Soy tu Reflejo

24 Planes

Douglas estaba sentado junto a Shelby, casi ocultos por una columna en el comedor mirando a la mesa donde estaban el nuevo “trio maravilla” del instituto. Desde que Isaac comenzó a juntarse con Esteban y Celeste, no habían podido hacer nada para ponerlos en su lugar. El hombre lobo los seguía a todos lados como un perro faldero, según su opinión, y no dejaba que nadie se acerque a ellos por nada que no fuera absolutamente necesario.

Muchos rumores comenzaron a surgir entre los estudiantes, siendo los más raros los que salieron de otros hombres lobos. Según un pequeño grupo que no respetaba a Isaac, este Estaba detrás de Esteban, pero era imposible que eso fuera cierto. Esteban apenas hablaba con él, lo saludaba u ocasionalmente tenían una plática siquiera. Otro rumor que surgió fue que se juntó con ellos porque Celeste era su compañera, cosa que para Douglas no tenía fundamento. Isaac, aunque mucho más amistoso con Celeste que con Esteban no actuaba como si la tratara de conquistar o impresionar.

Además de todo eso, había otro rumor que lo tenía intrigado desde que lo escuchó en los vestuarios. Que el aroma de Esteban era ligeramente distinto desde el lunes, Y que olía a otro hombre lobo alfa.

—Es realmente extraño todo lo que pasa con Esteban y su grupito. —Se quejó Shelby, a lo que el asintió.

Mikael los miró y luego giró su cabeza para ver también que veían, su rostro cambió en señal de simpatía.

—Es muy asombroso que podamos asistir a la misma escuela que él. —Dijo, para total disgusto de sus amigos, quienes le hicieron una mueca de asco.

—Es absurdo lo mucho que mejoró. Ósea, hace mas de un mes hizo el ridículo con un hechizo de nivel básico y ahora hace magia como si lo hubiera hecho toda la vida. No es posible. —Se quejó Douglas, sin importar que los de alrededor lo escuchen.

—Bueno… Si lo pones así, tienes un punto. —Aceptó su amigo, siguiendo con su almuerzo.

—Además, no entiendo que hace Isaac en su mesa. Debería estar con su manada. —Shelby miraba fijamente al pelinegro.

Ella, desde que se habían cruzado por primera vez en una clase, se había interesado profundamente en él. Pero nunca fue tan invisible para un hombre como lo fue para Isaac, sin importar lo que levara puesto o las insinuaciones que lanzaba en su dirección, nada de lo que hizo le valió siquiera una mirada de reojo. Y era frustrantemente doloroso, porque muchos chicos estaban detrás de ella, dispuestos a complacerla en cualquier capricho por tan solo un beso de ella en su mejilla, pero al único chico que quería no la quería de vuelta la hacía enojar de frustración.

—Pues eso es cierto, y no solo se juntan acá. Muchos los vieron juntos a los tres por la ciudad o en el patio de la familia O’Neal. —Mikael estaba realmente intrigado. Desde que volvieron del viaje a Nueva York las cosas cambiaron drásticamente y le daba curiosidad saber por qué.

—Tendremos que seguirlos entonces. —Aconsejó Douglas. Shelby rápidamente lo miró interesada.

Desde el otro lado del comedor, Isaac mensajeaba con Christopher, o más bien, le enviaba mensajes a su pareja mientras que este lo ignoraba completamente. Esteban y Celeste hablan de los avances en sus proyectos para la presentación, emocionados de poder avanzar en las asignaturas y obtener buenas notas.

— ¿Qué tanto escribes? —Preguntó Celeste, cuando Isaac ignoró su pregunta sobre el avance del proyecto escolar.

Isaac dejó frustrado el teléfono sobre la mesa y miro a su cuñado y a su amiga. Después de todo el desastre de descubrir a los gemelos y su pareja destinada todo en solo unas semanas fue mucho, incluso para un adolescente. Esteban era muy parecido y distinto de su pareja, pero gracias a eso poco a poco se volvía más un compañero de Esteban y remediaba todos los errores que había hecho por soberbia en el pasado.

Estaba agotado emocionalmente. Desde el incidente con su lobo las cosas lo agotaban más que antes. Le habían explicado que era a causa de la unión entre su alma y la de su compañero, que al no estar muy juntos o siquiera llevarse relativamente bien le pasaba factura al laso entre ambos.

—Le estaba preguntando a Chris si podríamos vernos hoy, pero no me confirmó nada. —Se enfurruñó sobre la mesa.

—Toda la situación se volvió una completa locura, eh—.

Celeste estuvo de acuerdo con Esteban. La decisión de ambos gemelos afectó a todos a su alrededor, causando que ahora todos estén involucrados no solo por asociación en la investigación, sino que ahora todos estaban involucrados emocionalmente.

—En la tarde lo llamaremos, si quieres puedes ir a casa con nosotros—.

—Está bien. —Isaac aceptó la oferta de Esteban, sacando su teléfono para enviarle un texto a sus padres.

Cuando las clases terminaron para todos, el Alpha fue a su automóvil y esperó a sus nuevos amigos. Todos en el estacionamiento vieron con asombro como Esteban y Celeste se subían al auto y partían rumbo al centro. Principalmente un trio de estudiantes los veía irse, perdiendo así la oportunidad de seguirlos.




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