Stay In Love

Capítulo 80

Hailey

¿Una historia? No sé por qué presentía que no sería una de hadas.

—Me llamo Gregory, un gusto —extendió su mano y la estreché con duda—. ¿Puedes ver ese disco colgado en la pared?

Señaló uno de los tantos discos en su oficina, pero este era diferente. En él estaba Andrew junto a otros chicos con la leyenda de «Keep It Real». Fue la primer banda en la que estuvo, eso lo sabía.

—Soy quién descubrió a Andrew cantando en bares junto a sus amigos de Keep It Real. O bien, soy el dueño de la disquera que grabó su primer álbum.

—¿Y... a qué viene todo esto? ¿Qué hago aquí?

Él ignoró por completo mi pregunta y sirvió vino blanco espumante para él en un vaso de cristal.

—Lo descubrí tocando en un bar junto a su banda. Andrew era la segunda voz, la primera la hacía un chico llamado Ernest. Me pareció que tenían talento y pronto ya estaban grabando su primer álbum conmigo. Las ventas iban bien, pero no dejaban el dinero suficiente. Simplemente, Keep It Real no lograba ser reconocido mundialmente como lo es ahora Stay In Touch. Aún así, les di toda mi confianza y apoyo a los chicos, los quería como si fuesen mis hijos. Cuando Andrew me contó la situación que estaba pasando con su familia, tú sabes, su padre se avergonzaba de que su hijo cantara en bares y su madre es una loca alcohólica que quiso matarlo, lo entendí por completo y deje que se quedara a vivir aquí, en mi casa. Es espaciosa como puedes darte cuenta, así que había mucho espacio para él aquí.

Hizo una pausa y yo aproveché para procesar lo que había dicho. El elegante señor se puso de pie.

—Espere... ¿Andrew vivió aquí? —pregunté y él asintió. Después comenzó a caminar al rededor de su oficina mientras continuaba contando su relato.

—Vivió aquí por unos meses, y un día cuando llegue a casa, descubrí que se acostaba con mi hija. Así es, todos esos meses viviendo aquí, mientras yo no estaba, él se acostaba con mi hija. Después de casi matarlo a golpes le dije que se olvidara del contrato que firmó con la disquera, Keep It Real se quedaría sin una empresa que vendiera sus discos. Entonces, después de eso, ¿sabes qué fue lo que pasó? —me preguntó y yo negué—. El imbécil ese mató a mi hija. La mató.

Logré ver como quebraba en llanto al decir eso. Él tomó la foto que tenía en su escritorio y la observó por varios segundos mientras seguía llorando. Después me la mostró a mí. Era una fotografía de él junto a una joven rubia muy bella, y Alfred. Los tres lucían felices, abrazados, sonriendo hacia la cámara como una familia feliz. De sólo pensar en que aquello podía ser cierto, el corazón se me rompía. Sin darme cuenta, también yo estaba llorando. Sin embargo había algo que aún no lograba entender del todo bien.

—¿Alfred es su hijo? ¿Hermano de esa chica?

—Así es. El único que me queda.

 



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En el texto hay: intriga, amor, badboy

Editado: 18.11.2018

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