Anne corrió buscando un sitio donde estar a solas, prefirió salir del edificio de aulas y cruzó hacia la zona arboleada. Necesitaba un lugar donde lamentarse por haber llegado a donde obviamente no era bienvenida.
Se sentó sobre el pasto y tomó un prolongado respiro. Pronto sus ojos se tornaron húmedos, reprochándole al recuerdo de su hermana que se había equivocado al dejarla en ese lugar. Cuando las lámparas se llenaron de luz, se preguntó cuánto tiempo habría pasado, pero poco importaba eso porque no tenía una casa a la que regresar temprano.
Repentinamente tras uno de los arbustos vio moverse una pequeña figura que saltaba de un lugar a otro, en un instante había cuatro de ellas que llegaron hasta donde estaba, tenían la forma de pajarillos hechos de papel. Uno de ellos que revoloteaba demasiado cerca golpeó su brazo, Anne lo levantó e intentó que aquel curioso animalillo retomara su vuelo, pero no lo logró.
Los tres restantes regresaron por donde habían llegado y Anne los siguió, hasta encontrarse con un curioso joven de aspecto delgado sentado sobre una banca, a su alrededor las figuras de papel levantaban el vuelo.
―Así que ahí es donde estabas, creí que te había perdido ―exclamó el aprendiz de pelo grisáceo señalando el ave en la mano de Anne.
―¿Son tuyos?
―¡Claro! ¿Quieres que te muestre cómo los hago?
Ella con cierta desconfianza se sentó a su lado. El chico en cuya mano derecha ostentaba tres anillos, cada uno con una singular piedra de diferente color, tomó una hoja de su cuaderno y realizó algunos dobleces hasta transformarlo en un pajarillo inerte.
―Phaway ―le susurró al papel y este empezó a aletear―. ¿Ves que sencillo es? ¿Por qué no lo intentas?
Señaló la figura que aún seguía al resguardo de su mano.
―No lo creo ―confesó con voz deprimida dejando la figura en la banca―. Nunca lograré hacer nada de esto, eso me quedó claro hoy ―dijo al reconocer el rostro del chico, uno de los que estaban en la clase de Araki.
―¿Sabes cuántos intentos hice para que una sola de mis figuras pudiera volar?
―No lo sé, tres, quizás menos.
―Yo tampoco lo sé, después del veintitantos dejé de contarlos ―admitió con sinceridad―. Solo me fascinaba la idea de verlos moverse ―añadió, mientras formaba una figurilla con forma de mariposa y se la dio.
Anne quiso regresársela, pero él insistió en que se la quedara.
―Para cuando decidas intentarlo… Por cierto, me llamo Joan Zeyad.
―Soy Annelise Gagnon.
―Sí… lo sé.
Cassidy la encontró poco después de que Joan se había ido. Trató de levantarle el ánimo, explicándole que Keira era conocida por ser arrogante y por creerse la aprendiz más importante del instituto, y que Araki era todo, menos compasiva con sus aprendices. Además, de decirle que le había parecido absurdo que la hubieran enviado con ella, quien solía dar clases del nivel III en adelante, y que era la primera vez que una aprendiz de su edad tomaba clases con los de nivel inicial.
Después de pensarlo por un momento, haciendo sus propias suposiciones, le comentó que podía deberse a su don para viajar entre mundos sin una llave, por ello el regente la había enviado con Araki, alguien que le enseñaría a controlar ese poder.
¿Y si Sir Arion pensaba lo mismo? ¿A lo mejor por ello no le había preguntado nada de su llegada? Él no sabía sobre la misteriosa figura encapuchada que había visto ¿Y si en realidad era eso lo que la trajo y no su supuesto don? Pero no podía decírselo a nadie, porque lo había prometido, solo sabía que era un error estar con Araki, concluyó Anne, hasta el punto de sentir un pinchazo en la cabeza.
―¿Qué significa novano? ―cuestionó después de un rato, mientras se dirigían al dormitorio, sopesando la vergüenza y pesadez que su primer día de clases le había concedido.
―En pocas palabras significa… maldito traidor ―musitó Cassidy―. Aunque para ser más específico es un insulto que los versas usan contra todos nosotros los fairos.
―¿Traidor? ¿Por qué?
Cassidy se lo pensó un momento.
―Hace mucho tiempo, cientos de años atrás, nuestro mundo era distinto. Avadaya estaba dividido en dos grandes grupos de magos: aquellos que apoyaban al Orkam Imperator o Emperador Oscuro, un poderoso mago que regía nuestro mundo, pero era tal su crueldad y sed de poder que asesinó a pueblos enteros que no se rindieron ante él… y aquellos que no apoyaban su reinado. ―Hizo una mueca y prefirió no entrar en detalles―. Hasta que un grupo de magos y criaturas se rebelaron contra su dominio. Después de años de guerra y muerte, lograron derrotarlo. Fue ahí donde nació el primer Gran Consejo…
―¿Gran Consejo?
―Magos elegidos por su sabiduría que profirieron las reglas de nuestro mundo. El primer Gran Consejo se encargó de enjuiciar a los magos que habían apoyado al emperador, los novanos como se les llamó. Algunos por sus crímenes recibieron su castigo en Avadaya, pero otros fueron enviados al nuevo mundo, un lugar donde, según creyeron, la magia no era capaz de sobrevivir, ese sería su condena “Perder su poder”.
#9118 en Fantasía
#2019 en Magia
amor drama muerte traumas, fanficbts, misterio muerte suspenso
Editado: 10.10.2023