Soy tu victima mi amor

Capítulo 9: "Una civilización perdida"

Apenas habían pasado unos seis días de nuestro escape, y de ese trayecto, quizás no tendríamos un retorno fácil más adelante a nuestra patria; a pesar de que viniéramos de un lugar que siempre estuvo lleno de toda clase de lamentos, lo cierto es que ya estaba extrañando mi hogar. No obstante, la edificación de Angkor me distrajo lo suficiente como para olvidarme de aquel dato, como también de mi futura graduación, la cual se llevaría a cabo en poco menos de un mes.

—Este lugar es realmente impresionante —se dirigió a mí Dalton, en lo que apreciaba las extrañas plantas acuáticas que estaban sobre las piscinas naturales.

—Sí, y es tan inmenso, que casi me hace olvidar todo lo que hemos pasado hasta ahora. Por cierto, ¿qué tal estás de tus heridas? —le pregunté a mi amado.

—Me encuentro mucho mejor —se giró hacia mí, y abrió su chaqueta levantando tiempo después su camisa para mostrarme. Su abdomen estaba casi por completo curado, lo que le daba una ventaja bastante grata—. En cuanto a mi brazo, éste también ha mejorado, pero aún me siento incomodo al moverlo —dijo luego de acomodarse las vestiduras.

—Entonces tendrás que quedarte detrás de Louis y Davis un poco más —le sonreí suavemente.

—Eso no es de mi agrado —confesó con poco entusiasmo—. Me gusta más hacer las cosas por mí mismo que ocultándome detrás de otros, y creo que Louis bien lo sabe.

Dalton poseía toda la razón, pues al parecer, mi hermano se encontraba informado al respecto, y podía saberlo cuando él le gritó momentos antes de arrojarnos del avión que no se comportara como alguien caprichoso, era eso, o simplemente no le gustaba la idea de que Louis estuviera muy cerca después de todas las cosas que le hizo.

—Mi estimado señor, tengo que informarle que estamos a tan sólo quince minutos de terminar el trayecto, así que por favor, tenga paciencia y será capaz de apreciar el maravilloso trabajo que ha realizado su padre con estas ruinas —declaró el guía con ese típico acento mezclado entre español con su lengua natal indígena.

—¿Escucharon eso chicos? ¡Pronto llegaremos! —Louis volteó a nosotros con una gran sonrisa de victoria, por lo que nos sentimos más cansados en lugar de satisfechos, ya que llevábamos caminando un buen rato, y creo que para esas alturas me estaban saliendo unas pequeñas ampollas, pues me dolían con intensa claridad las plantas de los pies.

—No puedo con el ritmo de mi hermano —aseguré envolviendo mis palabras en un lamento.

—¿Tú? ¿Y entonces yo qué? —declaró por lo bajo Davis, quien se había sumado a nuestro ritmo.

Otra vez las manecillas se movieron al horario indicado, y ya para esas horas estábamos pasando cerca de las excavaciones arqueológicas, como las de la reconstrucción, así que divisamos desde cierta distancia, miles de bloques de laterita, que se encontraban regados por todos lados, pero era fácil entender que se trataba de ese material, por el hecho de que sus bordes tenían una formación de panal de abejas, además, se encontraban enumerados cuidadosamente para su recolocación.

Yendo un poco más profundo, ahora dentro del templo, el lastimero lugar nos recibía con una muestra de lo carcomido que estaba por los años, y cómo la naturaleza lo había abrazado con una de sus más variables y maravillosas especies; el musgo. Los ennegrecidos pilares que sostenían el dichoso, se veían casi tan majestuosos como en su nacimiento, y aunque no fui testigo de ello, he escuchado por parte de nuestro guía, que alguna vez fue recubierto casi por completo en oro y otros tipos de metales preciosos; simplemente podría decirse que era una cultura demasiado enriquecida. No obstante, como todo en este planeta, perece, y así fue engullida esta civilización como muchas otras, es decir, de una forma inexplicable.

Traspasamos los corredores llenos de aquellas columnas, y nos instalamos en el centro de las instalaciones, la cual no poseía unos lujos impresionantes, pero sí de un espacio considerable que nos permitía estirarnos a nuestro antojo cuanto quisiéramos, aunque siempre con el debido respeto.
Acomodados ya a unos pocos metros de nosotros, se encontraba nuestro equipaje, cosa que no había logrado tener en cuenta hasta ahora por la movida situación, de ahí que me acerqué a tomar mis cosas, y revisé que estuviera todo en su lugar; era una fortuna contar con personas tan responsables en nuestro viaje.

—¿Tan preocupada estabas por eso? —me preguntó mi hermano al verme soltar un suspiro de alivio, pues para ser sincera, no puedo permitirme descuidar mi cabello; es lo único que trato de mantener en forma, y digo esto, porque dentro de mi mochila estaban los productos que uso, más algunos cambios de ropa que de seguro me harían falta, aunque imaginé que durante nuestra escapada, tendríamos tiempo de sobra para ir a comprar algo en el trascurso, sin embargo, mis expectativas no eran muy altas por el tipo de cultura que quizás nos encontraríamos a nuestro paso, así que era consciente de que probablemente no me gustaría el estilo.

—Bueno, un poco. No quiero que se tome como que sólo me interesa eso —le aclaré a él con una sonrisa nerviosa.

—No te pongas así, Louis, después de todo la entiendo. A veces tener algo que es tuyo cerca, te trae un poco más de calma que las mismas personas que te rodean —Davis había exagerado con aquella insinuación, no obstante, a pesar de su singular sonrisa, aquel rubio, el que era su novio, no le parecía gracioso en lo más mínimo (en realidad nada de lo que éste hacía parecía agradarle).

—Sea como sea, pasaremos aquí la noche, y nos volveremos a mover en la madrugada —expresó mi hermano.

—¿Por qué en la madrugada? —se giró Dalton hacia él, y al parecer estaba haciendo lo mismo que yo.

—Dios mío —Louis soltó un suspiro, y sacó su teléfono para mostrarnos algo—. Observen esto.

Todos dejamos lo que realizábamos previamente y, nos encimamos sobre el aparato para mirar con detenimiento. Justo allí, una reproducción empezó. El sitio donde se grababa era un desastre y la cámara no estaba fijada en ningún lugar en concreto, pero se veía algo de fuego, escombros, y algún que otro mueble destruido.



#38108 en Novela romántica
#24857 en Otros
#3624 en Acción

En el texto hay: acosador, accion y amor, acción y romance

Editado: 10.06.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.