Sparks Of Love - Love In The Dark

SPARKS OF LOVE - Un recorrido matutino

CHAPTER THIRTEEN 

 

LIAM SALVATORE

 

Abrí la puerta principal.

¿ya te vas? —papá cuestionaba a lo lejos, solo fui capaz de subir el zipper de mi abrigo, pero no tanto para no asfixiarme al correr, suspire.

— sí, correré un poco y regresaré —

recuerda regresar a tiempo, tu hermano no se puede quedar solo —el chofer de papá esperaba afuera.

Alcé mi ceja, ni aún en medio de un tiempo de mudanza lo dejaban en paz— lo tendré en cuenta —

YA ESTOY GRANDE PARA QUE ME CUIDEN —Ryan se quejaba a lo lejos, yo solo me dispuse a ponerme mis audífonos y olvidarme del resto.

Cada mañana era costumbre tomar mis audífonos y abrigo para tomar tiempo y recorrer un poco el alrededor, en Nueva York era normal hacerlo en Central Park, siempre con un guardaespaldas, exclusivo de mi abuelo, pero ahora en Atlanta no creo que sería necesario para pasar el tiempo, además que necesitaba un momento a solas.

— Frank —masculle saludando al chofer personal de mi padre.

— joven Salvatore —un pequeño saludo y firme frente a mí. Abuelo había puesto en claro sus reglas para cada uno de los guardaespaldas y sirvientes de la familia Salvatore.

Di por sentado que era momento de seguir mi ejercicio matutino y recorrer el pequeño barrio, daba gracias que tenía una memoria fotográfica, lo cual me ayudaría a poder regresar a casa.

Mi pecho cada mañana era testigo de las aceleraciones que sufría mi corazón y aunque era muy temprano y el frío recorría mi cuerpo, no podía detener mi plan de cada día.

La razón por la que corría era muy fácil y seguramente ingenua para mucho, pero era una manera para liberar el estrés y el encerramiento que muchas veces representaba, una manera de agotar mis energías por las mañanas y calmar mi euforia de cada mañana, porque era normal despertar en medio de la madrugada y encontrarme con la oscuridad incesante, darme cuenta que la soledad me estaba abrumado y que seguramente no tendría a nadie a mi lado, por eso buscaba la manera de afrontarlo solo y liberar esa pequeña inquietud en la música y en mis paseos matutinos, además que era bueno estar en forma.

Sentía mi respiración, podía escucharla como a cada momento se volvía más y más constante, el ritmo subía con cada trote.

El amanecer era hermoso, ver como el sereno dejaba poco a poco me daba tranquilidad y el hecho de pensar en que todo esto sería un día más del cuál no sabría él después, me era tan inquietante, pero me daba tranquilidad las mañanas.

Sabía que la vida seguía un ritmo que el algún momento me tocaría tomar, daba clases extras de administración general vía online cerca de las nueve de la mañana y salir a dar un paseo por la mañana, durante un tramo de cinco de la mañana a siete de la misma, era reconfortante al menos veía que el día estaba siguiendo su curso.

 

Día a día era normal ver a personas haciendo ejercicio o sacando los cachorros, pero aquí no veía a nadie haciendo eso, supongo en en Atlanta las personas eran aún más perezosas que en Nueva York y creo que tenían sus puntos, aquí no había tráfico constante, era una barriada tranquila, donde los inquilinos dormían hasta el momento de ir a sus trabajos, mientras que en Nueva York a temprana edad, los ruidos de las ambulancias o policías te levantaban, las bocinas de los autos o las personas saliendo de sus habitaciones te despertaba, estar en Nueva York siempre fue muy ajetreado.

Pero aquí, el tiempo parecía transcurrir muy lento, muy tranquilo y apacible.

Di la vuelta en la intersección próxima donde pude ver finalmente vida humana, eran dos ancianos, respire hondo y los vi al otro lado de la carretera a este tiempo ya empezaba a sudar.

La pareja de ancianos caminaban juntos mientras reían y charlaban entre sí, con zapatillas y abrigo, con ropa deportiva.

Sorprendido miré a la pareja. Un par de personas que hacían ejercicios y a esa edad, era increíble.

Procure seguir mi camino al tiempo que se aproximaba un cruce, pues pensé en que no estaría mal que un poco más de camino y descubrir más esta barriada me trajera problemas.

Las casas traían en sí jardínes muy increíbles, también debía admitir que la jardinería estaba en todo su esplendor, por no decir que parecían querer resaltar de otras casas de espíritu pobre.

Y sólo allí en un momento dado, pude encontrar un parque con la vista, estaba cerca, a este trote estaría en el e unos seis minutos, podría tomar un descanso allí y disfrutar de la vista, mire a los lados antes de cruzar y dirigir mi dirección a la otra vereda, donde otra hilera de casa se encontraba y donde un hombre entraba en su auto para irse, donde una trabajadora salía de su casa temprano por la mañana y bostezando se alejaba de su casa.

Las personas empezaban a levantarse e ir a sus trabajos.

Ahora me sentía agitado, supongo que el trote matutino estaba dando sus efectos, sabía que no había corrido lejos de casa y podía volver por el mismo camino.

Y al acabar la canción que me propuse a escuchar, mis pies en las escaleras del parque llegaron, no era un parque para niños sino más bien para sentarse y admirar el lugar, suspiré y subí las escaleras, tomaría un descanso antes de seguir mi recorrido, tal vez regresar a casa.

Entonces subí las escaleras, tomé el primer banco que vi y me senté en él, visualice el lugar con tranquilidad y note la pequeña fuente que había allí, llena de enredaderas y totalmente descompuesta, ladee la cabeza.

Seguro en sus tiempos habría sido una fuente muy linda, apoyé mis manos en mis rodillas y pude sentir como mi corazón se acelera con mucha facilidad, necesitaba calibrar mi respiración.

Así como esta fuente se veria linda con un poco de arreglo y buenos tratos a las plantas a su alrededor.




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