Soy tu Reflejo

21 Atentado

Es extraño como pasó todo, como las situaciones se le presentaron a Christopher y simplemente tuvo que afrontarla y seguir. Siempre seguir manteniéndose en pie, fuerte contra la corriente. Se preparó para todo menos para esto.

Era sábado, todos estaban en la mansión McWhithe, esta vez incluso Isaac había venido, gracias a la insistencia de Celeste. Todos estaban en el patio trasero, Erik, Franco y Miriam encargándose de la carne asándose en la parrilla. Celeste, Isaac y Luke de las ensaladas mientras que Chris y Romina ponían la mesa cuando llego un automóvil de la policía.

De ella bajo un señor alto, piel blanca, ojos celestes, completaba el cliché estereotipado de un policía neoyorquino con su cabello oscuro y bien peinado, vestido con un traje de policía y una placa en su pecho. Caminaba con paso seguro y firme sobre la grava de la entrada hasta llegar a la puerta de la mansión y tocarla. Los dos hombres lobo lo habían escuchado llegar y Chris, gracias a las barreras de seguridad, también lo había sentido.

—Alguien llegó, voy a ver quién es. —Aviso en general Christopher, dejando los cubiertos que tenía sobre la mesa.

Cuando fue a abrir la puerta se sorprendió que era un oficial de policía quien estaba allí esperando.

—Buenos días, oficial. ¿En qué puedo ayudarlo? —Saludó cordialmente con una sonrisa, sonrisa que el policía trato de devolver pero fue más una mueca apenada antes de volver a estar serio.

—Buenos días joven McWhithe, soy el teniente Steven. Vengo a hablar con usted sobre el accidente de sus padres. —Apenas terminó de decir aquello, toda la expresión de Christopher cambió completamente.

Isaac sintió el cambio tan abrupto, y por la conexión entre los hermanos también lo sintió. Ambos comenzaron a ir a la entrada, seguido por Erik luego de que dejara a Miriam a cargo de la carne.

Christopher, reuniendo toda la fuerza que tenía se hizo a un lado he invitó al oficial que pasara. Fueron a la sala de estar donde se dejó desplomar en el sillón derrotado justo cuando Esteban, con sus muletas, llegaba y se sentaba a su lado para darle un abrazo de una sola mano; seguido de Isaac, quien sabiendo que no sería bien recibido como Esteban se paró detrás de su pareja.

El teniente miró asombrado a Esteban y Christopher, quienes eran idénticos, y si su nariz no le fallaba eran gemelos. Pero antes que pudiera preguntar, el doctor Von Trein ingresó con un delantal fucsia a la sala.

—Lamento interrumpir su almuerzo familiar—. Steven se disculpó, a lo que Chris rápidamente negó.

—No interrumpió nada oficial, solo, me tomó por sorpresa. Pensé que ya se había cerrado el caso del accidente aéreo—.

—Bueno, soy el teniente Steven. —Se volvió a presentar para los recién llegados—. Vengo a hablar contigo sobre el incidente aéreo, porque la marina y el equipo de búsqueda han encontrado la caja negra—.

Todos los presentes guardaron silencio detrás de eso, Christopher abrazando con más fuerza a su hermano. Isaac y Erik a cada lado en su espalda, listos por cualquier cosa que pudiera pasar.

— ¿Qué han encontrado? —Tomo la palabra Erik, ya que Chris se sentía incapaz de contestar en estos momentos.

—Pensé que ya había concluido todas las investigaciones, antes del funeral me habían dicho que estaba cerrado— Isaac escucho la voz temblar de Chris y quería destruir algo, desde que lo conoció nunca lo había escuchado de esta manera, menos así, temeroso, con un leve temblor.

—La caja negra ha arrojado nueva información para esclarecer las horas previas al accidente. Gracias a la compañía y a un esfuerzo en conjunto con la marina, al fin hemos encontrado donde quedaron los restos de la aeronave, extrayendo así la caja negra—.

—Entonces, ¿Podre recuperar los cuerpos de mis padres? —Chris le preguntó al  teniente a lo que negó apenado.

—De eso quiero hablar, hemos descubierto la razón del accidente. Se ha encontrado pruebas innegables de que sus padres sufrieron un atentado, una bomba incineradora destruyó toda la zona de los pasajeros antes de incluso caer al mar. Lamento decirle que no quedó nada—.

Atentado, sus padres no habían muerto en un accidente, alguien los había matado. Alguien les quitó a sus padres, a sus seres queridos, a las dos personas que le dieron todo en esta vida. Los habían pulverizado como si no fueran nada. Kodak reaccionó en su interior, sus pensamientos y sentimientos estaban fuera de control y la cercanía con Esteban no solo estaba afectando su magia, sino el control de ellos sobre esta. Drago también reaccionó a la magia de Kodak, ambos gemelos miraron a lo lejos.

Sus ojos cambiaron a un dorado reptil brillante, causando que las paredes comenzaran a temblar. El teniente, se apartó rápidamente mientras sentía todo los cimientos de la casa temblar. Los dos hombres que se hallaban detrás de los gemelos se apartaron también, repelidos por el aura dorada que los envolvía.

La retroalimentación de magia y sentimientos indujeron a los dos gemelos en un trance mágico. Todos los presentes se apartaron cuando los que estaban afuera ingresaban alarmados para saber lo que pasaba.

— ¿Pero qué mierda está pasando? ¡Erik! —Romina gritó al hombre mayor, que estaba sosteniendo a Isaac para que no se lanzara tras los gemelos para rescatar a Chris.

— ¡Esteban! —Gritaron Celeste y Miriam a la vez, alarmadas por lo que estaba sucediendo.

El policía, en cambio, se alejó de toda la magia que se estaba acumulando, su lobo se había enfrentado a personas horribles, asesinos, violadores y completos psicópatas sin temor alguno, pero ahora, en este mismo instante todos sus instintos gritaban que corriera, que presentara el cuello y corriera. La magia era tan aterradora que todos sus instintos estaban activados para correr o luchar y morir.

Dos dragones, de igual tamaño se formaron a su alrededor, protegiendo a ambos gemelos con sus alas majestuosas y luego rugieron un rugido que se habrá escuchado kilómetros a la redonda. La mansión brilló por unos segundos para detener el temblor. Allí, a la vista de todos los presentes Christopher y Esteban estaban flotando y mirando a la nada, cada movimiento que realizaba uno era copiado con exactitud por el otro de una manera tan sincronizada que parecían que uno reflejaba al otro. Y aun con los ojos de, ahora su familiar, dijeron:




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