Stay In Love

Capítulo 89

Las lágrimas resbalaban por mis mejillas. No había llorado tanto desde que era niño.

—¡Andrew! ¿No puedes ser un hombre por una vez en tu vida? —gritó Nathalie apuntándome con el arma justo en la cabeza.

Nunca lo hubiera imaginado de ella. Era mi vida, mi obsesión, y verla dispuesta a asesinarme después de todo la mierda que había hecho por ella me destrozó por completo. No quería morir, mucho menos siendo humillado de esa manera, si moría la gente debería recordarme como un maldito no como un pobre idiota. El amor que sentía por ella se convirtió en rabia.

—Jódete maldita puta —logré decirle. Ella rió sinicamente.

—La puta que amarás incluso estando en un ataúd —respondió.

Mike me dedico una mirada cómplice y entendí a lo que de refería. Golpeó a Nathalie en las piernas de tal manera en que ésta cayó al suelo y yo forcejeé con ella para intentar quitarle el arma. Ella ganó y entonces pensé que el final había llegado, sin embargo, lo que ocurrió después fue lo pero que pude haber visto, tanto que incluso la idea de que mi final llegara era más buena que lo que vi.

—Vas a pudrirte en prisión Stone —fue lo último que salió de su boca.

Mike volvió a atacarla haciéndola caer y yo tomé el arma. Ella apretó el gatillo con intención de dispararme pero no lo logró. Todo fue tan rápido, Nathalie estaba a punto de quitarme el arma, así que mi única opción fue voltearla hacia su pecho sin que se percatara de ello. Bastaron unos pocos segundos para que ella misma volviera a jalar el gatillo sin siquiera saber que acababa de cometer suicidio. Esa fue la última vez que sus ojos azules estuvieron abiertos. Cayó al suelo con una herida de bala en su pecho y murió.

Mike y yo estábamos en un increíble estado de shock sin poder asimilar lo que acababa de ocurrir. Asesiné al amor de mi vida. Mi boca estaba abierta y mis ojos cristalizados pudieron notar que Adrick se acercaba a nosotros.

—Par de imbéciles. Me aseguraré de que el resto de sus días estén en prisión.

Una semana después, Mike y yo ya estábamos en prisión, y a pesar de que habían demasiadas pruebas y testigos en nuestra contra, nos dejaron libres, sin embargo, siempre han tenido un ojo sobre nosotros.

El caso se cerró como «asesinato en legítima defensa» al descubrir los anteriores crímenes de Nathalie. Después, mi padre fue quien se encargó de que no nos volvieran a molestar con preguntas sobre el caso, pagando una fuerte cantidad de dinero a la policía de Levon.

Ahora veo que no servió. Ellos nos buscan porque están convencidos de que somos asesinos y no quieren ver en prisión, de tal manera que puedan tener tranquilo a Gregory.



#49545 en Novela romántica
#13886 en Thriller
#7849 en Misterio

En el texto hay: intriga, amor, badboy

Editado: 18.11.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.