Stay In Love

Capítulo 71

Ella está ahí, mirándome fijamente a los ojos. En su mano izquierda sostiene una cerveza mientras que en la derecha tiene un frasco de pastillas. Estalla. Tira la botella de vidrio contra la pared provocando que esta caiga al suelo hecha añicos. Papá está totalmente dormido después de un largo día de trabajo. Jean comienza a llorar desde su cuna y mamá vuelve a estallar.

—¡Haz que se calle, mierda! —me grita tapándose los oídos.

—Tú eres su madre, no yo —le respondo.

Son las tres de la madrugada de un día poco común y mamá me da una bofetada después de haberle respondido. Está más que ebria y esto está apunto de empeorar. Ella toma un pedazo de cristal del suelo y se acerca peligrosamente a Jean; antes de que ella logre hacer algo me interpongo en su camino impidiendo que pueda acercarse más a mi hermano. Grita. Vuelve a gritar.

—¿Volviste a esconderme las botellas de cerveza, George? —le pregunta a mi padre como si la estuviese escuchando.

Esto es un infierno, no quiero estar aquí. Mamá comienza a arrojar todos los vasos y platos de porcelana de la cocina al suelo. Papá siempre menciona que esos platos valen más que nuestra casa, así que cuando los vea rotos enfurecerá.

Quiero irme.

Ahora comienza a golpear la mesa del comedor y Jean sigue llorando. Ruego para que se calle ya que si no lo hace mamá volverá a estallar.

—¡Para ya, por favor! —le grito a mamá con la inocente voz de un niño de tan sólo siete años.

Ella ríe.

—Cállate Andy, tu padre te ha convertido en un perdedor. Ya no vales más.

Sus palabras me duelen pero finjo que no me importan.

—Te quiero, aunque no lo creas. Precisamente porque te quiero no puedo dejar que vayas por ahí creyendo que eres el mejor. No lo eres. No vales nada. Tampoco puedo dejar que sigas pensando que tienes una voz angelical, tu voz suena terrible, olvídate de tu sueño de cantar frente a tanta gente, seguro les sangrarán los oídos.

Las lágrimas resbalan por mis mejillas. ¿Qué tipo de madre tengo? ¿Por qué las madres de mis compañeros de escuela son cariñosas con ellos y la mía estalla cada que le falta el alcohol?

Cuesta trabajo creerlo, pero mi madre no siempre es así. Tiene episodios cada que pasa más de dos días sin tomar alcohol, y esta vez, lleva una semana. Estuvo apunto de lograrlo pero no pudo.

—Vente conmigo, Andy. Vámonos juntos —toma otro frasco de pastillas y me lo da—. Siempre has sido mi favorito. Jean no importa. Sólo toma todas las pastillas que puedas y estaremos juntos para siempre.

—No quiero estar contigo.

—Estaremos en el paraíso, hijo. Mamá nunca más estará molesta, nunca más te golpeará. Estaremos bien, sólo habrá amor.

Lo hago. Pensar en que mi madre puede comenzar a ser normal me motiva a hacerlo. Ingiero una, luego otra, luego otra, luego otra. Ella me mira satisfactoriamente y comienza a hacer lo mismo.

—¿Qué pasará con Jean? —le pregunto.

—Él nos alcanzará luego.

Sigo ingiriendo las pastillas y escucho que mi padre baja corriendo por las escaleras. Se dirige directo a Jean y se cerciora de que esté bien debido a su llanto. Después corre hacia mí, ve el frasco de pastillas y me lo arrebata de la mano casi llorando. Le reprocha a mi madre pero para ese entonces mi vista comienza a nublarse, caigo al suelo y lo último que veo antes de que mis ojos se cierren es el viejo reloj de mi hogar marcando las 3:30 am.

Al día siguiente desperté en una habitación de hospital, lo cual para mí era terrorífico. A los siete años el hospital significaba muerte para mí. Papá estaba agradecido porque el lavado intestinal había sido un éxito y yo estaba con vida. ¿Cómo no iba a estarlo? Si papá pagó cientos de pesos para citar a los mejores doctores. Desde ese día a mamá la internaron en una clínica de rehabilitación en donde es tratada por psicólogos y médicos. No la he vuelto a ver desde que tenía siete años, pero papá y Jean sí. Dicen que ha mejorado mucho.

Yo no sé si algún día podré verla. Tengo un trauma con ella desde aquel día que causa que todas las noches me despierte a las tres de la madrugada tratando de escapar de ella.



#4910 en Novela romántica
#556 en Thriller
#270 en Misterio

En el texto hay: intriga, amor, badboy

Editado: 18.11.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.