- ¿Sabes que ocurrió despues del incendio?
- No
-Perfecto
La aristocracia siempre formó parte de cada celebración que mi familia ofrecía, la nobleza y arreglo era fundamentales en la presencia de cada miembro de esta repugnante fachada. En un principio el hecho de participar solo se resumía en la monótona espera de la toma de vino, a finalizar podía ir a la cama y olvidarme de su desastroso evento, sin embargo, conforme el tiempo paso, mi presencia fue requerida en otro asunto, uno que fue efectuado posterior al asesinato de mis padres y hermano.
Un hombre había arrebatado el título que adorno mi hogar durante cuatro siglos, y yo perdí cualquier rastro de dignidad humana para ser hundido en la miseria de la esclavitud e inmundicia, no obstante, hubiera preferido trabajar día y noche, ser azotado o incluso asesinado, más no estar en un infierno en el cual cientos de manos se posicionaban sobre un cuerpo que constantemente deseaba desaparecer.
Después de cinco años, pude sonreír genuinamente mientras las llamas se alzaban sobre el viejo imperio, mientras los gritos se esparcían y el humo avisaba la catástrofe; mientras ellos lloraban, yo esbozaba alegria pura, y al final del pasillo, lo note, la figura de aquel hombre arrastrándose y pidiendo ayuda; tan solo pude avanzar, erguirme y topar su mirada suplicante, ahora era yo quien lo veía desde arriba.
No quedo nada más que ruinas y un pequeño diario que ahora era portado por la sombra de lo impoluto; un niño obsesionado.