Soy un temerario mi amor

Capítulo 5: "¿Nos conocemos?"

En medio de tanta penumbra, mis sentidos primitivos me revelaron unas huellas de calor. Ahora que me doy cuenta, la fría agua que caía sobre mi piel al parecer había dejado de existir, y solo quedaban las secuelas que poco a poco desaparecieron al ser absorbidas por algo muy suave. No obstante, mi mente aún poseía ciertos conflictos sobre lo ocurrido, sin embargo, mi cuerpo estaba empezando a reaccionar a aquellas pequeñas atenciones. Es así que mi mano se terminó por estirar para sujetar algo en el aire, y como si fuera magia, aquello me hizo tiritar. Según la forma y la delicadeza de dicha tez, logré discernir que era una chica, por lo que me reincorporé de inmediato, y al mismo tiempo, atraje a la persona que me atendía sin el conocimiento previo de quién era. Con tal movimiento, casi hice que se echara encima de mí, y menos mal que no logre aquello, porque al abrir los ojos, mi mundo se ilumino. Al principio me quedé perplejo y dije su nombre casi sin aliento.

—Lili… —la miré fijamente a sus ojos miel, pues no podía creer que estaba tan cerca, y obviamente, por instinto, mis mejillas se tiñeron.

—Ah, lo siento, ¿te asuste? Estabas mal herido, por eso te metí a mi casa y te traje para atenderte. Llamé a un doctor también, así que no debe tardar —ella parecía algo exaltada por mi forma de reaccionar y se veía preocupada. No parecía recordarme, ni nada por el estilo, lo cual hizo que soltara un leve suspiro sin haber aún respondido a sus preguntas—. Por cierto… ¿Cómo sabes mi nombre? —¡maldición, ella había escuchado que la llame por su nombre! ¿Qué tan descuidado podría llegar a ser? Pasé mi mano por detrás de mi nuca para rascarme con algo de vergüenza, así que inventé una excusa.

—Bueno, en realidad escuché que ese chico te había llamado por tu nombre, y pues… fue por eso —bajé mi mirada. Ahora que me daba cuenta, no me dolía tanto el rostro, así que llevé mi mano a mi cabeza, enterándome de ese modo que tenía unos vendajes.

—Oh, yo te los he puesto —respondió frente a mi acción, y por lo mismo levanté mi rostro hacia ella. ¡Qué felicidad! No podía explicar lo que sentía en aquel momento; no podía dejar de mirarla, por lo que mi corazón otra vez empezó a bombear de una forma descontrolada e inconscientemente apreté su muñeca, lo cual, al parecer, hizo que se diera cuenta de que aún la sostenía.

—Disculpa… ¿podrías soltarme? —me mencionó con una disimulada incomodidad.

—¡Oh, sí, perdona! —refuté con nervios, para luego dejarla libre de mi agarre. Ella se rio por esto y la charla continuó.

—¿Cuál es tu nombre? —la escuché decir suavemente.

—Me llamo…Dalton —me sentía algo ansioso, y algo tímido. No sé si eso iba a conquistarla, lo cierto, es que mi plan de conocerla en su graduación se fue al diablo y con él mi confesión de amor se había pospuesto para mucho tiempo más.

—Es un nombre muy lindo.

—Gracias.

—Por cierto…

—¿Dime?

—Acaso… ¿no nos conocemos de algún lado? —me preguntó mientras se llevaba una mano cerca de su rostro entrando en un estado de confusión. Me sorprendí mucho, no sabía cómo explicarle que fue un encuentro casual lo nuestro, y que desde ese instante no había parado de seguir sus maravillosos pasos.

—Pues… —al principio dudé comentarle cómo realmente nos habíamos conocido, pero preferí hacerlo de una vez, después de todo, en algún momento tenía que saberlo, y aun si me tachaba de loco, eso no iba a ser una razón como para que yo dejara de amarla, además, aquí estoy, en su casa, así que tengo que hacerlo. Poco antes de que abriera la boca, vi un reflejo en sus ojos que me hizo motivar a querer seguir—. Nosotros… —pero allí, el timbre nos sobre exaltó interrumpiendo mis palabras, lo que me dio a pensar que seguramente era el doctor; vaya caso inoportuno.

—Espera, ahora regreso —se levantó de la silla en la que estaba sentada y se fue al pasillo que se encontraba afuera de la sala. En cuanto a mí, yo asentí y me quedé esperando. Ahora que lo notaba bien, era la sala de invitados, y yo me situaba sobre un sofá. No muy lejos de mí, había una toalla húmeda que tenía algunas flores bordadas, lo cual me provocó curiosidad, así que coloqué mi mano sobre ésta y la acaricié un poco; era suave, era la misma sensación que sentí cuando estaba inconsciente.

—Lili —volví a murmurar cerrando los ojos para rememorar el momento—. Esto va a quedar por siempre en mi corazón —dije para mí, y luego me puse a investigar a mis alrededores. El cuarto expresaba estar bien decorado: había pinturas de paisajes, un gran ventanal con unas cortinas de colores brillantes, se podía ver claramente la lluvia caer silenciosa, y justo al lado de éstas un jarrón que brindaba alegría a la habitación con unas bellas azucenas blancas. Entrando un poco más en detalles, se apreciaba un par de libreros que tenían grandes temáticas en sus estanterías. No podía tampoco ignorar el globo terráqueo que destacaba en una esquina, pues éste era muy grande, aparte de impresionante. Y, contrariamente a lo que yo esperaba, llegó Lili con el médico y tuve que regresar mi atención hacia ellos. El hombre, que era algo mayor, se acercó a mí con la intención de revisar mis heridas, para ello, tuvo que quitarme los vendajes provisorios que ella me había puesto. Lamenté un poco lo anterior descripto, pues mi amada lo había hecho de tan buena voluntad, que me pareció un terrible desperdició quitarlos. De todas formas, el profesional procedió, y simplemente dijo que eran lesiones poco severas, además, agregó que con un buen cuidado y descanso estaría bien. Sin embargo, no pasó por alto el preguntarme qué era lo que me había ocurrido, y simplemente no tuve de otra que decir que me metí en una pelea, aunque no fuera cierto, a fin de cuentas, el daño que me hice fue básicamente por estupideces mías. La escusa fue tonta, pero la creyó, así que el sujeto me cambió los vendajes, se dirigió a Lili quien le pagó por la atención que me dio y, por último, lo acompañó a la puerta. Al parecer, todo había quedado hasta ahí, ¿en consecuencia ahora debería irme?, la verdad es que no quería, pero quizás ella esperaría a que me fuera rápido, por lo que apenas ella volvió me dijo lo siguiente:



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Editado: 15.06.2024

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