Sr. Le Roux

31. ★

NATHALIE.

Todo iba tan bien en nuestra vida que ya me estaba sintiendo un poco paranoica, sentía que en cualquier momento todo se desmoronaría, había encontrado unos papeles de divorcio ya firmados por Alexander, no quería pensar negativamente, pero verlos me llenaba la cabeza de dudas, ¿Por qué los tenía? ¿acaso ya quería deshacerse de mí?

— ¿Empacaste todo lo que necesitabas? — le pregunte mientras lo veía arreglar la maleta para su viaje.

— Si, voy a extrañarte mucho mi amor — me abrazo de la cintura.

— También te voy a extrañar mucho, ten mucho cuidado — empecé a delinear su mandíbula.

— No te preocupes, voy a estar aquí en menos de una semana — me beso suavemente

Caímos a la cama en medio de besos y caricias, y terminamos amándonos con tanta pasión como siempre, él me hacia subir a las estrellas de una forma inexplicable, me besaba y tocaba con tanto amor que sentía que me derretía a su tacto.

— Estos días llevaré a cabo el plan, cuando vuelvas podrás poner en marcha todas las acciones legales — mi cabeza reposaba sobre su pecho mientras escuchaba el acelerado latido de su corazón.

— No quiero que te pongas en riesgo amor — suspiro fuertemente y me atrajo a sus brazos. — me da miedo que te pase algo — era tan lindo, estaba completamente enamorada de ese hombre.

— Seré muy cuidadosa — apoye mi rodilla en la cama para elevarme y unir nuestros labios nuevamente, con un poco de impulso quede horcajadas suyo y volvimos a amarnos como solo nosotros sabíamos hacerlo.

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Lo acompañe al aeropuerto y al despedirnos sentía que era un adiós verdadero, como si todo fuera a acabar ahora, como si todo hubiera acabado.

Intenté sacar ese mal presentimiento de mi interior y me dirigí a ver a mi abuela, al llegar, fuera de su habitación se encontraba Katherin hablando muy gratamente con un chico.

No le di mucha importancia a ello, pase por su lado saludando a Katherin como siempre y le hice un ligero asentimiento con la cabeza al chico antes de entrar a la habitación de mi abuela, justo antes de pasar el umbral de la puerta él me detuvo sosteniendo mi brazo.

— ¿Nath? — lo mire curiosa, no recordaba haberlo visto antes, sin embargo, había algo familiar en su rostro

— Es obvio que no me reconoces, soy yo, Drake — ¿Drake? por dios mi hermano estaba aquí, después de tantos años

— Drake, por Dios mírate, ¿de verdad eres tú? — él asintió con la cabeza, lágrimas empezaron a salir de mis ojos, por fin había encontrado a mi hermano, bueno, él me encontró a mí, pero al fin estábamos juntos.

— ¿Como me encontraste?, ¿cómo estás?, ¿cómo fue que saliste de eso? Te buscamos por todos lados — lloraba sin control.

— hey hey, tranquila, sigues siendo una llorona — me rodeo con sus brazos.

— Aún soy tu hermana mayor— lo escuché reír y me abracé fuertemente a él.

— Lo sé, hace poco tiempo empecé a buscarte, cuando me entere que saliste viva del accidente, busque a la abuela, y fue un poco difícil, pero logre rastrearlas hasta aquí —

— Nosotras también te buscamos, decían que habías desaparecido en el bosque, pero nunca lo creímos, buscamos sin parar hasta que la abuela enfermó, tuve que priorizar su cuidado —

— Esta un poco perdida el día de hoy, la chica con la que hablaba me conto de su condición, solo espero que me reconozca la próxima vez que venga y no eche a patadas al verme — hice una mueca con mis labios.

— Si, es difícil su situación, suele echar de la habitación a las personas que no reconoce, a mi me confunde con mamá, por eso puedo estar a su lado aun en sus días feos —

— Las encontré muy tarde —

— ven estos días a verla, seguro que habrá uno en el que este lucida, se alegrará de verte —

— La verdad estoy aquí de paso nada más, vivo en Boston —

— oh, ya veo, ¿estas bien allá? Qué bueno que me encontraste — me abrace nuevamente a su cuerpo

— Te encontré gracias a mis padres adoptivos, ellos me encontraron en la carretera después del accidente, dijeron que el auto había quedado completamente destruido así que dudaban que alguien allí viviera, me llevaron con ellos y hace unos años nos enteramos que habías sobrevivido, y aquí estoy —

— ¿cuánto tiempo te quedaras?, quiero presentarte a mi esposo — lo vi sonreír

—¿Estás casada hermanita? eso es genial, y aunque me encantaría conocer a tu esposo, esta noche viajo de vuelta a casa, pero vendré en un mes — asentí con la cabeza.

Pasamos la tarde charlando, me enteré que era un gran abogado penalista, que le iban más los hombres y que por el momento estaba en una relación con un chico llamado Charlie, yo le conté un poco de mi vida, de como había conocido a Alexander, omitiendo el hecho de que nos casamos por contrato, le dije que hace poco me había mudado a una hermosa casa y que anhelábamos pronto llenarla de niños.

Cerca de las seis de la tarde él se despidió de mí, tenía que verse con un cliente y un amigo suyo, que también era socio en su despacho lo estaba esperando, quedamos de vernos el siguiente mes y mientras nos despedíamos recibí la llamada de Lexie, teníamos que alistarnos para llevar a cabo nuestro plan.




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