Stiles' Sister |libro I|

05| Explanations Part 1

 

05| Explicaciones Parte uno

 

—¿Maya? —la voz temblorosa de Scott me sacó de mis pensamientos; provocando que me volteara hacia él, temiendo lo peor, ya que era consciente de que no le había comentado nada sobre mis habilidades de lucha y él podría sentirse traicionado. Sin embargo, él no tenía derecho a replicarme nada porque Scott también había omitido el hecho de que se había convertido en hombre lobo.

Aún peor, que era un hombre lobo alfa.

—Scott... Scott, ¿a dónde vas? —pregunté observando como él ayudaba a la tal "Kira" a ponerse de pie para después hacer lo mismo con la chica de nombre desconocido. 

Derek nos observaba con cautela pero en ningún momento dijo algo al respecto.

—Con Stiles.

—Voy contigo. —no esperé a que me respondiera, ni siquiera a que me mirara. 

Me dirigí escaleras abajo, no sin antes guardar mis dagas dentro de mis botas altas. No podía caminar por ahí con dos cuchillos peligrosos en mis manos, eso podría causarme problemas con la ley; no quería tener problemas con mi padre el mismo día de mi llegada. 

—¿Derek? —una vez abajo, el hombre que hablaba con Kate en la bodega, habló captando la atención del anteriormente nombrado quien parecía no entender nada.

Ellos comenzaron a hablar mientras que yo me dirigía donde Stiles.

—Maya. —me llamó, corriendo hacia mí y abrazándome desesperadamente, colocando su brazo izquierdo al rededor de mi torso y su mano derecha sobre mi cabeza. —Pensé que ya no te volvería ver. 

—No te desharás de mi tan fácil. —reí. Sin ser consciente de ello, mi mirada se conectó con la de Scott quien me observaba con cierta tristeza en sus ojos, manteniendo la cintura de Kira con su brazo derecho. Estaba claro que quería que le dijera a mi hermano mayor en ese mismo momento lo sucedido allí arriba. —Stiles... debo contarte algo. 

—Creo que ese algo puede esperar. 

—No, Stiles, en serio debo —estuve a punto de agarrar su brazo para detenerlo pero el siguió con su camino.

—En casa me lo dices, por favor. —me ignoró por completo para dirigirse con Scott, Kira y la muchacha que aún desconocía. 

Muchas cosas habían cambiado desde que me mudé a Los Ángeles, dado que Stiles abrazó a la adolescente de pelo castaño claro con cariño para después besarla en los labios. 

No me molesté en esconder mi desconcierto, para nada.

—Stiles, ¿por qué no me dijiste que tenías novia?

—No quería que lo supieras así. —la muchacha que parecía ser la novia de mi hermano me miró con el ceño fruncido, pero luego, me sonrió forzosamente. —Pero dadas las circunstancias...

—Soy Malia, un gusto. —intentó estrecharme la mano pero inmediatamente ignoré su saludo.

—Maya. —sonreí cínicamente. —Lamento no poder decir lo mismo de ti. 

No sabía si eran mis celos de hermana menor o porque simplemente tenía un mal presentimiento sobre aquella chica, pero estaba segura de que ella no era tan linda como aparentaba. Simplemente, no me caía bien.

Y era la primera vez que la veía.

Ignorando a todos los presentes en el instituto, me dirigí hacia el estacionamiento del lugar para esperar a que Stiles viniera en mi búsqueda y así poder irnos a casa. Sin embargo, no lo hizo sino hasta luego de varios minutos de haber estado hablando con los chicos. 

Todos se acercaron a mí, incluyendo Lydia.

Al ver a la muchacha pelirroja, me di cuenta de que todo esto de Kate y los Berserkers había mantenido mi mente ocupada. Tanto, que hasta me había desviado de mi objetivo principal, proteger a Lydia. El hecho de que estaba enojada con Stiles, Scott conmigo y el mal presentimiento de la novia de mi hermano, Malaia o como se llamara, no iba a impedir que le explicara a todos lo que en verdad había venido a hacer aquí.

Ya era hora de acabar con las mentiras de una vez por todas, tal vez de esa forma podríamos aclarar todas mis dudas sobre la vida de los chicos mientras yo estaba fuera.

—Escuchen... chicos. —comencé a hablar mientras tocaba los dedos de mis manos con nerviosismo. —Debo decirles algo y quiero que estén en mi casa para ello. Es de verdad importante. —miré a Stiles con las facciones de mi rostro serias, tratando de decirle que lo que anteriormente había hecho, me había caído pésimo.

Ninguno de ellos me respondió, en cambio, se dirigieron a sus vehículos. Scott en su moto con Kira, Lydia en su auto junto a Malaia y yo en el Jeep junto a mi hermano. Sin decir nada, encendió el motor del auto y comenzamos a andar por las calles de Beacon Hills.

—Los chicos nos esperaran en casa. —explicó.

—De a cuerdo. —observé por la ventana el paisaje de Beacon Hills, mirando con detenimiento las calles del pueblo. Nada de él había cambiado, todo seguía igual a la última vez. O eso creía.




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