«Andrew Stone, el vocalista de Stay In Touch envuelto en otro escándalo. Esta vez también participa el exvocalista de la banda, Jordan Pierce. Al parecer no pudieron arreglar sus malentendidos de otra manera, más que a golpes. Pero hay algo nuevo aquí, esta pelea fue causada por una chica cuyo nombre aún se desconoce. ¿Cuántos escándalos más habrá para Stay In Touch? »
Richard apagó el televisor y aventó el control remoto hacia la pared haciendo que éste se estrellara. Todos en la sala permanecíamos serios y otros miraban al suelo.
—¿Me explican qué vamos a hacer? —pregunta por fin Richard—Ustedes lo conocen, Stephen va a matarnos.
Ayer por la noche, cuando los chicos bajaron a separar a Andrew de Jordan, llamaron a Stephen. Él llegó en cuestión de minutos y se llevó a Andrew al hospital. Desde entonces no han regresado. Stephen dijo que hablaría con los chicos regresando del hospital, y por lo mismo todos estaban asustados.
No supe que ocurrió con Jordan, pero los medios de comunicación dicen que después de que Stephen se llevó a Andrew, Alfred llegó por Jordan.
—¿Ustedes vieron a Andrew? Tenía la nariz completamente rota —dijo Devin.
Oh claro que lo vi. Sin embargo, daría lo que fuera por olvidar lo que pasó anoche. Estoy en televisión, las revistas y redes sociales hablan de mí, sobre si salía con ambos al mismo tiempo y por eso casi se matan. Las fans de Andrew me odian por pensar que gracias a mí está en el hospital, y en parte era así. Me sentía culpable por no haber podido hacer nada ayer, de no haber reaccionado. Me preocupaba el hecho de que Stephen aún no regresara con Andrew, ¿una noche entera en el hospital?
El teléfono de Ben comenzó a sonar, y de inmediato contestó.
—¿Sí? ¿Está bien? —de pronto Ben sonrió mirando al techo, como si tuviera una sensación de alivio— Claro, aquí te esperamos —colgó.
—Era Stephen, dice que Andrew está bien, ya vienen para acá.
—Nos va a matar.
—Y después venderá nuestras cabezas a nuestras fans —dice Richard.
Después de minutos en espera, la puerta del departamento se abrió. Andrew entró en muletas, con puntos de sutura en el rostro, la nariz hinchada y morada. Stephen tenía una expresión de furia.
—Chicos, tengo que hablar con ustedes.
Amber y yo nos dirigimos a la habitación de Devin para darles un poco de privacidad mientras Stephen los regañaba, pero en eso su voz me detuvo.
—Hailey, no te vayas, también quiero hablar contigo.
Editado: 18.11.2018