CAPITULO 6

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VOGUE

Aitana Relish

Entro a darme una ducha y quitarme los residuos del maquillaje, no me importo que el regulador del agua este en caliente, estoy acostumbrada a una ducha de agua fría para calmar los nervios y todo eso que dicen los entrenadores.

Me envuelvo con una toalla mi cuerpo y me siento a secar mi cabello, al menos debo portarme bien y no hacer una escena ni llegar tarde, al terminar de secarme el cabello me lo ato con una goma y voy a ver las dos fundas que Méndez me dio con vestidos.

En una se encuentra un vestido Hermes y en el otro uno Vogue, ambos son hermosos. El primero es de una tela de seda con flores, con un escote del muslo hasta el filo del vestido, sin mangas y armado a la silueta en cambio el Vogue es más suelto de la cintura hacia abajo, en el abdomen se sujeta un cinturón celeste paste con una hebilla cuadrada, es de color negro, pero al final del vestido tiene una fila de cebras blancas que besan el suelo, en los busto es armado y es corte corazón.

Suena el microondas y es señal que mis fideos están listo, los abro y me como lo que más puedo, no puedo abusar sino pareceré chica con cólicos por apretarme el abdomen, aparto el resto en un espacio en la nevera y vuelvo con los vestidos.

Méndez en serio sabe hacer una entrada, con cualquiera me vería más que bien.

__ Me lo has puesto complicado, jefa.

Elijo el Vogue y me dispongo hacer el maquillaje, sutil pero fuerte. Sombras y no exagero con el iluminador, queda bien. Me marco los labios de color rojo carmesí y perfect. De los estantes jalo los tacones celeste pastel como el cinturón y una cartera de mano del color de la hebilla, suelto el cabello y le hecho fijador, lo alboroto y me agrada su resultado.

Meto en la cartera mi celular y unas cosas personales por si acaso, del ropero extraigo un saco de tela, me ayudara para el frio. Aun Beth no llega, supongo que lo hará más tarde sino, su madre me escribirá preguntándome donde está su hija.

Los tacos suenan en los escalones ni porque voy de un modo gentil y nada agravante pero el resultado no cambia, así que no se puede más. Llego a la salida y el guardia esta que no le quita los ojos a Kilian. Esta parqueado con convertible rojo de lujo, esos que salen en las novelas que conducen los jóvenes ricos.

Uno de esos mismo.

__ Señorita se ve hermosa esta noche __ me halaga el guardia al pasar su gafete para dejarme el paso libre.

__ Se lo agradezco __ le sonrió antes de salir completamente de la facultad.

__ Te ves divina, entiendo porque no querías un vestido __ doy media vuelta para lucirlo mejor __ ¿Vogue?

__ Tú no estás nada mal ojiverde, no es una mala marca. ¿Chanel?

Sonríe, y estamos vestidos como pareja. Su saco es negro con unos imperdibles plateados, camisa larga con una corbata y en las esquinas del cuello unos sujetadores con cuerda metálica que lo hace ver muy bien. Zapatos de suela y pantalón acorde, cabello peinado con cuidado porque esta largo; se le crean ondas.

__ Sabes mucho de moda.

__ Trabajo para ella __ se sorprende de mi respuesta y me abre la puerta del copiloto.

Si, no hay duda. Son los carros que se ven que usan los multimillonarios en esos eventos super caros. Hasta los botones y la pantalla táctil, es otro tema; este chico donde vaya derrocha “Soy millonario”.

Supongo que sentir envidia de eso es lo más común del mundo, sin embargo; no quiere decir que Kilian este acostumbrado a eso, los asientos son cómodo y la compañía se puede decir que también lo es.

Abrocho el cinturón y me viene una pregunta para Kilian.

__ ¿Por qué tanto me exigías ir contigo? __ lo interrogo viéndolo a los ojos.

Aun sin quitar la vista del camino, sonríe y no sé porque, pero eso me hizo erizar todos los vellos de mi cuerpo, ¿Qué rayos me está pasando?

__ Porque te lo debía.

Me lo debía, fui clara con él que no era necesario hacer nada. Porque no hice mucho, ya muchas veces me he escapado de los federales, bueno; nunca acompañada. Pero ese no es el punto, a lo que quiero llegar es que Kilian todo se lo toma en serio.