Capítulo 9: El Sentenciador

CORUSCANT: DÍA DE LA BATALLA DE SALÓNICA

-Son excelentes noticias maestro Kenobi- dijo Mace Windu sonriendo, algo que no hacía muy a menudo, al enterarse de la muerte del general Grievous- al fin estamos ad-portas de terminar esta guerra.

- ¿Ha tenido noticia del maestro Ra en Salónika? - preguntó Obi-wan.

-La primera parte de la misión fue completada satisfactoriamente. Ahora junto a su padawan se dirigen al templo de ese planeta- respondió Windu - El maestro Yoda también ha tenido grandes avances en el planeta de los Wookiee-

- ¿Cuáles son mis órdenes? - preguntó Kenobi

-Regrese a Coruscant cuanto antes- respondió Mace- en estos momentos nos dirigiremos al senado para asegurarnos que el canciller Palpatine devuelva los poderes extraordinarios que le fueron otorgados-

- ¿Aún no confían en él? - preguntó Obi-wan

-Algo me dice que esconde algo más en sus intenciones- dijo Windu- regrese cuanto antes, tras asegurarnos del traspaso de poderes de Palpatine, viajaremos en conjunto a Salónika a apoyar al maestro Hireth contra lo que sea que emane ese halo de oscuridad en aquel planeta-.

-Así lo haré maestro- respondió Kenobi con una ligera reverencia segundos antes de finalizar la llamada holográfica.

El maestro Windu debería haber estado satisfecho, pero algo lo perturbaba. Había tenido ideas y sueños premonitorios desde niño, y algo en su interior lo alertaba como una alarma que no se detenía. Algo malo pasaba en Salónika, pero no podía dejar de creer que la verdadera amenaza residía frente a ellos, en el mismo Coruscant, con el nombre de Sheev Palpatine, pero no tenía pruebas para demostrarlo. Pero si hoy, terminada la guerra se resistía a entregar los amplios poderes que le había otorgado el senado, tendrían una excusa para desenmascararlo, si es que sus presentimientos eran reales.

Llamó a los maestros Fisto, Tiin, Kolar e Hilaris a la sala de consejo del templo. Se habían enterado de la victoria del maestro Kenobi en Utapau por lo que el ambiente era festivo hasta que vieron el rostro sombrío del maestro Windu.

- ¿Ha pasado algo gran maestro?- preguntó Kolar.

-Ha llegado el momento decisivo- respondió Windu- esto aún no acaba-

Los rostros de todos se pusieron serios al ver la frialdad de las palabras de su líder. Mace les sinceró sus sospechas, y porqué se enfrentaban quizás al momento más importante de la historia de la galaxia.

-Debemos estar preparados para lo peor- añadió el maestro Windu- maestro Kolar, Tiin y Fisto ustedes me acompañarán a la oficina del canciller-

- ¿Tres jedis de alto rango?, es en serio entonces gran maestro que usted sospecha que Palpatine es el Lord Sith- señaló el maestro Fisto.

-Eso me temo- Mace miró al maestro Hilaris- usted maestro tiene una tarea de vital importancia. Si nosotros llegamos a fallar, tiene la misión de rescatar la memoria auxiliar del templo y sacarla del planeta a un lugar seguro-.

-Entiendo maestro- señaló el maestro Lux Hilaris con una pequeña reverencia.

-Quiero que entienda esto, aunque el templo llegara a caer en manos enemigas, su misión es proteger ese artefacto- señaló el maestro Windu- usted sabe lo que hay en él-.

Claro que lo sabía, al igual que todos los pertenecientes al alto consejo jedi. Esa memoria auxiliar tenía la información de todos los jedis de la orden; nombres, razas, poderes, fortalezas, debilidades, orígenes, misiones, todo lo que un enemigo podría necesitar para rastrear y derrotar a cualquier sobreviviente en caso de un desastre. Si esa información cayera en las manos del lord Sith podría ser el fin para todos.

Caminaron al hangar del templo a cumplir las misiones definidas, cuando el maestro Anakin Skywalker los alcanzó.

-¿Que pasa Skywalker?- respondió Windu molesto por la interrupción- estamos apurados. Acabamos de recibir la noticia de que Obi-wan ha destruido al general Grievous. Vamos camino a asegurarnos que el canciller devuelva los poderes al senado-.

-No lo hará- respondió Anakin con gran pesar. Sus manos sudaban y su corazón palpitaba acelerado- el canciller Palpatine es un Lord Sith-.

-¿Un Lord Sith?- señaló Mace sin poder evitar sentir como su alma daba un vuelco. Una cosa es sospechar lo peor, otra cosa es confirmarlo- ¿cómo lo sabes? -.

-Él me lo dijo- sin poder levantar la cabeza, en una mezcla de vergüenza y miedo- conoce la naturaleza de la Fuerza. Ha sido entrenado para usar el lado oscuro-.

Windu debió hacer un esfuerzo para controlar sus piernas que comenzaron a temblar. El resto de los jedi estaban en silencio intentando asimilar lo que estaban escuchando.

-Entonces nuestros peores temores se han hecho realidad. Debemos movernos rápido si queremos que la orden jedi sobreviva- Mace les hizo una señal a los jedi para subirse a la nave y a Hilaris un gesto para confirmarle su misión.

-Maestro, el canciller es muy poderoso- señaló Skywalker- necesitará mi ayuda si va arrestarlo-.

-Por tu propio bien, no te metas en este conflicto- ordenó Windu con firmeza- percibo mucha confusión en ti, joven Skywalker. Tus miedos nublan tu juicio-

-Eso no es verdad, maestro- protestó Anakin.

-Ya veremos- respondió Mace- si lo que dices es verdad, habrás ganado mi confianza. Por ahora quédate aquí. Espera en la cámara del consejo hasta que regresemos-.

-Si, maestro- respondió Anakin intentando controlar su frustración.

Acompañó con la mirada a la nave hasta que ésta despegó, con la ilusión de que el maestro Windu cambiara de opinión, pero al ver que esto no sucedió, gruñó de impotencia e ingresó al templo sin escuchar las palabras de aliento del maestro Hilaris.

En la nave, el maestro Windu recibió una llamada con gran interferencia desde el planeta Salónica. Era Haga-Tsu, el padawan del maestro Hireth-Ra, quien le señalaba la terrible noticia de la muerte de su mentor y lo encontrado en el templo; una fábrica clandestina de armas y clones, y lo que era peor, Palpatine intentaba replicarse con esa tecnología. Todo esto sólo daba más peso a sus sospechas ya confirmadas por las palabras de Skywalker.