Capítulo 50

Todos estábamos en silencio esperando a que Stephen hablara. Amber había salido a dar una vuelta, ella no quería presenciar los regaños de Stephen.

—Sólo tengo una duda, chicos. Más bien, es una pregunta para ti Andrew. ¡¿En qué demonios estabas pensando?! —explotó al decir lo último.

—Lo siento

—¿Sabes que ahora mismo están en todas las revistas de espectáculos? Las televisoras hablan sobre tu «problema de ira», las redes sociales le dan la razón a Jordan. ¡Estamos jodidos, Andrew! Gracias a que últimamente se te ha dado por hacer escándalos, la gente se ha puesto del lado de Jordan, lo prefieren a él.

—Eso no me importa ahora, Stephen.

—Pues debería. Es tu trabajo, el de tus amigos y de paso, también el mío.

Andrew permanecía con la mirada en el suelo. Su ojo morado, los puntos de sutura y su nariz hinchada me hacían recordar el temor de anoche. No habíamos hecho contacto visual desde que él llegó al departamento y eso no me hacía sentirme mejor.

Era increíble el respeto —o temor— que los chicos le tenían a Stephen. Si él decía algo, así se hacía. Incluso Devin, quien en mi punto de vista parece ser el más «rebelde» de la banda permanecía callado escuchando a Stephen.

—A ustedes no les puedo reclamar por ayudar a su amigo, pero si les puedo reclamar todo el escándalo que hicieron al ayudarlo. Devin, tú casi te peleas con Jordan cuando apenas lo separaron de Andrew, ¿qué tienes en el cerebro?

—Ese idiota se lo merecía —le respondió Devin.

Stephen iba a hablar más pero decidió no decir nada y comenzó a dar pequeños masajes en sus sienes mostrando el claro estrés que estaba sintiendo. Fue a la cocina por un vaso de agua e intentó relajarse. A de ir verdad era algo incómodo, yo no sabía qué hacer, nunca había estado en una situación así. Andrew levantó la mirada por un segundo y sus ojos se toparon con los míos, permanecimos así un momento hasta que él apartó la mirada y negó ligeramente viendo al suelo.

—Escuchen, se supone que no debo mezclar los sentimientos con mi trabajo, pero me es imposible. Paso más tiempo con ustedes que sus propios padres y no puedo evitar quererlos; esto va más allá de lo que dirá la gente. No me gusta que la gente piense que mis chicos son unos idiotas, aunque lo sean. No me gusta ver el rostro de Andrew destrozado. Quiero que sea la última vez que alguno de ustedes se involucra en una pelea, ¿entendido? En general, no quiero ningún escándalo. Por ahora, Andrew tendrás que ofrecerle una disculpa pública a Jordan.

—¿Qué? Estás mal si piensas que lo voy a hacer.

—No es una pregunta, Stone. Vas a hacerlo —le dijo furioso.

Andrew sólo se tuvo que resignar. Una sola mirada de Stephen bastaba.

—Ahora, tú Hailey, estás en todos lados, todos se preguntan quién eres. Pero, ¿realmente sales Andrew?

Iba a responder, pero Andrew lo hizo antes.

—No somos nada —respondió fríamente y sin mirarme a los ojos.