Srta. Drake

15

-Siempre ha sido tan vanidoso?- finalmente logro quitar su camisa, ¿ahora que hará? intento mantener una distancia pero el fué más rápido.

-Si no me amo a mi mismo ¿quién lo hará?- joder, ¿quién lo hará? hay miles de chicas babeando por el y pregunta eso.

-¿Las 250mil seguidoras y seguidores que tiene en instagram?-  mierda, ahora ya sabe que revisé su perfil.

-Ellos no me aman, ellos aman mi apariencia y mi dinero... lo que quiero decir ¿es quién me va a amar por lo que soy, nadie va a querer a un chico vanidoso y presumido como yo- desfiló con suus pectorales al aire de un lado hacia el otro, por primera vez escuchaba algo sincero saliendo de el. -Bueno,  muy buena la charla pero debo responder a esta llamada- puso el celular en su oído y caminó hacia el ventanal no tardó nada en regresar. -Debo salir ahora ¿por qué no ves una película o lees algo? no tardaré, solo no abras la puerta a nadie- soba mi castaño y oscuro cabello para salir inmediatamente de la gran casa... en pijama.

¿En donde estará? ya han pasado 6 horas desde que se fué, pedí comida china pero ya se enfrió, ya he comenzado a preocuparme... no atiende a su teléfono.

 Ding ding... POR FIN, volvió. -Oye casi me mat...- el vicepresidente Sthepeng yacía de píe frente a mi preocupado.

-¿Has visto a James?- niego. -¡Diablos! ya supo- de viró listo para irse.

-¿Que está pasando? dímelo- Sthepeng apoya su mano contra la pared y seca el sudor de su frente con la otra mano.

-Su  padre... murió esta mañana- no puede ser, ¿en donde estará? -Me tengo que ir... debo buscarlo- el vicepresidente desapareció rápidamente de mi vista dejandome totalmente preocupada.

Me senté en aquél sofá en el ventanal, observando todo lo que pasaba a fuera, mi corazón latía sin parar quería salir y buscarlo pero estaba asustada por lo que puera pasarme... hasta que sin darme cuenta me quedé dormida.

El ruido de unas llaves abriendo la puerta me despertó, es el. -Hola, volví ¿esperaste mucho? lo siento tuve que ir de urgencia a recizar algo de el tour para los practicantes... te traje algo de comida totalmente orgánica ¿oye por que estás llorando? te asust- lo abracé tan fuerte que creo haberlo dejado sin oxigeno para seguir hablando, a pesar de que su padre ecababa de morir el llegó como si nada, como si no supiera nada... sabía esconder sus sentimientos a la perfección. -¿oye Jess, que ocurre?- preguntó sobando mi espalda intentando consolarme, aún cuando el era quién necesitaba el consuelo. -Sea lo que pase, todo estará bien... ya no llores?- hasta cuando fingiría?

-No, no lo va estar, por que yo estoy bien pero tu no... Sthepeng vino a buscarte me lo dijo todo- se soltó de mi agarre tomándome por los hombros.

-Jess yo... todo está bien, no te preocupes, no me siento mal... estoy bien- su voz se debilitaba a cada palabra.

-No, no está bien por que el hombre que murió era tu todo entonces no es posible que estés bien- le abracé nuevamente y con mi mano derecha sobé brevemente su espalda hasta poder escuchar constantes suspiros saliendo de sus labios. -Puedes llorar todo lo que quieras, aquíe estoy también tienes a Sthepeng y a tu madre... no ocultes tu dolor, no es bueno tu puedes llorar eso de que los hombres no lloran es falso, llorar te libera, te tranquiliza, te relaja ayuda de muchas maneras... así que si en otra ocasión sientes que no puedes más puedes pedirme un abrazo de consuelo y llorar conmigo- se había roto por completo en llanto, este no era solo el llanto de la muerte de su padre, era un llanto desesperado... como si lo hubiese contenido desde mucho antes.



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En el texto hay: juvenil, romance, oficina

Editado: 25.07.2021

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