris para poder ocultarlo.
Me lo pongo y me miro al espejo, viéndome de pies a cabeza, para luego mantener mi vista en mis clásicos ojos marrones oscuros. “Espero hoy sea un gran día” digo para mí mismo, algo que siempre hago para darme ánimos. En eso, fui interrumpido por la voz de mi Madre, la cual escuché que gritaba:
−¡¡Matías, baja que se te hace tarde!! −gritó desde el piso de abajo.
−¡Ya bajo! −grite en respuesta. Así que tome mi mochila y revise que todo estuviera dentro; al ver que todo estaba en su lugar, me pase la mochila por mi brazo derecho, hasta dejarla colgada en mi hombro. Me acerco a la puerta, tomo la manija, y la abro para luego cerrarla tras de mi al salir.
Voy por el pasillo hasta llegar a las escaleras, las bajo lo más rápido que mis piernas me permiten con cuidado de no caerme, ya que no me puedo permitir perder más tiempo del necesario. Al bajar me dirijo a la cocina, cuando paso la puerta, mi Padre me da los buenos días. −Buenos días, hijo −dijo sin quitar su vista del periódico que tiene en sus manos.
−Buenos días, Papá −dije sentándome en la silla frente a él, recibiendo así el desayuno que mi Madre había preparado. El cual consistía en un par de huevos fritos, tocino, unas tostadas y un jugo de Naranja; el típico desayuno americano. De pronto mi mirada decae en una de las páginas del periódico que lee mi Padre, la cual tenía el título “Chico de 19 años es encontrado muerto en el bosque”. Me llamo tanto la atención, que no dude en preguntarle a mi Padre que decía la noticia, ya que desde donde estaba no se alcanzaba a leer bien los detalles.
−Papá… −le llame, captando su atención −¿Puedes decirme que es lo que dice sobre esa noticia? −pregunte, a la vez señalando, para que sepa con exactitud a cual noticia me refiero.
Él le de vuelta al periódico, quedando la noticia frente a su vista. −Oh, hablas de la del chico que hallaron muerto en el bosque −dice mi padre, a lo que asiento para que entienda que así es. −Al parecer, por lo que dice, el chico salió de su casa ayer en la mañana y la última vez que lo vieron fue entrando al bosque… −hace una mueca de desagrado antes de continuar, −y hoy, en la madrugada, un grupo de cazadores encontraron su cuerpo descuartizado, dice que fueron lobos…
En ese momento pare de comer, sentí un escalofrió por todo el cuerpo. Lobos, con solo escuchar o hacer mención de dichos animales, me pone nervioso. Si, acepto que me parecen unos hermosos animales, pero tengo miedo de llegar a encontrarme a uno, ya que sé que sería mi fin. El fin de Matías Rowling.
−Jhon, Amor… −mi Madre habla sacándome así de mis pensamientos, se acerca a mi mientras seca sus manos en su delantal, y luego las pone justo encima de mis hombros. −deja de ya contarle esas cosas, que luego no se concentra en clases…
−Pero él fue el que me pregunto…
−Eso no es excusa. −mi Padre, levanta las manos en son de paz, demostrando así que se rinde. Entonces mi Madre toma el plato y el vaso frente a mí, y me dice −Y tú, deberías irte ya a la universidad, o si no se te hará tarde.
Y es cierto, debería de darme prisa e irme, que si no podría llegar tarde. Pero justo antes de irme le pregunto algo más a mi Padre, el cual se estaba levantando de la mesa, para ir a terminarse de arreglar e irse a la oficina.
−¿Papá, sabes quién era el chico? −le pregunto mientras me coloco mi mochila correctamente.
−No, quizás solo era un turista o el familiar de algún vecino −me dice en respuesta, en tanto va al recibidor y toma su saco del perchero, se lo pone y coloca bien su corbata.
−¿Colocaron alguna foto de el en el periódico? −el asiente. Al momento voy al comedor y tomo el periódico en mis manos e inmediatamente veo la foto colocada. Al verla me quedo sorprendido.
No me lo puedo creer, a este chico lo vi ayer cuando iba saliendo de casa para ir a clases, me lo había topado por calle y me había pedido indicaciones para llegar a alguna cafetería. En serio no me esperaba que fuera ese chico, ahora me da algo de pena, hasta algo de culpa puedo decir.
Dejo el periódico sobre la mesa y me dirijo al recibidor, lugar donde se encuentran mis padres dándose un beso. Cuando veo esto, no siento asco como algunos hijos en estas situaciones, al contrario, me hace feliz ver a mis padres amarse. Esto me hace olvidar por un momento lo que le paso a ese chico, pero mi padre al momento me lo vuelve a recordar.
−Entonces, hijo, ¿Reconociste al chico?
−No −respondí inmediatamente a su interrogante, para así no continuar con el tema. Él toma su maletín, el cual le está entregando mi madre, mira el reloj que tiene en su muñeca para luego dirigirse a mí.
−Bueno, como veo que puede que hoy llegues tarde a clases…
−Y todo por tu culpa −dice mi Madre mirándole mal.
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Editado: 09.02.2021