Space Hunters / Battle Crew (saga Navis 4)

13) Estable

Trip regresó con el apoyo tiempo después. Para poder mover el crucero I0I, los técnicos de los Liptor di Corps tuvieron que evaluarlo. Se necesitaron tres naves patrullas para protegerlo y enderezarlo, nueve más para evacuar a las personas y otros diez y pico para arrestar a los guardias cómplices del secuestro. En tierra firme, el crucero fue enviado a SÍLEX para posteriormente ser desguazado a varios kilómetros de ahí y en su lugar comenzaron a construir otro.

Apenas Trip bajó del Budikka, fue a reunirse con Stella y Tirso. Pero al ver sus caras tristes y vacías, dedujo que algo malo había pasado. Gaulther fue esposado para tenerlo bajo custodia, y a pesar de haber colaborado con los chicos a detener a Laffeta Boxwall, tendría un pequeño juicio privado para poder analizar su caso. Reed seguía en la parálisis y se la llevaron en una camilla para que buscaran una manera de quitarle el efecto del donum.

—¿Qué le pasó? —quería enterarse de lo que sucedió mientras fue en busca de ayuda—. Reed está…

—Cayó en la parálisis de Boxwall, pero estará bien —dijo Tirso.

Eso lo calmó un poco.

—¿Y el capitán? ¿Dónde está el capitán? ¿Dónde está Ferenc, chicos?

—Está muerto.

Trip se quitó el collar que Ferenc le había dejado y lo estrechó fuertemente con sus manos. Se sentía muy incompetente.

—Llegué muy tarde, ¿verdad? —en su rostro mostraba una gran pesada tristeza.

—No, no fue tu culpa —se adelantó Stella para no hacerlo sentir mal de lo que ya estaba—. Él decidió sacrificarse para salvarnos. Ven, tenemos que regresar con el supremo líder a la Justiciera.

—¿Pero qué pasará después? No está nuestro capitán.

—El capitán Ferenc dejó a Stella a cargo —dijo Tirso.

—Yo me haré cargo. Sé cómo manejar esto, no se preocupen —Stella los tranquilizó a todos, pero estaba tan debilitada por el gran esfuerzo realizado por ocupar un donum del cual no tenía mucho control. Se sentó en el suelo un rato para reposar aunque fueran unos pocos minutos.

—¿Te sientes bien? —le preguntó Trip.

—Sólo agotada —se levantó de inmediato y caminó al Budikka—. Descansaré por lo mientras en la nave en lo que llegamos a Pewtto.

—De acuerdo. Pero, ¿y qué pasará con Gaulther?

—Lo tienen detenido. No sé qué la vayan a hacer, pero lo más probable es que le hagan un juicio.

—¿A pesar de habernos ayudado? —dijo Trip, decepcionado.

—Sí, a pesar de eso.

—Lástima, me agradó ese tipo —comentó Tirso.

—Sí, pero no podemos hacer nada.

—¿Y qué pasará ahora?

—Eso ya no depende de nosotros. Sólo esperar. Ya es todo, ¿dónde está Budikka? Es hora de irnos. Tengo algo en la nave que me va a servir de mucho.

 

 

Claro que fueron a la Justiciera, pero no los recibió el supremo líder. Narendra Khan estaba demasiado ocupado calmando a toda una ráfaga de reporteros que estaban preocupados por lo ocurrido en la empresa M.A.V.E.R, y al final, el consejero galáctico de Tepec, Raphael Fernsby, fue el que los recibió en la sala privada.

Stella había rezado en sus adentros para que no fuera Fernsby sino otro consejero más agradable, como Olga Green, y al ver que sus plegarias no fueron escuchadas, decidió enfrentársele con firmeza.

En cuanto lo vio, sabía que no había nada bueno. Fernsby dejó caer la pila de documentos sobre el escritorio y se sentó tranquilamente en su asiento, mientras que Stella permaneció de pie.

—Escuché que Gaulther ayudó en la captura.

—Escuchó bien, señor —se limitó a contestar.

—Y también escuché que no tuvieron el cuidado que nosotros les pedimos. Esta misión era secreta, y mire hasta donde llegaron sus imprudencias: Un crucero en mal estado, miles de pasajeros saben de que hay una guerra comenzando.

—No se podía evitar la noticia. Tarde o temprano tendrían que enterarse.

—¿Eso crees? Todavía no hay evidencias de que comience. Si llegáramos a un acuerdo con Nee, nuestras posibilidades estarían a favor nuestro.

—Gaulther no quiere regresar, sería Neria a la que tendría que negociar solamente.

—¡Y no sólo eso! ¡Han perdido a su capitán! ¡Un experimento de muchos siglos fue destruido en una simple misión!

—No era tan simple. Fue su decisión, ¡Se llamaba Ferenc! ¡y Ferenc no era un experimento! Era mucho mejor que una simple arma, él era fuerte y decidido. Así que no quiero que usted hable mal de él ahora que se ha ido —dijo en su defensa, furiosa—. No sabíamos que Laffeta Boxwall secuestraría todo un crucero. Era capturar a Gaulther, o dejar morir a miles de inocentes. Y tuvimos la suerte de tener al príncipe Nee de nuestro lado. Pero Ferenc se sacrificó.

—Si tuviese la oportunidad de salvar a esos pasajeros o de mantener a salvo a toda una alianza, ¿qué escogería usted, señorita Niccals? —le restregó la pregunta en la cara.

—¿Está diciéndome que debimos dejarlos morir? ¿¡Morir para qué!? ¿Para engañar al resto de que no está sucediendo nada de nada? ¿Para hacerlos creer que todo está bien?




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