Por ahora todo parecía pintar bien, así que, apenas pasamos por el pórtico de la casa, un delicioso y amable perfume invadió mis fosas nasales, e hizo que quisiera respirar hondo para atragantarme con el aroma; creo saber cuál era esa fragancia; sí, la reconocería en cualquier lugar a la perfección, por lo que enseguida me llegaron las imágenes de Lili contra el sol, aunque siendo más preciso, recordaba el momento en que el alba la rodeaba cerca del cementerio unos minutos antes de besarla, e inmediatamente el siguiente pensamiento me invadió: “¡Qué afortunado me sentiría de poder volver a rosar sus labios!”, no obstante, mi alegría se duplicaría si llegaba a tocar a más profundidad su carne. Sin embargo, mis pensamientos fueron detenidos cuando algo golpeó mi estómago haciendo que saliera un poco de aire de mis pulmones.
—Deja de soñar despierto Romeo, y usa eso —bajé mis orbes esmeraldas hacia la cosa con la que me golpeó Louis; aquello se trataba de un cambio de ropa. El nuevo hecho me hizo tensarme, ya que no era algo que yo había comprado antes, más bien… ¡esto estaba todo nuevo! ¿Qué significado tenía el que me hiciera tantos favores?, sé que no éramos demasiado cercanos, por lo que me preocupé.
—Oye Louis, entiendo que quieras ayudarme, pero esto me parece demasiado... —traté de sonar lo más amable posible, debido a que era verdad, no podía seguir aceptando tantas cosas de su parte; me hacía sentir mal. Sin embargo, él solo rio y me miró de una manera extraña. Tal vez yo lo había interpretado mal, no obstante, casi, casi… podría asegurar que me estaba observando de la misma manera en cómo yo miraba a Lili, y vuelvo a aclarar, esperaba que me estuviera maquinando cosas.
—No te preocupes, ya te lo dije, voy a ayudarte con mi hermana —yo entre cerré los ojos con cierta sospecha. ¿Incluso en la forma de vestirme me tendría que ayudar?, aunque no niego que Louis tenía un gusto particularmente elegante, y quizás… atractivo también, pero sacando eso, cuando se alejó aproveché para quejarme un poco de él.
—Siento como si me estuvieras consintiendo como una mujer —bajé un poco la mirada hacia la ropa, y algo curioso sucedió en ese instante, pues escuché los pasos del otro volver enseguida, y cuando menos me di cuenta ya lo tenía demasiado cerca de mí, lo cual casi me da un paro cardíaco.
—Si estás dispuesto a renunciar a mi hermana, entonces podrías considerarlo así —¡espera un poco, esto ya me causaba miedo! Pero volviendo al tema principal, al parecer me había escuchado, aunque peor aún, me había acorralado con una mano contra la pared del pasillo.
—¡No dije nada!, aparte… no sé a qué te refieres con eso —mi voz se tornó más seria y a la vez la iba disminuyendo, eso era por la impresión que me generó al tenerlo tan cerca, e intencionalmente trataba de no angustiarme, después de todo, ya tenía suficiente con Gael que había intentado matarme, ¿y ahora esto?, solo faltaba que Lili fuera trapito, y por supuesto, rezaba para que no se concretara mi idea.
—Sabes… —Louis se acercó a mi rostro al doblar su brazo en la pared, entonces ahí fue cuando verdaderamente me dieron ganas de golpearlo, sin embargo, me contuve, y simplemente me incliné de lado para evitarlo—. Yo podría ser mejor partido que mi hermana —me susurró al oído aprovechándose de que estaba mirando para un costado; esa porquería de murmullo hizo que me estremeciera, y no en el buen sentido; ahora tenía miedo de ser profanado. De todas formas, al fin reaccioné motivado por sus coqueteos, y lo empujé con las manos junto al conjunto que me había dado para alejarlo de mí, por lo que una vez hecho esto, lo señalé con el reverso de mi dedo muy firmemente.
—Has llevado tu chiste muy lejos, así que déjame decirte que te quedes con esa porquería de ropa, y que no te me acerques el resto del día —le informé, y luego lo dejé con las cosas que me había dado. En verdad… ¿que se había pensado a la hora de decirme semejantes tonterías?, aunque… ¿qué haría si realmente me hablaba en serio? La verdad es que no lo sé.
De todas formas, me fui a mi nueva habitación, la cual estaba con mi nombre en la puerta, y además, al frente, tenía la de Lili. ¡Vaya mala jugada que me hizo!, ¿acaso esperaba que me dejara llevar por mis malos instintos?, no, no iba a dejar de ser un caballero, por eso me metí enseguida a mi cuarto, e irónicamente a los pocos minutos me estaba volviendo sobre mis pasos y me puse a espiar por el agujero de la cerradura. A pesar del riesgo tomado, no podía verla por ninguna parte, ¿acaso no estaba? Observé un rato más sin obtener muchos resultados, por lo que me aparté de la puerta, pero apenas retrocedí, sentí que choqué contra algo, así que me medio giré, y vi a Lili en toalla—. ¡Dios santísimo! —esa frase me salió del alma, y ella con el ceño completamente fruncido levantó su mano y me cacheteó; en menos de unos segundos me había dejado una gran marca en la cara, además, me percaté un poco tarde de que mi amada ya no estaba debido a mi impresión inicial. Por un segundo lamenté el no haber podido evitar mi estupidez, aunque sinceramente no me arrepentía, lo cual significaba que mi dulce flor no iba a perdonar mi osadía. Momentos más tarde me cayó el veinte—. ¡Cierto, tengo que cambiarme! —recapacité, y me fui corriendo a mi cuarto, el cual era modesto; no demostraba ser la gran cosa, así que: me puse a desempacar mis pertenencias, tomé un cambio de ropa, y me metí a duchar. Al rato ya estaba listo para salir con ellos: me puse una remera roja, arriba una camisa negra remangada, y unos pantalones del mismo color que hacían juego con unos zapatos deportivos, ya para más tarde salí de mi cuarto y observé que me estaban esperando ya preparados; mis compañeros se encontraban justo al final del largo pasillo que llevaba a diferentes habitaciones, y desde allí podía ver a Louis con un traje blanco, lo cual creía que era poco coherente para una velada en un boliche. En cuanto a Lili, ella portaba un vestido rojo un tanto llamativo, y lo digo de esa manera porque brillaba con la luz de la casa, es así que sus tacones siendo del mismo color, le hacía buena combinación con su cabello enrulado; justo aquí me di cuenta de que ese peinado lo usó en nuestra última cita, lo que me hizo conjeturar que era el estilo que usaba para cualquier tipo de salida.
Editado: 15.06.2024