Carlos me pide que vaya a su casa para poder buscar a Daniel por la red profunda. Él es experto en esto así que no me queda de otra que ayudarlo en lo que pueda.
— ¿Qué es lo primero que haremos? —Pregunto.
— Fácil, buscare un foro llamado Search Stalker— responde Carlos.
— Suena a una página de los más buscados— digo.
— Aunque no lo creas, sí. Son personas que comparten su conocimiento informático para que puedas hackear cuentas y poder hostigar a tu víctima— responde.
Me quedo sorprendida por lo que me dice, en serio la gente está loca. Cuando se mete a la página veo que hay unas diez mil personas conectadas en este preciso momento. Una cantidad pequeña de personas que comparten su conocimiento para poder acosar a saber cuántas víctimas.
— Muy bien, tenemos que buscar a Daniel. Así que necesitamos: datos personales, sucesos, hechos, historia de familiares con quien habita para poder encontrarlo— dice.
Lo primero que se me ocurre es que debe de usar la inicial de su nombre. Es obvio, las personas a veces siempre las usamos para darle un toque especial a nuestros username.
— La inicia de su nombre, d — sugiero.
Teclea.
— Hay cinco mil personas con letra d. Necesitamos algo más— dice.
No se me viene nada a la mente. Sigo pensando y pensando.
— La fecha del asesinato en vivo— sugiero.
Teclea el día que se hizo el asesinato.
—D12. Ahora son más de tres mil. Tenemos que reducir la búsqueda— dice.
Seguimos pensando.
— ....—
— ...—
— Aún sigo con la mente en blanco, voy a necesitar más tiempo — digo.
Pasamos horas y horas pensando en que otra parte serviría para poder encontrar a Daniel, pero no me queda otra opción. Tendré que aguantarlo por el resto de mi vida.
— Tengo una idea— dice
— ¿Cuál? — me precipito.
— Pondré un post de trabajo del foro: diré que estoy busco a alguien para extorsionar, necesito urgentemente de sus servicios y el usuario que responda es probable que sea Daniel—Digo.
Una idea fantástica, sin duda va a picar la carnada. Carlos publica y luego nos vamos a un centro comercial para comer pizza y tratare de no pensar ello. Creo que es momento de sincerarme con él.
Nos sentamos y ambos tomamos una rebanada de pizza con carne, champiñones, pepperoni, jamón y un toque de chile pimiento. Sin duda me la pasaba bien con él, creo que era tiempo de dar el siguiente paso.
— ¡Oye! Quiero ser honesta contigo— digo.
— Claro— dice.
Puedo notar la ansiedad por saber que le diré.
— Siento algo por ti— digo.
— Yo igual. En el hospital, yo te demostré todo lo que sentía— dice sonrojado.
Algo llamo mi atención: las pantallas comenzaban a mostrar estática, las luces se apagaron y puedo sentir la mano apretando mi muñeca.
— Tranquila soy yo. Dice para calmarme— dice Carlos-.
Me siento tranquila, pero siento que esto es obra de Daniel. Sentía algo raro debajo de mis pies
Las luces titilan y solo quedábamos Carlos yo, la gente desapareció de la nada; ni policías, ni los que atienden en los restaurantes.
Aparece Daniel en la pantalla.
— Vaya, así que me están buscando— dice Daniel.
— Sí. Hijo de puta— responde Carlos.
— Creo que es tiempo de jugar un juego— dice.
— ¿Qué clase de juego? Ya no importa no tendré miedo— digo.
— Fácil. Se llama cazadores— dice maquiavélico.
En qué consistirá el juego porque la verdad me suena a que tenemos que atrapar animales, pero no hay nadie aquí, al menos que nosotros lo seamos. Aparecen tres sujetos con vestidura negra y casco. Lanza dos pistolas a nuestros pies.
— El juego consiste en no dejarse atrapar por mis leales sirvientes. Es muy fácil, tienen armas a sí que les daré la ventaja de poder defenderse. Solo tiene 50 municiones: si se les acaba, créanme no querrá ser atrapados por estos mercenarios. Si logran derrotarlos, pueden quitarle el casco y también tomar la llave electrónica que les dará su libertad. Son tres así que cuando las obtengan vendrán al Food Court para darles su último desafío — dice.
Editado: 01.03.2018