Srta Ilegal

CAPITULO 16

 

16

¿QUE ME HAS HECHO KILIAN?

 

 

Aitana Relish

 

Terminamos en un parqueo privado o eso intuyo yo, esta nada mas el coche de Kilian. Y no sé qué se le metió por querer enseñarme a conducir, es una pérdida de tiempo, pero quiero pasar ese tiempo perdido con él.

 

__ Manejar no es tan fácil.

 

__ ¿Así?

 

__ Todo tiene su ciencia, diosa.

 

Asiento, eso ya sabía. Mi abuelo me lo repetía cada vez que le decía que manejar solo era soltar el desacelerador y tener los ojos al frente; pero el caso que es todo un misterio; debes conocer el coche o al menos la mecanismo de ello.

 

Mi abuelo era un corredor de formula cuando era más joven, se retiró cuando mi mamá tenía seis años; desde ahí conduce, pero más pasivo y nada de acelerar. Mi mamá odiaba eso, siempre me regañaba que conducir a lo loco me puede llegar a matar.

 

Me sonrió por lo que dice, quizás nunca le diga que conducir es algo que hago hasta dormida; dejemos que el cáncer tenga la dicha de decir que me enseñó a manejar. Siempre y cuando yo y mi conciencia sepamos la verdad.

 

__ No inventes, ¿No solo se deja la llave y se prende el motor?

 

__ Estamos grave, pequeña.

 

__ ¿Crees ser un buen maestro, cáncer?

 

__ No solo unos bueno sino seré genial y sobre todo uno de que aprendas.

 

Sonrió por lo que se viene; enseñar a conducir para mí fue muy fácil. Aprendí desde los ocho; pero mi primera carrera oficial fue a los quince y la última vez que toqué un volante. Le prometí a mi abuelo que nunca más iba a correr.

 

Y así ha sido estos cuatros años, ni he manejado y tampoco he corrido.

Alejarme de ese mundo fue complicado, me encanta la adrenalina, al pelear me desahogo y me libero de esa presión del día.

 

__ Tampoco soy tan mala. __ me escuso __ se lo básico. No te preocupes de que conmigo te encuentren en un acantilado.

 

Se ríe fuerte.

Pasamos el resto de la tarde con las practicas, me hizo manejar entre los conos, las líneas. Como parquearme y todo ese trámite; claro sin contar las sesiones de besos que nos dábamos a cada cruce.

 

El tiempo paso volando, tengo la vaga idea de la sesión de clase intensiva se deba por lo de Beth, quiere que pueda salir de una situación así. Piensa que no se andar en ruedas, y de paso si preguntara se percatara que conducir lo hago mejor que un corredor.

 

Los últimos días me ha llegado cartas anónimas. Con frases algo perturbadoras, la verdad que no le tome importancia. Quizás un anti-fan de las peleas, pero la última me dejo más que claro que no se trataba de eso, era mi padre.

 

Quiere que nos reunamos, por lo que veo también involucrara a Luciana. No tengo idea que estupidez se le ha metido a la cabeza, pero algo estoy seguro. Lo que quiera mi padre no se lo puedo dar, si lo hago acabare en la cárcel; y la mamá de Beth esta que nos vigila.

 

__ Llegamos.

 

Parquea el coche al frente de la facultad.

 

__ Nos vemos despues.

 

Es una frase común que se ha formado entre nosotros, no es muy raro, a decir verdad. Es más normal, como si siempre nos llamáramos así.

 

__ ¿Vas al Gym?

 

__ Beth te lo enseño __ asiente apenado __ sí, pero no es necesario que me lleves.

 

__ ¿Tienes planes?

 

__ Antes de eso debo pasar, por un lado.

 

__ Entonces hasta luego mi diosa.

 

Por impulso me acerco a la ventana y me lo beso. Se sintió como un beso de despedidas de eso de parejas, la idea no era esa. ¡No quería que fuera esa!

 

__ No le rosees agua a nadie que no sea yo.

 

__ Ese siempre será tu lugar, cáncer.

 

Se marcha y me deja con un nudo que no logro descifrar. Las clases son aburridas o solo mi cabeza planta esa idea para no centrarse en nada más que no sea la hermosa sonrisa de Kilian. Últimamente la presencia de Kilian es tan palpable que, ya no puedo dejarlo pasar, mis sentimientos se ha vuelto locos, irreconocibles hasta para mí.




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