Srta. Drake

9

Mis ojos poco a poco se abrieron mostrando una imagen algo borrosa de una habitación  la cual no es la mía, dormí tan bien... espera ¿qué?, me senté  de golpe y observe con más  atención  a mi alrededor de repente recordé, me quedé  dormida.

Tomé mis cosas las cuales se encontraban en el tocador de noche. Mi teléfono  suena y tomo la llamada... es Dallas. -Hola, ¿cuanto? ¿una semana?, esta bien... espero que tu madre se mejore enviale saludos de mi parte- hice un puchero y decidí  bajar.

Huele a tortillas de huevo y café ¿acaso el presidente está  cocinando? Me acerco completamente y no, era demasiado perfecto como para ser real. -Buenos días,  Srta. Drake- él esta tomando una taza de café  mientras que con su otra mano sostiene un libro. -Karlla, sírvele  a la Srta por favor- asiente y saca un plato.

-No, no lo hagas... no tengo hambre ahora- observa a el Sr. Dorlan y este asiente finalmente ella guarda el plato ¿acaso pensaba obligarme a comer si el no asentía? -Sr. Dorlan iré  a ducharme y luego regresaré- tomé  las llaves de el auto decidida.

-Iré  con usted y la esperaré asi no regresará... tardaría  más- cuando menos lo imaginé  me tomó  por la cintura.

Tomó  las llaves y subió  a el piloto. -¿Porqué  me tomó  de la cintura?- pregunté y arreglé mi cabello un poco.

-Mi madre le contó  Karlla y ahora debemos fingir frente a dos personas- arrancó  y sonrió  un poco.

Comprendo, ¿va a entrar a casa?

-Sr. Dorlan podría...- no sirve de nada hace ya que bajó  y ahora está  frente a el amplio rejado.

-Sr. Drake que gran casa tiene usted y quién  la viera pensaría  que es alguien ordinaria- pasó de largo en el momento en que el portero abrió  el rejado.

-Esta casa me la dejó mi abuelo, a mi hermano le dejó  unos apartamentos pero sigo siendo alguien ordinara... odio los lujos, este lugar y mi auto son mi unica excepción- comenté  abriendo la puerta. -Bien pueda y pase usted- dije mientras entraba y le caminaba hasta la cocina.

-¿Un iPhone XS Max no es un lujo?- se sentó  e un taburete.

-Solo es por la cámara- me defendí  mientras sacaba un poco de agua de la nevera.

-¿Y cuando piensas ir a ducharse?- ahh cierto.

-Ohh cierto, regreso en unos minutos- quité mis tacos y corrí  a toda prisa al segundo piso.

Me duché, cepillé, maquillé, me puse un traje un tanto casual y bajé- bajo lo más  relajada que puedo y aún  así casi tropiezo.

-¿Lista? Bien, andando- tomó  mi hombro y siguió  hasta subirse a el puesto del piloto. -He notado que usted no desayuna Srta. Drake ¿esta usted en algún tipo de dieta rígida?- preguntó  acelerando repentinamente.

-No es algo... de lo cual debiera preocuparse Sr- solté  ocultando un mechón  de cabello tras mi oreja.

-Está  usted en todo lo correcto Srta, sol9 le diré esto... no es un consejo, odio los consejos... creo que aún  subiendo de peso usted se vería  muy hermosa, las ulceras se dan cuando se saltan mucho las comidas despues de eso viene un cáncer estomacal ya que al no comer los ácidos  que desprende tu sistema disgestivo se comen las paredes de tu estomago ya que no tienen nada orgánico  con lo cual acabar- quién  no sabe eso, no es que no coma... yo solo como frutas, ensalada, agua y pancakes cuando se da la ocasión.

Muy en mi interior me siento algo insegura de mi aspecto... solo quiero impresionar.

No respondí  nada, el silencio no fue incomodo... de hecho fue agradable, el Sr. Dorlan estuvo todo el día en juntas directivas.

-¿Ya se va Sr. Drake?- el vicepresidente se asomó  con media sonrisa en su rostro, asentí  y tomé  mi bolso. -Le avisaré  a James- dio media vuelta y lo paré. 

-¡No! No deberías  molestarlo, ha de estar muy cansado... solo dígale  que le llamaré  un taxi- asintió  y se despidió  agitando bruscamente su mano.

¡Maldición! Las llaves, golpee mi cabeza contra el tejado de el auto y me quedé  así  unos segundos hasta que alguien golpeó  a mi lado. -¿Acaso pensabas irte y abandonarme aquí?- lo dijo en un tono algo agitado  como si hubiese corrido una maratón,  con algunas gotas de sudor en su rostro, su cabello desordenado y su corbata hecha un desastre, que guapo... 

Debía  aceptarlo es todo un adonis. -Emm, pensaba pedirte un taxi para cuando llegara a casa, supuse que estarías  ago cansado- sonreí  con algo de ironía  alo que el abre la puerta deel copiloto. -¿No vas a conducir?-

-Sube- pero que elegancia la de Francia. -Irémos  a tu casa ¿si? y después  me llamas un taxi- sobó mi cabello y cerró  para luego subirse al puestod el piloto.

-¿Porqué  te portas tan bien hoy?- pregunté con el ceño fruncido.

-Quizás porque no todo el tiempo debo solo fijarme en mí- oght, que narcisista. -Hay cosas que no te pueod contar porque no quiero que esa sonrisa tan renegada en tu rostro se borre- su móvil  sonó y sin dudarlo tomó  la llamada, ¿a que se refiere? -En hora buena Sthepeng ¿lograste hacer lo que te dije?, eso es bueno y dile a todos en la empresa que aquella o aquél  que vuelva o intente  mencionarlo quedará  totalmente despedido, gracias Sthep- ¿que está  pasando?

-Sr. Dorlan disculpe mi intromisión  ¿pero ha pasado algo en la empresa?- cuestione y con una sonrisa negó. 

-Nada de lo que deba preocuparse Srta. Drake- se estacionó y suspiro. -Creo que me ha dado algo de hambre, supongo que me quedaré  un rato- dijo bajandose para antes de que pudiera abrir el ya lo había  hecho por mi.

-Pase Sr. Dorlan- dije guardando las llaves en mi bolso.

-¿Que tienes de comer?- preguntó  tomando asiento y quitándose por completo la corbata. -Tengo una idea, veamos una película... ¿tienes maiz?- asentí.



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En el texto hay: juvenil, romance, oficina

Editado: 25.07.2021

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