Andrew
Ben está sentado en el sofá tocando la guitarra. Me está ayudando a componer una nueva canción, aunque aún no sé con quién la cantaré. Necesito a mi banda, los necesito cada día más.
—¿Estás seguro? Creo que sonaría mejor si dijera «Soy Andrew y estoy en el hospital obligando a mi mejor amigo a escribir una canción en la madrugada»
Eran aproximadamente las 2:30 am y se escuchaban ruidos afuera. Las enfermeras estaban dormidas y al parecer no había gente en los pasillos. Ben moría del miedo cada que se escuchaban pasos mientras yo sólo reía por sus caras.
—¿Escuchaste eso? Sonó como la voz de una niña. Amigo, estoy asustado.
—Cálmate Benjamin, sólo son pacientes.
Justo después de decir eso, comenzaron a escucharse gritos. Pero no provenían de una sola persona, sino de un grupo. Comenzaron a intentar abrir la puerta silenciosamente, hasta que de pronto se abrió. Un grupo de aproximadamente diez chicas con playeras de Stay In Touch, y playeras con mi cara comenzaron a gritar al verme a mí y a Ben. Corrieron a abrazarme e hicieron lo mismo con Ben. Era increíble lo que un grupo de tan leales fans podían hacer por ver a sus ídolos. Las chicas se quedaron ahí un tiempo mientras nos platicaban todo lo que tuvieron que hacer para entrar a este lugar, hasta que varios guardias de seguridad les pidieron que se fueran.
Ben fue al baño, creo que se hizo en los pantalones de lo asustado que estaba cuando la puerta se abrió. Tomé mi celular y llamé a Hailey, quien tardó un poco en contestar pero al final lo hizo.
—¿Andrew? ¿Qué pasó? ¿Estás bien?
—Tranquila, sí lo estoy. Lamento llamar a esta hora de la madrugada... Sólo quería escuchar tu voz.
No podía verla pero estaba casi seguro que desde el otro lado de la línea ella estaba sonriendo. Lo sé porque yo también lo estaba haciendo.
—También es lindo escucharte —respondió ella.
—Ven. Un grupo de fans lograron entrar. Sé que tu y Amber también podrán hacerlo.
Se quedó pensativa por unos cuantos segundos.
—Son las tres de la madrugada, Andrew.
—¿Y? Andrew Stone vive de noche y sé que Hailey Clayton también puede hacerlo. Todo es mejor de noche, bonita.
La escuché soltar un gran suspiro mientras veía como Ben regresaba del baño.
—De acuerdo. Lo haré. Llego en una hora.
Colgó. Dejando así una enorme sonrisa en mi rostro. Ben, por el contrario, mostraba una cara de preocupación.
—Amigo creo que necesito otros pantalones.
Y ahí estaba yo. Esperando con ansias que ella entrara por esa puerta.
Editado: 18.11.2018