Una risa se deslizó en el fondo de su mente. No sabía de quien era o de donde provenía, a su alrededor todo estaba oscuro. De a poco fue tomando forma una dulce sonrisa, la más auténtica que había visto alguna vez. Pero no retuvo esa imagen por mucho tiempo, se esfumó.
En su lugar apareció con lentitud una mirada verdosa, escondida entre largas pestañas. No lo miraba a él, por alguna razón, los ojos se dirigían al suelo. La visión no era clara, se mantenía borrosa.
Trató de concentrarse para que fuera más nítido, pero fue imposible ver mejor o descubrir de quién eran esos ojos.
"Nicholas esta casado con la señorita Areleous" sonó en su mente, como si viniera de un lugar lejano.
¿Nicholas? ¿Areleous? ¿Quienes eran esas personas? Relacionó aquellos ojos con la señorita Areleous, ya que lo que había visto era una mirada femenina.
Despegó sus parpados con algo de dificultad. La intensa luz lo saludó primero, cegándolo por unos instantes.
Cuando se acostumbró a la claridad, inspeccionó el lugar.
Estaba en una pequeña habitación. El color crema predominaba en cada rincón, el cuarto se veía pulcro, muy bien cuidado. Notó que él yacía recostado en una camilla, estaba envuelto entre sabanas blancas. A su costado había una maquina tomando su pulso.
¿Un hospital? Estiró su espalda queriendo sentarse, pero pronto se dio cuenta del error. Le dolía todo el cuerpo y su cabeza palpitaba con un dolor agobiante.
Se la tomó y se quejó. Decidió echar otra mirada a la habitación.
Era innegable que estaba en un hospital, algo le había pasado pero no podía recordar qué.
Sentía como si su mente estuviera desordenada.
Parto las sábanas y se examinó de pies a cabeza.
Vestía una bata de hospital y un par de moretones adornaban su piel. Tenía vendajes en algunas zonas de su cuerpo.
¿Qué rayos le había pasado? Empezó a moverse, queriendo levantarse.
La puerta que estaba a su costado se abrió de repente. Revelando a un hombre mayor, llegaba una bata blanca y anteojos—No, Señor Deomakis—le dijo con suavidad—Permanezca recostado.
Nicholas no lo hizo, sus pies tocaron el suelo y se levantó— ¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy aquí?—comenzó a lanzar preguntas con su ronca voz.
El doctor empujó sus hombros para sentarlo—No se alarme, tuvo un accidente y es evidente que ahora esta padeciendo una amnesia transitoria. Es algo que ocurre con normalidad, en unos minutos todo estará más claro.
—¿Un accidente? No puedo recordarlo, no recuerdo ni mi nombre.
El doctor asintió—La amnesia postraumática es algo habitual tras un accidente. No podrá recodar nada y se sentirá desorientado. Pero pasará en unos minutos—quiso apaciguarlo—Mantenga la calma y colabore con las pruebas que le haré. Su memoria volverá en cualquier momento.
Nicholas se esforzaba por rememorar el accidente, pero no logró sacar ningún detalle—¿Qué fue exactamente lo que me pasó?
—Tuviste un accidente en barco—le informó—Si no lo recuerdas, tu nombre es Nicholas Deomakis. Pero no te estreses, ya vendrá toda tu memoria así como se fue.
«¿Nicholas?» Él escucho ese nombre antes, se esforzó por recordar.
"Nicholas está casado con la señorita Areleous"—¿Tengo una esposa verdad?¿Dónde está ella?—preguntó apenas esas palabras cruzaron su mente.
El doctor alzó sus cejas—Lo lamento, señor Deomakis. No sabíamos que estaba casado. Llamamos a varios de sus familiares, pero su padre fue el único que podía venir—le comunicó, recordando la forma desagradable en que le habló el hombre—Intentaremos dar con su esposa, si es posible.
—Tampoco puedo recordar a mi padre—dijo asustándose—¿Cuál es su nombre?
El sujeto sacó una linterna médica de su bolsillo—Descuide, pronto resolveré todas las dudas que hagan falta—le dijo—Pero antes déjeme revisarlo. Voy a verificar la dilatación de sus pupilas y necesito que responda a mis preguntas.
...
Después de comprobar su salud, el doctor abandonó la habitación. Le aseguro que no veía daños de gravedad y que era cuestión de tiempo para que recordara cosas. Tuvo razón, recordó pequeños detalles como rostros y nombres.
Golpearon la puerta y entró una enfermera—Hay un amigo que quiere verte—le comunicó y se hizo a un lado para que el hombre pasara.
Era un sujeto joven, su cabello era rubio y sus ojos eran marrón oscuro. Llevaba una barba con un corte prolijo y su brazo estaba enyesado.
Nicholas no lo reconoció.
—Te ves peor de lo que imaginé—dijo atravesando la habitación y notando el desconcierto de Nicholas—Lo sé, lo sé. No recuerdas nada. Y también sé que pasará.