Sus palabras quedan en mi cabeza un buen rato, él solo me mira como si lo que acaba de decir no fuera tan importante, me escanea completamente el rostro.
– Luke… estás loco – hablo sin fuerzas y mientras lo escucho reír suavemente.
– Sí, un poco pero lo digo en serio Kate. Jamás he dejado de amarte y…
De pronto recuerdo lo que había encontrado el primer día de trabajo y se me ocurre por alguna razón, preguntarle. Además, funciona perfectamente para cambiar de tema porque simplemente no me parece hablar de esto como si Michael no existiera en nuestras vidas.
– ¿Por qué conservas mi diario? – levanta las cejas bastante y en sus labios se dibuja una sonrisa tonta – y, ¿por qué si habías leído mi diario aparentabas no saber nada?
– Ponte ropa – habla serio y me extiende la ropa y sale de la bañera – bueno, las dos cosas tienen muy buenas explicaciones.
– Por supuesto – ruedo los ojos suspirando y salgo cuando ya tengo todo puesto.
– He guardado todos estos años ese maldito diario porque era lo único que me quedaba de ti, cada vez que tengo algún problema o me siento como la peor mierda existente… lo abro y leo un poco, me hace recordar que en algún momento alguien llegó a amarme de verdad y que llegué a ser importante en la vida de alguien.
No me mira a los ojos, tan solo habla en voz baja y puedo notar como disimuladamente se limpia los ojos. Realmente se me parte el corazón al verlo así, me acerco cautelosamente y lo abrazo. Él no tarda en rodearme la cintura con sus brazos y presionarme contra su pecho con fuerza.
– Jamás te dije que lo había leído porque me parecía injusto, para ti; eres más de lo que nunca merecí – habla sobre mi cabeza despacio – estaba enamorado de ti y mucho, pero cada vez que te veía solo podía recordar la estúpida verdad de que era muy malo por ti. Por Dios, Katherine siempre te vas a merecer algo mejor.
– ¿Y eso que importaba? – me separo un poco de él para poder mirarlo a los ojos – eras lo único que quería.
Lo veo acercarse a mi boca y rápidamente doy dos pasos hacia atrás, no podía permitir que eso pasara.
– Pero las cosas no funcionan así, claro – asiente – lo entiendo. Estás con Mike, yo soy solo un muro en la costa… te respeto. Tan solo espero que sepas esto – pone sus manos en mis mejillas de forma suave – estaré aquí cuando me necesites o esperándote, porque estoy seguro de que nuestro… momento si lo quieres llamar así; no ha terminado aún.
Sus palabras son interrumpidas por el sonido de mi celular, con el corazón en la mano corro hacia mi bolso y veo el nombre en la pantalla.
– Hola cariño, ¿qué sucede?
– Hola, eh nada… solo… ¿durarás mucho? Tu madre me acaba de llamar diciendo que tiene un almuerzo familiar.
– Oh, mierda, sí. Lo había olvidado, estaré ahí pronto.
Cuelgo la llamada y recojo mis cosas rápidamente, Luke me mira desde el mismo lugar de antes con el ceño fruncido.
– ¿Algún problema?
– No… mamá organizó un almuerzo.
– Vaya, hace mucho tiempo no escuchaba nada de tu madre.
– A veces pregunta por ti – sonrío levemente y suspiro pensando un poco lo que voy a decir – ¿quieres ir?
Él levanta la vista rápidamente y puedo ver sus ojos brillantes, sonríe ampliamente mientras asiente muchas veces.
– Me encantaría – susurra.
– Entonces… es a las dos, te espero ahí supongo.
Sin verlo mucho tiempo más salí de las duchas con rumbo a casa. Cuando llegué todo estaba muy silencioso, hasta que vi la puerta del baño abierta y a Mike tarareando una canción mientras peinaba demasiado su cabello.
– Este tipo de cosas no se ven todos los días – rio mientras me acerco a él y beso su mejilla – ¿por qué te estás peinando? Se supone que no te gusta hacerlo
– No… pero ya sabes, vamos a ver a tu madre y… – se encoje de hombros y me mira nervioso. Frunzo el ceño ligeramente.
– ¿Qué tienes?, llevas años de conocer a Mauren, incluso te ha visto en ropa interior – se sonroja bastante mientras ríe – no tienes que peinarte cariño.
– Solo quiero estar presentable – asiento en silencio y salgo del baño cerrando la puerta pero no completamente.
Desde el pequeño espacio que dejé puedo ver a Michael sonriendo hacia el espejo mientras acomoda su camiseta por quinta vez, suspiro haciendo una mueca y pienso en Luke. ¿Me gustaría ver a Luke ahí, en el puesto de Mike? Salgo casi corriendo cuando escucho mi celular.
– Mamá, hola… justo estaba alistándome – miento.
– Bueno pues cámbiate de ropa y ponte un vestido.
– ¿Cómo sabes… – me interrumpe rápidamente y ruedo los ojos.
–Oh, cariño, te conozco. Ahora, ve y ponte un maldito vestido porque quiero que vengas linda.