Sparks Of Love - Love In The Dark

SPARKS OF LOVE - Algo diferente

CHAPTER TWENTY

— tal vez algunas frambuesas en el pastel —frunció su ceño frente a el recipiente no muy convencida.

En 809 Roswell St NE, Marietta, GA 30060, Estados Unidos

Hace menos de unos minutos habíamos llegado al supermercado de la bendita, mamá había decidido realizar un pastel especial para los vecinos nuevos, con un toque de su nueva experiencia le sería suficiente para hacer uno de los pasteles más delicioso que alguna vez ella haya hecho. Pero con cada ingrediente se quedaba estancada en una área específica del supermercado, como si le costase pensar que ingrediente sería mejor, si el que tenía en la mano derecha o el que tenía en su mano izquierda, si era mejor coco o era mejor almendra, si intentaba hacerlo cuadrado o lo dejaba en un círculo, si era de chocolate, vainilla o fresa, si lo dejaba sin sabor específico y lo hacía napolitano. 

Y yo, la encargada de llevar la carretilla, solo era capaz de intentar seguirle el paso, pero realmente era algo difícil, los pasillo eran estrechos y mamá se gozaba en regresar a un lugar una vez habíamos partido y muchas veces me era difícil girar la carretilla para volver a donde estaba ella o retroceder como en muchos de los casos hice.

— ¿qué dices tú, cariño? —y entonces dejó de enfocar su vista en el recipiente y me miró— ¿frambuesas? ¿o las clásicas fresas sobre el pastel? —apoyada sobre la carretilla en la que me encontraba, mirando desde la distancia el recipiente y luego dirigiendo mi vista a la estantería, fui capaz de captar mi atención en unos pepinos improvisados que habían también y que me resultaba muy gracioso que tal vez el pastel tuviera eso en vez de algún ser dulce. 

Entonces tomé el frasco de pepino en mano y formule en mis labios con una sonrisa aproximándose— creo que unos pepinos realmente serían una bomba en un pastel —pero entonces mamá me miró con sus lasers invisibles en los ojos y me dio a entender que no quería bromas.

— Alexa, es enserio, toma esto en serio, los nuevos vecinos no pueden tener pepinos en su pastel de bienvenida —se quejó, aunque pude ver una sonrisa en sus labios, que no se aguantaba un chiste tan bueno.

Pero entonces, exactamente entre las neveras de helado y la de sodas congeladas vi a alguien que en mucho tiempo no lo había hecho y aunque parecía que no había cambiado en nada, Asher, uno de los mejores amigos de Andrew estaba comprando frente a mí y no sabía si me había visto o sino lo había hecho, tal vez ni siquiera me habría notado, pero por un respingo intercepte que no sería bueno que me viera, no lo había visto desde el funeral. Era uno de los más cercanos, se había dejado crecer el cabello y también se lo había teñido, era increíble como seguía tan bien fornido.

La mano de mamá fue sacudida frente a mí— ¿fresas tal vez? —me miraba expectante con una ceja alzada, realmente le interesaba lo que llevará el dulce.

Parpadee unas cuantas veces y asentí frente a su interés particular de las fresas objetando un aporte— fresas estaría perfecto mamá —

Sonriente asintió y se fue en busca de las fresas, suspire, ahora me tocaría dar la vuelta para alcanzarla, pero para cuando ella ya hubo cruzado la intersección para desaparecer, unas manos de lado contrario de la carretilla me tomaron desprevenida, solté un respingo y aferre mi agarre al soporte de la carretilla. 

Asher me había visto y se había acercado.

— Collins Alexa —

— Thompson Asher —dije con un hilo nervioso en la garganta.

El sonreía orgulloso, tenía su iris tan normal y su aura definitivamente no había cambiado, parecía que el tiempo le había favorecido al joven Asher. Dibuje una media sonrisa en mis labios.

— ¿cuánto tiempo ha pasado Alexa? —su respiración por un momento se detuvo, pero suspiro pesadamente frunciendo su ceño— ¿qué ha sido de tu vida? —

Baje mi mirada. 

¿Se imaginaría a alguien con mi circunstancia bien? O tal vez ni siquiera se le había pasado por la cabeza.

— vacaciones —masculle indecisa por lo que diría, porque solo había llorado, ido a terapia, comido y listo, ese era el ciclo de mi vida— estuve en casa —masculle.

— en casa, una chica de hogar, lo imagine —lo imagino— bueno, eso explica porque no has venido a las fiestas —

Fruncí mi ceño— jamás he ido a una fiesta —

— lo sé, era una invitación delicada —entonces guiñó un ojo— una fiesta antes de iniciar la escuela nunca hace mal —

— tendrás más en el transcurso de la escuela —indique sabiendo lo que sería. Asher rió por lo bajo y negó con su cabeza.

— ¿Irás? —lamió sus labios y deshizo su mano de mi carretilla— es decir, para despejar tu mente de estar encerrada, no sé disfrutar un poco, puedes invitar a alguien si quieres, sabes que eres parte de nosotros —

¿Parte de ellos? ¿Lo era?

— lo pensaré —masculle indecisa— aunque no creo que pueda, vives muy lejos, será de noche, posiblemente tenga problemas… —

— entonces vendrás genial —pero Asher ya había dado por hecho que si iría— te pasaré a buscar a casa, solo asegurate de darme tu direccion por mensaje, lo estaré esperando, te pasaré a buscar como a las nueve o diez —y entonces me guiñó un ojo y sonrió despidiéndose— hasta luego, Alexa, nos vemos en la fiesta —

En… la… fiesta… 

Thompson Asher desapareció en dirección derecha. Y yo no sabía ahora que hacer, lo mejor sería no ir, no mandarle un mensaje y fingir que nada de esto pasó o cuando lo viera en la escuela decirle que ocurrió un percance. Asentí.

Eso haría.

— excelente, una fiesta, nunca has ido a una, podrás hablar con tus amigos después de tanto tiempo —pero la voz de mamá se escuchó tras de mí, tragué fuerte.

Mamá había escuchado sobre la fuesta, la oportunidad perfecta para deshacerse de mí y mi depresión, ahora si que no tendría escapatoria, con ella tras de mí recordando eso— no es importante que vaya —masculle.




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