Andrew.
Conducía a alta velocidad hacia casa mientras Jean algo asustado me pedía que bajara la velocidad. La calle estaba totalmente sola, lo que me permitía acelerar incluso un poco más. El viento de la noche pegaba contra mi cabello mientras pasaba de largo las luces rojas en las avenidas.
—Andy, vas a terminar matándonos —habló Jean, quien al principio parecía estar asustado pero poco a poco sonreía cada vez más. Por supuesto, ¿a qué adolescente no le gusta la velocidad?
No me sentía del todo bien. Creo que me sentía molesto con mí mismo y por lo mismo íbamos a tan alta velocidad ahora mismo. Ya podía imaginarlo en las noticias: «El exvocalista de Stay In Touch sufre accidente automovilístico». Y entonces ahí es cuando todo el mundo comienza a preocuparse por ti, incluso a los que no les importas una mierda.
—Hueles a cigarro, ¿estuviste fumando?
—No le digas a papá —le respondí.
—No lo haré. Pero vamos hermano, sube un poco más la velocidad —dijo mientras reproducía su playlist de Skrillex a todo volumen y movía la cabeza de arriba a abajo.
Reí y negué. Ir un poco más rápido podría matarnos a ambos. Tardaríamos a llegar a casa así que cuando la playlist de Jean terminó, yo reproducí mi álbum favorito de mi banda favorita. Por suerte, como ya lo había dicho antes, Jean y yo tenemos casi los mismos gustos musicales, por lo que ambos cantábamos a todo pulmón mi canción favorita, "Duality" de Slipknot. La cantaba con especial sentimiento, se podría decir que me identificaba con la letra por la manera en que me sentía.
Cuando llegué a casa supe que era momento de que mi estilo, el verdadero regresara. Entré a mi habitación y me quité la camisa; busqué en mi armario y encontré una de mis conocidas playeras de «Kiss Me I'm Famous». Tomé mi chaqueta negra con la leyenda «Stone» en la espalda y me la puse, después me quité los zapatos de vestir para volver a los góticos. Finalmente tomé unas tijeras y rompí un poco mi pantalón negro. Me sentía de vuelta, aunque mi cabello aún se veía muy ridículo, así que lo despeiné un poco. Bajé las escaleras cuando ya me sentía listo viendo como Jean se quedaba con la boca abierta.
—Así que estás de vuelta.
—Y ya me voy —dije tomando las llaves del auto.
—¿Vas a salir a las doce medianoche?
—Hermano, Andrew Stone vive de noche.
Salí y subí al auto.
Editado: 18.11.2018