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CARTA
Kilian Wallace.
Y acabe estando en la casa de Ax, no me incomoda, pero veo que entre él y Amelia hay algo. Me alegra saber que el serio y calmado ebrio de mi hermano quiere sentar cabeza. El único que no tiene defecto de los tres es Brais, el chico tierno, pero también alocado de mi hermano menor.
__ Siéntete cómodo, traeré… __el timbre de la casa suena __ ya vengo, debe ser invitados de tu hermano.
Con eso se despide Amelia, Ax aún sigue en su despacho por eso voy a la cocina y me traigo unas chucherías y cervezas. Me tumbo en el sillón y prendo el televisión cuando entro a Netflix escucho la voz chillona de Mel y eso basto para dañarme la noche.
__ ¡Vaya! No sabía que estabas aquí.
Miro a Amelia y ella me indica que tampoco sabe qué hace la lunática de mi prima aquí, ¡Genial!
__ Ya me iba…
__ Tan pronto __ contesta Ax, recién me percato que ha entrado a la sala.
__ No quiero importunar y por lo visto no solo Mel está aquí.
Una chica castaña está al lado de Mel, se ve tímida pero su vestuario no es nada tímido, su vestido de dos piezas es demasiado corto. Si tuviera Aitana se reiría de la expresión que acabo de hacer; no me atraen ya las chicas tan regaladas.
__ Si es por mi… no se preocupen, puedo irme.
__ Antes de todo, ¿Qué haces Mel aquí? No recuerdo haberte invitado __ la corta Ax a la amiga de Mel. Y se enfoca en nuestra prima odiosa.
__ Vine a pasar tiempo contigo, ¿Acaso no puedo primo?
Ax se toma su tiempo en decidir si dejar a la loca de nuestra prima libre un viernes por la noche, ese tiempo es suficiente para que yo me largue y vea hoy a Aitana.
__ Puedes quedarte.
__ Genial, ¿A mi invitada no la vas a echar? __ pregunta con malicia.
__ No… se puede quedar __ contesta a regañadientes Ax.
__ Yo me largo, tengo una cita con mi chica.
No mentí, pero tampoco dije la verdad, si estuviera Aitana cerca me hubiera jalado las orejas.
__ Al menos déjame tomar una cerveza contigo, hermano.
Ax es complicado que pida algo, es más. Sin miedo a equivocarme esta sería la décima octava vez que me pide algo.
Pero algo me dice que debería irme.
__ Solo una…
Me tiende una y yo la abro, sigue helada, pero se enojará si la bebo de una sola.
__ ¿Tienes novia? __ no me había dado cuenta de la amiga de Mel que se sentó a mi lado.
__ Ella odia las etiquetas, pero en sí. Ella es mi chica __ me bebo otro sorbo __ la única que me hace delirar.
__ Por como sonríes debes estar muy enamorado de ella.
No contestó y me termino de beber todo lo que tenía la lata, sería muy impertinente solo irme así, pero ya cumplí así que.
__ Ten… veo que te gusta mucho la cerveza.
__ No gracias __ mi voz sonó más fría de lo que pretendía __ no acepto nada de desconocidas.
__ ¿Y de mí? Soy tu familia.
Hay Mel, de hipócritas, tampoco aceptó. Me hubiera gustado decir.
__ Bébetela tú. En eso eres buena, esperemos que no te embriagues y hagas una locura. __ me levanto del sillón __ solo espero que hagas un berrinche y te hagan dormir en la cárcel, te aviso. No es nada cómodo.
__ ¿Y conmigo? __ interviene Amelia.
No pude negarme, Amelia es buen dato; jamás me ha llevado la contra en estos años. Y casi siempre que ha podido me ha ayudado en lo que necesito.
__ Una, ¡No más! Sino Aitana me dejara fuera de la casa.
Amelia sonrió disimuladamente tapándose con la lata de cerveza, pero a Mel no le pareció nada gracioso. La verdad no me importo su reacción, solo seguí bebiendo. Se volvió algo odioso tener a la amiga descarada de Mel a mi lado; según ella no se da cuenta que se pavonea como ave en celo.
Te extraño mi fiera.
Cuando termine la última gota de cerveza en mi garganta es indicador que mi estadía se acabó. Pero mi suerte no es de las buenas sino estoy sobrio, la amiga de Mel; me derrama su bebida encima mío.
No negare, me cabreo eso.
__ Lo siento, déjame que te ayudo a limpiar.
__ Gracias, pero no gracias __ aparto sus manos de mi sudadera.
Me acerco a la cocina para no ir al baño y hacer un desastre, intento limpiar mas que puedo pero se ha convertido en una mancha gigante, bueno se había arruinado la noche cuando llego Mel y su amiga; así que no perdí mucho que digamos.