Y es que la vida da tantas vueltas, es un completo remolino, ahora solo lees, te diviertes, no entiendes lo que te rodea y solo piensas en tu estabilidad.
Recuerdo aquel 3 de abril que comencé un nuevo empleo, habían despido a una mujer muy importante, Clara era su nombre, su vida no parecía del todo feliz, me agradaba, era muy activa como periodista, pero ella me hubiera odiado si supiera que me gané su empleo. No me sentía bien, supe que estuvo depresiva y volvió con su familia, quería ayudarla pero ya se había mudado. El 4 de abril desganada decidí visitar la casa de Kevin, un anciano, mi mamá Faila era su cuidadora pero falleció y en unas cartas me di cuenta de su amor. Fue demasiado raro, observe por la ventana y allí se encontraba Kevin con una chica bastante joven, estaban bailando la canción favorita de mamá, volví el día siguiente y me enteré que había fallecido, fui la primera, entre a su casa y leí una carta hacia mi madre, entendí muchas cosas, luego tiré la carta a la basura. Pasaron un par de meses y visito la tumba de Kevin, me hice amiga de aquella chica que al parecer era una completa desconocida, Zaida es su nombre. También observo con frecuencia la vida de Clara, su cara de infelicidad me provoca un gran dolor. Fui al mar luego de ver a Clara, vi a una mujer leyendo una carta, me senté en la arena y solo me quedé a escuchar música y pensar: quería mi propio diario, así que pensé en cómo ponerlo en marcha. Vi que la mujer se durmió, fui a despertarla pero no reaccionó, vi la carta, era de una tal Sarahi Nortla, soy demasiado curiosa pero aquella mujer se estaba moviendo y no estaba para problemas, le avisé a un hombre que pasaba por la calle que iba en dirección contraria al mar si podía verificar si estaba bien y acepto. Me fui camino a mi casa llena de dudas y planes, con un café en la mano, doble unas esquinas y me choque con una chica que iba feliz se me cayó el café sobre la remera y muy amablemente me ofreció comprarme una, Calandria Liopel según lo que vi en la tarjeta, nos hicimos grandes amigas.
Pasaron un par de años y mis sueños de hacer un diario creció, viaje y conocí a Lila Salm en el viaje de vuelta una gran abogada y cocinera, me ayudó con mi diario mientras comiamos en un restaurante los ocho hermanos era su nombre. Me impactó ver a la mujer que vi unos años atrás con la carta en botella.
Luego de mucho esfuerzo abri mi diario, "Remolino" es su nombre, contraté a Clara y se puso muy contenta, Zaida también trabaja, Lila Salm me pidió que publicara el restaurante los ocho hermanos, se hizo muy famoso. Calandria se fue con su padre de viaje, me cuenta lo que hace todo el día, me viene a visitar una semana cada mes, creo que su amiga era la del restaurante, siempre se para enfrente del local pero no se atreve a entrar.
Simplemente puedo decir que cumplí mis sueños, conocí a personas increíbles, pasando por sus peores y mejores momentos.