Srta. Drake

14

-Eres tan preciosa, tan amable, tan pero tan... sexy- acaricia mi mejilla  y su mano está demasiado fría. - -No te resistas, nos casarémos y te haré feliz... vivirémos juntos y prometo no tratarte mal ¿Sabes ya estoy en el 3er año de medicina? Me especializaré para ser neurocirujano y ganaré mucho dinero para ti, me esforzaré solo por tí... solo por que te amo- acaricia mi cabello y lo huele.

Tengo tanta hambre... ya llevo 5 horas aquí... Ya no estoy en casa, me ha traído a no sé que lugar, por instinto  mi estómago cruje del hambre. -¿Tienes hambre? Aquí traje algunos aperitivos te los daré pero no vayas a gritar- quita el pañuelo de mi boca  mientras me ofrece algunas papas  fritas. 

-Yo no como eso, es comida artificial- me quejo y rasca su cabeza.

-Iré a prepararte algo, te deben doler mucho las manos... te voy a soltar para que circule un poco tu sangre pero no hagas nada estúpido- me soltó y salió de el cuarto, sótano o bodega esta.

Diablos! Ya tenía los brazos  entumidos, me desataré los píes... Okay todo listo ahora a ver como salir de aquí. Mierda no hay ni una estúpida ventana solo hay pedazos de metal, cajas y más cajas. No hay tiempo suficiente, corro hacia la puerta... diablos no es que sea tan imbécil para no ponerle seguro.

Necesito salir de aquí, ¡maldición!. -¿Qué haces? ¿intentas escapar?- rayos, que rápido.

-Solo solté mis pies y camino un poco, los sentí un poco entumidos-  que idiota me dio la espalda.

-Ven a comer... tenía un poco de arroz chino en la nevera- me acerco a la barra de metal y la tomo, lentamente voy hacía el y... -¿Piensas que podrás golpearne con eso?- diablos. -Deja de ser estupida y come, tu lo pediste- ¿este hombre tiene ojos detrás?

-Yo sólo te iba a preguntar para que tantas cajas y metal- pésima,  pésima  escusa.

-¿Acaso piensas que me vas a  en...-  supongo que si pude golpearlo.

Busco las llaves, no están... mierda, oh están en la silla, me apresuro a tomarlas y abro la puerta. - Ahora quédate aquí, igual no podrás  salir?- cierro con seguro... esas escaleras deben dar a el piso de arriba al parecer si estaba en el sótano, otra maldita puerta y está vez las llaves no sirven, Ben  ya lo tenía planeado.

Regreso en mis pasos y... una ventana, tengo que salir como sea de aquí.

Actualidad.

-Buenos días- James saluda mientras lava sus manos. -Ven a desayunar- dice y corre la silla para mí.

-Gracias, no sabía que cocinabas- mencionó viendo los crepes y el beicon  que está en el plato.

-No, mi madre lo hizo... le dije que te quedarás aquí por un tiempo y llegó de la nada con algunas bolsas a prepararlo- asiento y corto un trozo de beicon para introducirlo en mi boca. -Espera, hizo algo más y es demasiado delicioso creo que deberías probarlo- menciona y se pone de pié. 

-¿Qué es?- pregunto y tómo un poco de pulpa de uva.

-Me hizo a mí,  ¿Qué piensas? Soy demasiado guapo y delicioso- ¡que! -Ah, mierda... me manchaste la camisa- 

-Pero si sales con una idiotez de esa ¿como esperas que reaccione?- ah, me pongo en pié  y me acerco. -Déjame  lavarla en compensación- comienzo a desabrochar, me siento algo nerviosa... es que no lo puedo negar este hombre es muy guapo. -Ya, oye... James... presidente- se ha quedado observandome, le pellizco.

-¿Qué haces? ¿Porqué maltratas a tu jefe?- que idiota... entonces que debía hacer?

-Lo siento, es que te estaba hablando y no reaccionabas- 

-Es que no pude con mi reflejo en el espejo, soy tan bello- y es cierto justo tras de mí hay un espejo, es un poco de remate. -



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En el texto hay: juvenil, romance, oficina

Editado: 25.07.2021

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