Star Wars: Errante

Capítulo 10: El templo Jedi

CORUSCANT: DOS HORAS TRAS EL ATAQUE AL TEMPLO JEDI

Jay caminó escoltado por cuatro soldados idénticos a él. Sentía algo en el estómago, como una sensación de cosquilleo y su corazón latía intensamente.

-Así que así se siente el miedo- pensó.

No había notado jamás en lo amenazantes que eran las armaduras clon y sus blásters. Miró el pequeño comunicador con el que podría recibir señales del jedi y el Quarren, y se preguntó si habrían podido salir con vida.

-No han sonado las alarmas- se dijo - eso debe ser buena señal.

La estación era enorme  y había gran actividad, las tropas se movían en formación y cazas salían constantemente desde los hangares.

-Algo grande está pasando- pensó mientras uno de los soldados que caminaba a sus espaldas lo apuraba- mejor irme con cuidado.

Finalmente llegaron a la sala de mandos. Uno de los clones le quitó sus armas y le pasó un detector de metales. Sonó un mensaje de radio de quien lo estaba registrando y Jay aprovechó el descuido para introducirse en la boca el pequeño comunicador, que no era más grande que una moneda. Nadie pareció notarlo.

-Está limpio- señaló su registrador - puede pasar.

En la sala de control había una gran cantidad de personas vestidas con trajes de gala aeronaval manejando complejas computadoras, otros centrales de radio o revisando planos. Un hombre muy alto, también vestido con un impecable traje les hizo un gesto con la mano para que se acercaran. Los clones lo empujaron para que avanzara con rapidez, casi haciéndolo perder el equilibrio.

-¿Tú eres el valiente clon sobreviviente al desastre en Centax 2?- dijo el hombre con una voz profunda, como estirando cada palabra.

Jay al tenerlo en frente lo reconoció al instante, era ni más ni menos que el almirante Wilhuff Tarkin, el líder de todos los ejércitos de la república. Realizó un gesto de saludo militar de inmediato, al igual que los soldados que lo custodiaban.

-Sí...señor- respondió con voz entrecortada.

-Acompáñeme a mi oficina, por favor- señaló Tarkin, y luego mirando a los clones añadió- ustedes también soldados.

El almirante era un hombre mayor, con pelo cano, rostro delgado, casi esquelético, sin embargo, era increíblemente intimidante. Sus ojos azules y opacos te escudriñaban en todo momento haciéndote sentir absolutamente incómodo.

-Siéntese por favor- dijo el almirante apuntándole la silla que tenía en frente y luego le hizo un gesto a los soldados para que lo ayudaran de manera muy poco amable.

Miró unos reportes, luego a Jay de forma inquisitiva.

-Hablo con el clon que sobrevivió a una caída de aeronave, y ademas al infierno que debe haber creado un Berserker en etapa de desove- señaló Tarkin con una seriedad que impedía saber si hablaba en serio o de manera sarcástica.- ¿Sabías que un Berserker adulto, como el que viajaba en ese carguero, puede poner más de mil huevos en 24 horas?.

Jay movió la cabeza en forma negativa. El almirante no sonreía, no mostraba emociones, no podía leer su cara.

-¿Sabes la probabilidad de que un clon, de una población de cientos en esa tripulación, sobreviva solo?.

Jay estaba sudando y las manos le temblaban. Malditas emociones delatoras.

-Cero...-respondió Tarkin- el que usted esté aquí va en contra de las matemáticas y como usted imaginará, para mí las matemáticas lo son todo.

El almirante se sentó frente a él con los brazos sobre la mesa y los dedos cruzados mirándolo fijamente. De nuevo, sin emociones detectables, un rostro absolutamente indescifrable.

-Cuénteme su heroica sobrevivencia soldado- dijo Tarkin sin quitarle los ojos de encima- no se reserve detalles.

Jay le relató la historia completa sin incluir la participación de Haga o Kan. Señaló una versión casi novelesca de como luchó contra Rancors y larvas hasta llegar a la nave. Decidió no mencionar al Berserker al ver el rostro rígido del almirante, jamás se lo creería. Tarkin se levantó cuando Jay terminó su relato y se paró junto a él.

-¿Sabes lo bueno de las matemáticas soldado?- dijo el almirante mientra le hacía un gesto a uno de los clones custodios- ¡es que nunca mienten!.

Jay recibió un golpe de puño en el rostro que casi lo hizo perder el conocimiento. Escupió sangre y al levantar la cabeza recibió otro golpe que le abrió una amplia herida en la frente.

-Las matemáticas nos permitieron calcular la trayectoria de su nave- dijo Tarkin haciéndole otro gesto al soldado custodio quien le propinó un golpe salvaje en el abdomen que lo dejó sin aire- así que enviamos una misión a cargo de una tropa cercana a Centax 2 a que fuera por nuestro Berserker-

El almirante levantó el rostro sangrante de Jay.

-¿Sabes lo que encontramos?- dijo mostrando finalmente una emoción en su cara, la de la ira- ¡Nuestra bestia asesinada!.

Tarkin le propinó una bofetada con sus propias manos.

-¿Puedes decirme que le pasó?.

Jay se limpió el rostro. Su mente trabajaba a mil tratando de crear una historia verosímil, pero no dio con ninguna, por lo que prefirió guardar silencio. Tarkin se limpió parsimoniosamente la mano de la sangre ajena.

-Yo te diré. El Berserker tenía una herida de sable jedi en el cuello- señaló el almirante- ¿sabes de algún renegado jedi que haya estado en la nave?.

Jay tenía demasiada sangre en la boca para responder, por lo que negó con la cabeza.

-Pues la verdad es liberadora, algo que ustedes los clones hacen obligatoriamente- dijo Tarkin presionando un botón mientras se encendía un monitor- ¿como podría un clon mentirle a su superior?.

En la pantalla comenzó a reproducirse un vídeo de seguridad de la nave que lo trajo a Coruscant. En él se podía ver varios minutos de Jay interactuando con Haga y el Quarren, y después finalmente tumbado con el jedi imponiéndole las manos sobre la cabeza.



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En el texto hay: accion, star wars, jedi

Editado: 05.10.2020

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