Soy un temerario mi amor

Capítulo 47: "Promesa"

Aquel evento tan sofisticado, resultó ser una completa locura. En lugar de mantenerme atento y de pie, terminé sucumbiendo ante la presión, bueno, más bien al vino, pues tuve un desmayo. Sin embargo, no todo era malo, puesto que obtuve la recompensa que había olvidado unos momentos atrás, la cual me había proferido Lili. Ese simple beso, hizo que mis ojos se abrieran tanto, que casi parecían salirse de mis cuencas y, por si fuera poco, tenía demasiado calor, aun así, creí estar por un momento viajando sobre las nubes.

—Dalton —escuché mi nombre, y eso hizo que saliera de mi burbuja.

—¿Qué pasa? —le pregunté a Louis.

—Entiendo que estés completamente feliz, pero debo advertirte que, a partir de mañana, tendrás que empezar con el entrenamiento, y no será nada fácil.

—Comprendo —bajé mi mirada un momento, pues me puse a meditar. ¿Entonces no tendría tiempo para hacer lo que quisiera? Si ese era el caso, debería aprovechar, así que dije lo siguiente—. ¿Entonces puedo salir con Lili hoy? —sabía que él no era su padre, aunque así se sintió cuando le dije eso. En cuanto a Louis, él se rio a todo pulmón como si le pareciera algo irónicamente obvio.

—¿Salir? Pero acabamos de llegar del evento, y aparte, ya está anocheciendo, además, te habías desmayado por beber tanto. Deberías seguir descansando—respondió ella mirándome algo preocupada.

—Bueno, en realidad, quizás sea su última oportunidad de salir contigo de acá a tres meses —le informó su hermano—. Así que… ¿por qué no lo acompañas? —mi futura esposa prestó atención a su hermano, y luego suspiró ligeramente, para más tarde asentir, lo cual me ponía realmente feliz.

—¡Bien! La pasaremos bien juntos, Lili, te lo aseguro. Será una agradable caminata —le mencioné.

—¿Entonces iremos a pasear al parque? —me preguntó, y yo moví la cabeza afirmando. Tenía la idea de llevarla a donde por lo general me reunía con los chicos, aunque antes de eso, debía darme un baño, ya que al haber tomado demasiado, seguro que apestaba a alcohol.

—Sí, pero antes deja que me prepare —mi contraria asintió y se retiró de la habitación, dejándome a solas con Louis—. ¿Y tú no te vas a ir? —le pregunté.

—Sí, pero antes quería decirte algo —me aclaró.

—¿Qué pasa?

—¿Entiendes por qué estoy tan apurado al respecto? —me interrogó, mientras que yo entre cerré los ojos.

—Algo más te habrá dicho entonces su hermano, ¿no? —supuse, y él hizo un gesto de desgane que quizás se inclinaba a lo que pensaba.

—Así es. Me dijo que cuando Gael despierte, lo más seguro es que quiera vengarse, y es por eso que tenemos que ponernos a entrenar enseguida, pues en cuanto tenga la oportunidad, nos atacará.

—Entiendo, ahora vete —le hice una seña con mi mano de que se fuera; prácticamente lo estaba echando.

—Está bien, está bien, ya me voy —refutó entre risas, me dio la espalda y antes de salir dijo—. Tómalo enserio Dalton, de ahora en adelante, tu vida será un suplicio —y al final se fue.

Una vez solo, me levanté de la cama, e hice lo que tenía planeado: me desvestí, y salí a ducharme. Al finalizar mi actividad, me lavé bien los dientes para luego ponerme una ropa más elegante. Quizás no tenía trajes como Louis, pero al menos, sentía que no entraba en la categoría de lo ridículo. De allí, abandoné mi cuarto para ir a la entrada principal, en donde esperé pacientemente a Lili. Al rato, la vi llegar con una calza debajo de una pollera corta que se extendía hasta sus muslos. El carmín que poseía la falda destaca por ser intenso, y la decoraba unos bien distribuidos puntos negros. En su torso, tenía una camiseta floreada, que estaba tiernamente adornada con estampados delicados. Como toque final, traía consigo un pequeño bolso, y se encontraba con su peinado de siempre.

—Lamento la espera.

—En realidad no he esperado nada —le sonreí amablemente, y luego procuramos salir hacia fuera para entonces empezar a caminar. En el trayecto, estuve en silencio por completo, hundido más que nada por lo que había dicho Louis, sin embargo, al experimentar tanta calma, sentía que podía ser un chico normal de nuevo, al menos temporalmente hablando.

—Dalton —me llamó suavemente en lo que ingresábamos al parque.

—¿Qué sucede? —giré mi cabeza hacia ella.

—Sé que quizás ya te lo había dicho, pero… ¿en verdad no hay alguna posibilidad de que salgas de la mafia? —mencionó deteniéndose por completo con la cabeza gacha. Ahora mismo, habíamos frenado entre unos arbustos bien cortados en forma rectangular, que claramente, superaba nuestras alturas. Justo a nuestro frente, también nos acompañaba una estatua de un prócer a caballo, aunque no sabría decir quién era porque estaba más atento a ella.

—Bueno… realmente no lo sé —hice una pequeña pausa mirando tan sólo un momento a otro lado—. Pero Louis dijo que era imposible, así que no sabría decirte —ella levantó la vista del suelo de repente, y me miró con sus preciosos ojos café algo desesperada.

—¡Debe haberlo! —exclamó— ¡Tiene que haber! —agregó apretando un momento sus labios, los cuales temblaban al igual que su cuerpo—. No puede ser que no haya una salida —yo por mi parte sonreí ligeramente ante sus palabras, ya que se estaba preocupando por mí de nuevo.

—No pasa nada. Quizás en lo que haga esto yo pueda… —fui interrumpido por mi amada, quien torció su cuerpo hacia delante de repente, haciendo que yo retrocediera un poco sorprendido.

—¡No! ¡No quiero que lo hagas, ya has hecho suficiente por mí! —gritó, y era una fortuna que nadie estuviera por allí a esas horas, o quizás se imaginarían cualquier cosa—. Me la he pasado muy bien contigo y mi hermano en muchas ocasiones, pero no necesito protección —explicó con prisa.

—Pero Lili…

—No quiero —de repente su tono de voz se entre cortaba, y observé cómo ahora algunas gotas empezaban a caer al suelo desde su rostro. Entonces mi bello Ángel volvió a repetir lo anterior dicho una y otra vez—. No quiero, no quiero, ¡no quiero! —por alguna razón, tuve un pequeño flash back, en el cual la vi llorar de la misma manera frente a una tumba. ¿Acaso era mi tumba? No, no podía ser. Yo me considero una persona demasiado fuerte como para terminar así, además… estaba completamente dispuesto a darlo todo, aunque esperen… ¿mi vida también? Eso me hizo reflexionar un poco y luego sonreí a mis adentros, era obvio, claro que sí, mi vida también, no obstante, no estaba en mis planes dejarla desamparada, es por ello que me incliné tomándola de los hombros, y me dirigí a su persona con una dulce voz.



#45689 en Novela romántica
#30088 en Otros
#4231 en Acción

En el texto hay: acosador, romance, accion

Editado: 15.06.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.