Stay In Love

Capítulo 78

Hailey.

Desperté en un auto en movimiento. Alfred estaba oficialmente loco. Ni mis manos ni mis pies estaban atados, no tenía una mordaza en la boca, tampoco tenía los ojos vendados, pero supongo que lo que Alfred estaba haciendo se conoce comúnmente como secuestro.

Vi su cabello pelirojo sobresalir del asiento del piloto acompañado de otro chico. Fingí seguir inconsciente para poder escuchar lo que ellos hablaban.

—Eres todo un campeón —le dijo el chico a Alfred—, es decir, sólo mírate, eres famoso, tienes una banda que vende muy bien, las chicas se vuelven locas de solo escuchar tu nombre, tienes a una de las modelos más famosas a tus pies, y estás bañado en dinero. Vives como un rey.

Alfred sonrió egocéntricamente sin apartar sus ojos azules del camino.

—Todo a base de respeto —respondió él sacando el arma de la guantera del auto.

El chico desconocido de pronto volteó a verme y se percató de que mis ojos estaban abiertos. Mierda, huye Hailey. Alfred detuvo el auto, puso algo sobre mis ojos que no logré distinguir impidiendome ver cualquier cosa. Alfred y el chico no volvieron a decir nada en todo el camino, hasta llegar a nuestro destino.

Abrió la puerta y me quitó la venda de los ojos. Llegamos a una gran casa. Gran, gran casa, en medio de la nada; era obvio que en esta casa sólo podía vivir alguien millonario. Entramos poco a poco mientras Alfred me jalaba bruscamente del brazo para caminar junto con él. Cuando entramos pude ver una gran cantidad de reconocimientos y discos en la pared, fue entonces cuando me di cuenta que no estábamos entrando en la casa de un criminal, sino del dueño de una exitosa agencia discográfica.
Aunque aún no sabía por qué demonios Alfred me había traído a este lugar, en mi interior agradecía que no fueran a traficar mi cuerpo o algo parecido.

Subimos las escaleras y llegamos a una oficina grande y lujosa. Podía notarlo antes de entrar porque las puertas eran de cristal y podía ver perfectamente su interior. Alfred abrió la puerta y entró y después me obligó a entrar a mí para cerrar la puerta. Había un señor elegante sentado en un escritorio. Era algo mayor, pero deslumbraba poder por todas partes.

—¿Quién es ella? —preguntó con poco interés sin dejar de escribir en su computadora y sin siquiera voltearnos a ver.

—Es Hailey, la novia de Andrew.

Apenas escuchó esto, y el hombre me miró a los ojos como si hubiera visto un fantasma. Se quitó los anteojos y se levanto de su escritorio.

—Déjanos solos, Alfred.

Tal vez debería reconsiderar lo de traficar mi cuerpo, este hombre podría ser un abusador sexual. Se acercó lentamente a mí y se sentó en sofá. Después me invitó a mí a sentarme también.

—¿Así que eres novia de Andrew Stone? —me preguntó. Mis manos sudaban del miedo aunque aparentara estar tranquila.

—Sí, después de todo lo que ha pasado, supongo que lo soy.

—Déjame contarte una historia.



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En el texto hay: intriga, amor, badboy

Editado: 18.11.2018

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