Acompañé a Andrew a revisar su herida de bala a otro hospital, ya que obviamente en el antiguo tendría problemas por haberse escapado; después llevamos a Jean al colegio y regresamos a su casa.
Caminábamos por el gran jardín sin decir nada, solo mirando el cielo. Nos hacía falta algo de tranquilidad después de toda la tormenta que habíamos pasado.
—Sería genial tener a los chicos aquí.
—Lo sé, sin embargo eso no cambia el hecho de que ya no estoy en Stay In Touch.
Pude notar su tristeza así que tomé su torso entre mis brazos rodeándolo y apoyé mi cabeza en su brazo. Me miró con esos ojos esmeralda que hacían derretirme y formó una pequeña sonrisa.
—¿Cómo puedes ser tan buena conmigo después de todo lo que te he hecho pasar?
—Vamos Andy, no es tan malo.
Rió incrédulo.
—Casi te asesinan por mi culpa -dijo cabizbajo.
Acaricié su mejilla, me miró con ternura y besó mi mano.
— No te vayas nunca Hailey —Susurró.
Negué con la cabeza y lo abracé. Podía sentir el calor de sus brazos rodear mi cuerpo también y me encantaba. Era la mejor sensación, lo que me hacía sentir viva.
Caminábamos por la piscina mientras yo observaba los hermosos ojos de Andrew, intenté desviar un poco la mirada ya que no quería parecer una loca acosadora. La piscina era rectangular llena de un agua tan azul que parecía el mar.
— ¿Cuándo podremos darnos un chapuzón? —pregunté.
Él pareció pensarlo por unos segundos mientras verificaba que la piscina estuviera en buenas condiciones.
—Ahora —dijo antes de empujarme y caer. Sentía el agua entrar de golpe en mis oídos y nariz y después de resbalarme varias veces con el piso de la piscina, me puse de pie.
—Oh, no lo hiciste Stone.
Lo observé carcajearse desde afuera. Me gustaba verlo así. Feliz.
Quité las gotas de agua de mi cara y lo observé seria. Él seguía riendo como loco y después comencé a reír yo también. Intenté salir de la piscina subiendo los escalones sin embargo resbalé de nuevo y esta vez batallé más para salir. Sabía nadar, sin embargo, deje que Andrew que me la pagara fingiendo que me ahogaba. A los pocos segundos se lanzó al agua para sacarme y pude notar temor en su voz.
—Hailey vamos, estás bromeando, ¿cierto?
Al ver que no respondía, el temor en el tono de su voz aumentó.
— Oh Dios. Hailey responde.
Abrí un ojo.
—Creo que deberías darme respiración de boca a boca —dije y volví a cerrar mis ojos.
Lo escuché reír y seguido de eso sentí sus suaves labios unirse sobre los míos suavemente.
Estábamos los dos en el agua mientras él me sostenía en sus brazos. Podía sentir sus ojos verdes recorrer cada centímetro de mi rostro.
Editado: 18.11.2018