Stellar: La última constelación

Capítulo 2 :Bebé

"Los finos dedos de las estrellas son guías ciegos de los niños"

Camino ya empapada, no recuerdo en qué momento he perdido el paraguas, y tampoco me importa mucho, pierdo rápido interés en el exterior y me interno en mi hogar, algo frío y pequeño, extremadamente caluroso en verano, pero agradable en sí, nos hallamos al norte de Sirrah, la ciudad capital de Andrómeda, sin embargo, la capital central, Alderamin está a más de 700 km. Rodeada por todo tipo de seres inimaginablemente poderosos.

Mamá me ve perdida en la entrada, cruza los brazos y como buena madre me regaña por mojar el piso, madre si supieras lo que he visto el piso no te preocuparía.

Se es bien sabido que a la edad de 18 años viene al cambio, y no hablo de hormonas y esa clase de cosas, hablo de sucesos fuera de este mundo, de sangre transparente como el agua misma, gritos capaces de destruir edificios en segundos, capacidad de crear piedras preciosas y muchas otras habilidades especiales. Habilidades que nos han maldito por más de tres mil años. Yo no sabía de mi condición hasta una tarde a los diez años.

Es un recuerdo maravilloso ver tu rodilla raspada con una especie de gel transparente saliendo de ella, oh simplemente maravilloso, esa sensación duró... 14 segundos por que inmediatamente después una mujer de unos 40 años empezó a gritar que me alejara de su hija. En ese momento no sabía por qué los niños se alejaban de mí, un parque pequeño, en el centro de una concurrida ciudad, donde por primera vez, supe que yo era diferente, en un mal modo.

Mi pulso acelerado, sentía las piernas débiles y los ojos a punto de llorar, mirando alrededor buscándolos, solo ellos pueden ayudarme, solo ellos pueden hacer que me calme, mamá, papá, salven a su hija, sálvenme de mi misma. Hay palabras que un niño no debe oír, al menos no en una etapa frágil de su vida, ese no fue mi caso.

Un ataque de pánico provoca reacciones físicas graves a causa del miedo, yo lo sentí a cuenta propia, sentía que el mundo entero quería hacerme daño, los susurros eran gritos, las personas monstruos, las sombras venían por mí, porque me sentía aterrada, aterrada de mí y de todos los demás, por lo que podrían llegar a hacerme.

"Las estrellas se presentan en formas puras y misteriosas"

Sentí los brazos de mamá. Y todo mejoró, los gritos callaron, las sombras se veían más pequeñas cada vez, la ciudad se alejaba, nos empezamos a esconder, no porque yo fuera una amenaza, nos escondíamos porque la gente me hacía ver amenazante.

−No necesitas a los demás, la gente suele criticar lo que no conoce – Quizá papá sabía de lo que hablaba.

No necesitaba a los demás, pero quería conocer a los demás, el saber por qué me odiaban, y el poder cambiarlo.

Estaba en mis pobres manos cambiar la imagen de los escogidos, estaba en mí y solo en mí, y quizá... en los otros escogidos.

Somos doce, y yo soy la tercera, es hora de encontrar a los demás, brillar como las estrellas que somos. Pero a mamá no le pareció tan buena idea.

−Dieciocho años cuidándote, viendo por tu vida ¡y quieres ir a buscar a un montón de desconocidos peligrosos!

−Desconocidos peligrosos con habilidades – Papá no ayudaba con sus sólidos argumentos.

Sabía que no podría convencerlos, sin duda alguna tenía esta batalla perdida. Lo que ellos no sabían, era que yo no iba a pelear. Al día siguiente, tres de la mañana en punto, pueden ver a Pólux Time corriendo como si la persiguieran, a una parada de autobús.

Si señores, me escapé, no estoy orgullosa, y no quiero sonar presumida...Pero fue épico.

Me sentí completamente fabulosa, y asquerosa al mismo tiempo, niños, si leen esto, no lo hagan. Jamás escapen de casa a menos que quieran averiguar por qué la gente los odia. Sonaba en mi mente el soundtrack de Misión Imposible mientras salía de mi habitación. Rogaba a la luna que Papá no despertara por agua como era su costumbre. Fueron los cinco minutos más largos de toda mi vida. Y cuando pisé la calle, sentí que el mundo se me venía abajo, y corrí, corrí hasta donde mi baja condición física me lo permitió.

Las calles de Sirrah-G están vacías, y pienso mientras avanzo, en lo curioso que es este lugar, un pueblo de menos de doscientos habitantes, con el nombre de la capital sectorial, Cepheus es una nación inmensa, la más grande de los cinco reinos estelares, y en ella solo doce son escogidos, es evidente que hay muchos otros Stellar, pero ellos pueden tener vidas comunes, sus habilidades benefician a la sociedad. Sirrah-G era nada, un punto en una galaxia, ni siquiera tenía un nombre propio, "Sirrah Gama", una imitación de su capital.



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En el texto hay: musica, accion, aventura

Editado: 31.07.2020

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