Sparks Of Love - Love In The Dark

SPARKS OF LOVE - Un nuevo Hogar

CHAPTER TEN

 

LIAM SALVATORE 

 

ASEGURENSE QUE NADA QUEDE DENTRO DEL AUTO

Ryan subía las escaleras con su maleta por detrás, mientras papá seguramente ya había llegado a su cuarto.

Y yo solo me tomaba el tiempo para encontrar la comodidad en este lugar. 

Porque realmente se sentía tan ajeno a lo que había visto antes.

Era espacioso sí, pero aún faltaban tantas cosas aquí, tantos muebles, comida… recuerdos…

Suspire con pesimismo. Tenía el presentimiento de que este año no sería para nada como el de los demás.

Que cansancio este viaje.

Y entonces subí las escaleras, poco a poco el frío de esta casa comenzaba a invadir mi ser. Se sentía tan húmedo y sin vida en este lugar. 

Un lugar donde solo estábamos siguiendo nuestras vidas después de que Lily se fuera de nuestras vidas.

Finalmente entre en el pasillo donde se dividían las habitaciones, mire con detenimiento y encontré perfectamente un pasillo muy espacioso, alcé mis cejas en sorpresa, aún así el eco era imprescindible y podía escuchar las voces de Ryan y Papá, cada uno en su habitación. Y entonces en todo el trayecto, persuadi que mi habitación era la que estaba cerrada, la última en el pasillo en una esquina.

Y con el pasar de mis pasos, ví a mi padre sentado en la cama, con su celular en mano, seguro era trabajo. Seguí mi camino y a la derecha presentaba muy emocionado a Ryan frente a su ventana, abriéndola y respirando aire puro. 

En el hotel nunca tuvimos una ventana así, siempre nos manteníamos en aire acondicionado. 

La madera era muy ruidosa, eso debía admitirlo, pero si pisaba con mucho cuidado, posiblemente no se escucharía, al menos un ladrón no tendría tiempo de escapar.

Finalmente había llegado a mi habitación, suspiré tomando la manigueta de la puerta y abriendo con detenimiento, mire con mi ojo derecho en interior a medida que se abría la puerta y finalmente todo por completo, con mi mirada completa y con una enorme habitación completamente vacía.

Altere mi mirada en toda la habitación, entrando en ella, note que el suelo era diferente al de afuera, este parecía enfatizado en ser de… ¿Vinílico? Fruncí mi ceño, era como el piso de mi habitación en el hotel, con Vinilico y bien puesto para que no sonara por completo. Porque el vinílico tenía ese problema o al menos en los lugares a los que iba.

Deposite mi maleta a un lado del espacioso suelo y me dirigí al armario del fondo, pero antes pasando el baño a un lado de este, abrí la puerta también del baño, un compartimento acto para mí, me parecía bien, sin tantos cosas, aunque para ser sinceros entre mi padre y yo, él tenía más cosas para ponerse.

Toqué con mi dedo el lavamanos, estaba limpio, como todo aquí y blanco, muy blanco. El piso aquí era igual que el de afuera.

Salí del baño y cerré la puerta, entonces me dirigí al armario, al menos este no era blanco, era de madera, un armario hecho en la pared y con puertas de madera, muy espacioso a decir verdad, casi podría meter a cuatro personas en línea ahí dentro.

Cerré las puertas de mi armario.

Entonces me dirigí a la ventana, dos, habían dos ventanas, pero me acerque a la próxima y abrí las persianas y entonces visualice la casa de enfrente. 

La chica que lloraba en ese patio. 

Jamás había visto a alguien llorar con tanto temor en su interior, supongo que pensar que tu perro ha muerto ha de ser muy trágico, pero no era necesario que actuará de una forma tan extremista.

Oye, no llores, está bien, tu perro está bien ¿No? —porque quería que dejara de llorar, no soportaba escuchar sus sollozos, casi podía escuchar sus pensamientos de lamentos y ni hablar de su mirada, parecía que había visto un fantasma, seguro era la impresión de que aún siguiera con visa el cachorro, pero cuando quise acercarme y tomar su brazo para calmarla y tal vez darles falsos ánimos, que sinceramente fue estúpido de mi parte, me tiró del brazo tan bruscamente— ¿Que te sucede? —eso sí me sacó de onda.

¿Acaso estaba desubicada con sus reacciones? Me miraba como si fuera un acosador o como si le hubiera hecho algo indecente.

Y lo que más detestaba es que permanecía en silencio puro, no emitía ninguna palabra, la señora que estaba inclusive se fue, me pareció un momento incómodo y solo ví como la señora se iba y ella aún me seguía mirando así.

Si tanto le molestaba mi presencia con decirlo era suficiente. Así que me levanté de ahí y me aleje de ella, no fuera que más personas me vieran y pensaran que le estaba haciendo algo sin su consentimiento.

Caminé sin decir nada, listo para alejarme lo más posible de esa niña, pero cuando estaba a punto de deshacerme de ella, pronunció algo con sus labios— gracias —unas "gracias" que parecían más bien obligadas.

Suspiré pesadamente— solo ten cuidado —dije sin importancia alzando mi mano y despidiéndome de ella.

No quisiera estar en el instituto con ella, eso seguramente sería aún más incómodo, yo sería como el chico que ella temía y ella una simple ovejita.

Bufé y negué con mi cabeza, recordar eso me daba tanto dolor de cabeza. Esa chica me dio dolor de cabeza.

— ¿Qué te parece el espacio de la habitación? —pero alguien estaba dispuesto a entablar una conversación conmigo, James tocaba a mi puerta.

Me dedique a mirar la casa de enfrente.

— es muy buen espacio —lo pensé en algo más que agregar— con una cama y mis cosas, se verá bien —

— me alegra escuchar eso —y ahora se paraba a mi lado, persuadi que quizás estaba con su ceño fruncido tratando de encontrar lo que yo estaba viendo.

Pero lo que yo estaba viendo no estaba en frente, ya había pasado.

— ¿Qué te parece la idea? —




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