Hailey.
La noche era muy fría y el viento pegaba directamente en mi cara mientras trataba de analizar lo que me había contado Andrew. Veintidós años de vida y ha pasado por cosas terribles.
—No fue tu culpa —susurré, pero aún así él escuchó.
—Lo fue, Hailey. Todo lo es. El hecho de que estemos aquí parados en medio de la nada también lo es.
—¿Qué se supone que haremos para regresar? ¿Caminar hasta Los Ángeles? —intervino Mike.
—Dímelo tú, yo no olvidé llenar el tanque —le reprochó Andrew.
Mike al escuchar las palabras de Andrew tiró su cigarrillo al suelo molesto.
—¿Sabes algo? Es la última vez que te hago un favor.
Las cosas entre ellos se estaban alterando, no parecían estar jugando, más bien parecía que iban a matarse. Mientras yo estaba en medio de ellos, seguían gritándose cosas.
—Tus favores me importan un carajo Mike.
—Chicos, cálmense. No podremos irnos de aquí nunca si se siguen comportando así. Andrew, ¿por qué no llamas a Jordan? Debe estar cerca.
Me miró y habló un poco más relajado.
—Ese imbécil no querrá ayudarme. No puede soportarme.
—Tal vez alguno de tus antiguos compañeros de Keep It Real —propuse.
—Imposible, están de gira -me respondió Mike.
Me dediqué a pensar unos segundos en qué hacer mientras observaba el cielo estrellado. Sin darme cuenta estaba presenciando un hermoso paisaje con Andrew frente a mí y al fondo solamente la noche y las estrellas. Sin duda, en otras condiciones me quedaría aquí con él para siempre.
Enfocándome de nuevo en el tema central, Jordan era el único que podía ayudarnos.
—Dame tu teléfono, yo hablaré con Jordan.
Los expresión en el rostro de Andrew cambió completamente.
—No.
—Andrew, sé que va a escucharme.
—No —dijo ignorando por completo mi comentario.
Mike sacó su celular y me lo ofreció, ya que la batería del mío había muerto. Antes de que pudiera tomarlo Andrew lo arrebató de su mano.
—Hailey, he dicho que no —habló firmemente.
—¿Acaso quieres que nos quedemos aquí? —le pregunté.
Se quedó pensativo por unos segundos. Sacó su teléfono y lo puso en mi mano para después alejarse unos cuántos metros con Mike.
Desbloqueé el celular y busqué el contacto de Jordán para llamarle inmediatamente a pesar de mi nerviosismo.
—¿Qué mierda quieres ahora Andrew? —lo escuché contestar del otro lado de la línea.
—Soy Hailey —respondí algo nerviosa.
—¿Estás bien?
—Sí... Andrew llevó tan sólo unos minutos después de que te fuiste.
—¿Entonces para que me llamas? ¿Y por qué lo haces desde el teléfono de Andrew.
Tomé un poco de aire y hablé.
—Necesito que vengas.
Editado: 18.11.2018