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NO HARÉ MÁS.
Aitana Relish
Esto es más que un encuentro o una casualidad, es un acoso. Y todo lo que lo rodea también se llama peligro ese maldito cáncer; aun no entiendo porque no se aleja.
__ Relájate, Ikea.
Me regaña Aziel pensando que fue a él que me dirigí hace un momento.
__ No fue a ti __ levanta la mirada con incredulidad __ es a ese metido ojiverde.
Y en efecto, cuando nuestras miradas chocan es como un imán que se cola sin permiso en un sitio, llega al lado de Aziel y se presenta.
__ Un gusto, Wallace.
Aziel se atraganto cuando oyó el venerado apellido del joven, todos en esta enorme ciudad sabemos quiénes son con tan solo escuchar (Ciertamente yo era la excepción). Los Wallace son una familia que derrocha dinero a su paso, la Sr. Wallace es una empresaria exitosa con el tema de inmuebles y bienes raíces, por otra parte, su esposo el Sr. Wallace es un catador de arte contemporáneo y restauración de obras para museos. La pareja tiene tres hijos, el mayor es Axelius y se concentró en ser sucesor de su madre por eso estudio en universidad extranjeras para capacitarse para ello, el del medio es el cáncer Kilian es un maldito CEO de las mejores compañías de modelaje y moda, el último es un niño que se convirtió en adulto hace dos meses, y según sus seguidores en Instagram es un completo Playboy inocente.
No me crean a mí, a Beth le tomó menos de cinco minutos investigarlos y también encontró cosas muy interesantes de ellos que ocultaron con sobornos a los federales.
__ Ciertamente es un gusto, Mendoza.
Pensé que no iba abrir la boca por el tiempo que se demoró en contestar, tiempo que utilice a mí favor y me baje de la lona; la gente se está dispersando lo que indica que ya pasa de las once y media.
__ ¿Podemos hablar?
__ No, no podemos y por cierto Sr. Wallace haga que no me conozca.
Aziel no dice nada ya debió intuir que no es la primera vez que diálogo con el CEO por eso no interviene y va por mis cosas.
__ Estás qué cojeas, ¡Y puedes tratarme por tú!
__ Si es así escucha bien, ¡Aléjate! Todos los ricos traen problemas y sobre mi tobillo fue tu culpa, nadie te pidió que me retengas por hacerme una solicitud de salida la cual no aceptaré.
Aziel llega justo cuando terminé de hablar y me tiende mi bolso. Sé que quiere decir esa mirada, pero no le diré nada, no estoy de ánimos para platicar. Cojo mi bolso y me despido con un beso del rubio y diciéndole que recuerde que mañana no vendré temprano y eso hace que Aziel me ubique para la última pelea.
Asiente y me dispongo a salir, pero como Kilian es un imán se me pega y no se aleja de mí hasta las afueras del lugar. Estamos en el barrio Chino, exactamente en unos de los muchos callejones de dicho barrio; el viento golpea fuerte y claro la hora también que es. Y yo con unos shorts de masillas y top armado que combina con mis ojos, lo bueno que me chante la chaqueta de cuero que tenía guardada en el bolso.
__ Te importaría si…
Kilian deja de hablar y casi se lo agradezco, pero cuando veo a Roy la sangre se me congelo, y esta vez no se lleva el beneficio el escalofriante ventarrón que paso; Roy Kenson es el tipo que cuando te lo cruzas puede comportarse belicoso, es como que este ebrio todo su sistema.
Y lo peor del caso, es el hijo del señor que le prestó dinero a mi padre; la última vez por portarse como un bastardo le costó tener su brazo enyesado por algunas semanas; pero ahora estoy en desventaja, viene con Tiago, Alessio, Alessandro y los últimos dos son italianos; y yo estoy con una dolencia en mi tobillo.
Será genial, ¡Saber cómo me libraré de esto!
__ Valla, si es nuestra pequeña niña boxeadora __ odio que me llame así el descerebrado de Roy, a este le cae el dicho “todo rubio es idiota”. __ Pero ¿Quién es el caballero que la acompaña?
¡Qué suerte!, justo en el peor momento Kilian está a mi lado; como haré para que Roy no le tome importancia, aunque las fachas que trae el cáncer lo hacen pasar desapercibido. Y como no, unos jeans desgastados y una chaqueta de cuero negra con una camisa blanca.
__ ¿Quieres que te empareje el otro brazo? __ Tiago y Alessandro dan un paso atrás y protegen sus brazos, pero Roy me brinda una mirada que desaprueba que lo haré.