—¿Así qué estuviste cerca de tu acosador y no te diste cuenta? — Pregunta el policía.
—Si — digo.
—¿Qué más puedes decirnos? —Pregunta.
La mente me estallaba varios recuerdos que se me vinieron a la mente, así que decidí contar lo que me paso a Nora.
Fue un veintitrés de febrero. Ya empezábamos el primer parcial, ese día teníamos que estudiar. Daniel y yo nos juntamos en mi casa para repasar Biología es una de las clases más difíciles y que odio en toda mi alma. Lo presente con mis padres y hermanos, se comportó de la forma más normal y siempre fue tímido para hablar con otras personas, pero con ellos también ocurrió algo anormal.
Eran las 7:30 pm y le pedí que se quedara a comer con nosotros. Mi madre preparará su famosa pizza de hongos con tocino que yo amo. Al sentarnos mis padres comenzaron a interrogarlo: sus pasatiempos, música, si tenía tatuajes, solo faltaba que le preguntara si es virgen y comenzó a hablar acerca de el gran bajón de internet.
—Lucia me dijo sobre lo que ocurrió a su red wi-fi — dice mientras se limpia con la servilleta.
—Si. Fue horrible. Me obligue a convivir con mi esposa e hijos — dice riéndose.
Todos nos reímos y seguimos comiendo la pizza, pero salió algo curioso de Daniel.
—Saben su red wi-fi tiene un gran malware — dice.
—¿Cómo lo sabes? — Pregunta mamá.
—Un tiempo atrás fui a cursos sobre informática y me enseñaron a destruir todo tipos de malware, spyware y prevención de hackeos — dice.
Mi madre muestra una mueca de sorprendida.
—Nos ayudarías mucho si mejoras nuestra seguridad cibernética — dice mi padre.
—Será un gusto — dice Daniel alegre.
En ese momento piensas que alguien como él no puede ser malo, pero no es así ese maldito hizo lo peor de lo peor. Por el no pude tener una vida normal, no pude mantener con un novio o no pude discutir secretamente.
Esa noche ya no pude conversar con mis amigas tranquilamente. Nora seguía desaparecida y Paola era mi única salvación. Me subí a mi cuarto y comenzó la videollamada con Paola y comenzaron las cosas raras otra vez.
—Dime ¿Qué crees que le ha pasado a Nora? — Dice.
—Ni idea. No contestan en casa, ni su celular — digo.
—Estamos en el siglo 21, nadie absolutamente nadie, va a dejar sin carga su teléfono— dice.
—Es curioso lo que pasa, pero no pensemos en ello. Estudiaste para el examen — digo.
— No. Creo que le daré algo especial al licenciado — dice de forma sensual.
Me rio por un momento.
— Solo bromeo, si, estudie por más de 3 horas. Creo que moriré de tanto saber de células y sus partes—. Dice.
— Yo estudie con Daniel. Muy bueno para estudiar— digo.
— Metiste a ese perdedor a tu casa— dice ella enojada.
— Es mi amigo y me ayuda bastante— defiendo.
— Se ve mal contigo, pensaran que es como tu perro feo y maltratado— dice.
— Pues no es así. Cambiemos de tema — digo.
Pasaron unos 30 minutos aproximadamente y comenzaron a escuchar ruidos inusuales.
— Escuchas eso— dice asustada.
— Deben ser tus hermanos que te molestan— digo.
— Mis hermanos no están en casa— dice.
— ¿Estás sola? —
— Son las 9:30 pm y no han venido a molestarme. Ellos no son así, no deja que este sola por mucho tiempo— dice asustada.
Se apagan las luces.
— Mierda. Apagaron la luz— dice.
— Usa tu teléfono como lámpara— digo
— (Creo que esta parte es obvia, Paola no tiene un Nokia con lamparita usa su iPhone 6 plus que tiene lámpara, por favor no son pobres jajajajaj) —
Veo que se acerca a la ventana a ver a sus vecinos, y luego escucho el ruido de piedras que rompen vidrios. Paola se agacha y se mantiene en el marco, veo como una piedra golpea la pantalla del monitor.
— ¿Qué carajos pasa aquí? —Dice gritando y llorando.
— Nora cálmate. Llamaré a los policías. Pide ayuda a algún vecino— digo.
Editado: 01.03.2018