Introducion

Introducción

Podría tratarse de otro artículo sobre la guerra fría, u otra molesta novela sobre los estragos de la segunda guerra mundial, podría desear acabar con premios y condecoraciones por tan buena literatura histórica o al menos que en algún momento llegaría a ser histórica, soy ambiciosa como cualquier otro reportero, me gusta saber más y llegar a la raíz para poder escribir en el papel lo que sería una extraordinaria columna sobre una situación y el sueño de cualquiera, el estar en la primera plana del periódico más leído en la época,  pero artículos y noticias ya las había escrito y me habían pagado un pequeño departamento junto a mi trabajo, claro que como mujer en plena guerra  fría no  contaba con tanto apoyo,  al ser soltera y  como dije anteriormente ambiciosa, la gente no lo ve muy bien. Estoy divagando perdón.

Por desgracia al escribir  esta historia que ni siquiera es mía logre comprender y abrir los ojos a las terribles verdades que se asomaban por unas cuantas ventanas, me recuerda a la historia de la caja de pandora, así nos suele pasar a algunos de los periodistas más ambiciosos.  Pero sin mas preámbulos voy a comenzar con lo que se trata este libro.

Estaba yo en mi departamento preparando todo para el siguiente día en la oficina, ya se habían acabado las llamadas con mi madre despidiéndome de ella con un nostálgico adiós, la noche era callada, solo se escuchaba el sonido de la lluvia y los truenos, pero en general todo estaba muy tranquilo.  Fui a la cocina y tome una tasa para tomar algo de té, hace unos días me lo recomendaron por los nervios terribles que me provocaba el exceso de trabajo, de repente se escucharon unos golpes en la puerta muy suaves que dude que hubieran pasado, me quede quieta para ver si volvían a tocar, pero no fue así, continúe con lo mío, pero luego se escucharon los golpes pero más fuertes, Sali a abrir, eran las 2 de la mañana y tocaban mi puerta, en una ciudad como Chicago estas cosas eran de peligro. Mire por el pequeño ojo de la puerta y solo vi una chaqueta impermeable amarilla,  quite el seguro y cuando la puerta se abrió completamente puede ver sus ojos cafés característicos de ella, con pecas en la cara y pestaña abundantes, me quede paralizada hacia unos 5 años no la veía.

-¿puedo pasar?- me pregunto temblando del frio

-claro que si- le respondí con notable miedo

Se sentó muy tranquila en el sofá y se quito la chaqueta que estaba mojada, yo solo podía observarla con asombro, había desaparecido hace 4 años cuando dejo de responder mis cartas y por algo todos pensábamos que estaba muerta, las circunstancias en que se fue y como estaba el mundo en estos momentos solo nos hacía pensar lo peor.

-Elizabeth, ¿tienes café?- me pregunto

-Si, claro que si_ no dejaba de preguntarme en la cabeza que estaba pasando, tenia los suficientes años para comprender cualquier situación, como el cáncer de mi madre, la situación de la mujer y los problemas sociales que pasaban, pero esto, era algo diferente. Le di su taza de café y me senté a su lado, creo que ella ignoraba el hecho que la estaba mirando atónita  Abigail, me gustaría saber o entender ¿ qué haces aquí? se volteo rápidamente y me miro

-¿Crees que debí llegar a otra parte?, no quería molestar enserio, pero el avión llego realmente tarde y no sabía a dónde mas llegar-  dijo

-No, no, no, es solo que… reformulo en mi mente lo que voy a decir- no te había visto hace 5 años e incluso pensamos que estabas – me detengo

-Tampoco han sido años fáciles para mí, pero he vuelto y quiero volver a tener una vida. concluyo y entendí que no quería hablar de nada – mañana, necesito tu ayuda, puede que sea un gran logro para ti.- se acomodo en el sofá y se quedo dormida sin decir nada más.

Al siguiente día, en la mañana, comenzó con decirme “… vas a escribir mi biografía…”, quede atónita, pero ¿quién se creía? Apenas si las estrellas y escriben una, éramos unos don nadie y ella quería que le escribiera una biografía, y como eso podría ser un gran logro en mi carrera, simplemente estúpido. Le seguí el juego y la escuche y fue cuando me di cuenta que tenia toda la razón del mundo.