El poco conocimiento y uso de razón me dieron la posibilidad de ver unos minutos antes de ir camino a la muerte. Mi brazo extendido en el piso de azulejo, la vista se me nublaba, pero me sentía tranquila de que ya no podrías ser acechada, acosada, molestada y entre otras actividades que realmente me enojan.
Por fin cierro mis ojos y siento esa paz interior que tengo. En un momento abro los ojos y estoy en una paleta de escritorio de la universidad. Mis amigos se encontraban bien.
— Buenas noches dormilona— dice Marco.
— ¿Chicos qué ha pasado? — Pregunto.
— Te quedaste dormida en clase de biología— dice Lucas.
Creo que todo era un sueño, tal vez solo mi mente me estaba jugando una broma. Se me acerca un sujeto normal, tranquilo y amable. Él tenía en su mano derecha un ramo de rosas y en el otro una caja de chocolates. Se me acerca y yo nerviosa no sé cómo reaccionar:
— Ten. Feliz día amor— dice.
— ¿Quién eres? — Pregunto.
— Daniel. Tu novio— responde.
Me alejo un momento de él y trato de absorber la imagen, parece que estoy en una crisis nerviosa porque siento que me daba un ataque de pánico o algo similar. Se me vienen imágenes a la mente de todo tipo; comienzo a ver todo oscuro, la clase está hecha pedazos, parece que tuviera una visión o alucinación.
No sé qué pasaba en mi cabeza, siento que estaba loca, no podría creer eso. Cerré los ojos con el fin de que todo esto terminara. Los abro y veo una luz, la vista se me aclara y veo que mi familia está a la par mía. Carlos, Pamela, Juan Pablo y José están viéndome. Trato de articular unas palabras, pero dicen que no es prudente.
— Está loca. No lo hubieras hecho—dice Carlos.
Solo lo miro a los ojos, para que comprenda el dolor por el cual estoy pasando. El me mira y veo que le brota una lagrima en el ojo derecho.
— Comprendo que estés desesperada. Te quiero ayudar. Cuando te recuperes— dice.
Espera a que los demás salgan del cuarto y me dice:
— Te amo— dice de forma linda.
Se acerca y me besa en la boca, yo no puedo evitarlo, tal vez si me gustaba y no me di cuenta, pero ahora más que nada él me ha apoyado. Al final esa escena romántica despierto.
Pasaron 3 semanas para que me recuperara de mi herida en el cuello, ya podía hablar, me sentía tranquila, ahora era valiente y fuerte, estaba decidida a terminar con esto. Tenía que encontrar a Daniel.
Ahora cuento con la ayuda de nuevos amigos. Juntos vengaremos a Edwin.
ES TIEMPO DE ACABAR CON ESTO.
Editado: 01.03.2018