Storm

Capitulo 3

Fantasmas del pasado.

 

- ¡No pueden llevárselo! - gritaba mientras los seguía.

-Claro que podemos, es un psicópata - respondió el oficial que lo escoltaba.

-Eso es no es una razón- respondí indignada, pero en mi paso, me detuvieron dos oficiales.

-Lia quédate ahí, no hay nada que puedas hacer, ve a casa y busca a los chicos, diles lo que pasó- hablo él, demasiado serio para mi gusto, pero no hice más por intentar zafarme de los oficiales.

-No voy a dejar que te hagan daño- dije mientras lo subían a la patulla, los oficiales me soltaron y yo corrí al auto pegué mis manos en la ventana-. Lo prometo, te amo.

-Lo sé.

 

   Desperté en una cama, mi cabeza me dolía, intenté moverme, pero todo a mi alrededor daba vueltas, sin contar que me dolían hasta partes que no sabía que podían doler, comenzaba a abrir los ojos de a poco, pues las luces me lastimaban, miré a mi alrededor, esta no era mi habitación, y la bata que llevaba confirmaba lo anterior, estaba en un cuarto de paredes blancas, había una sola ventana de mi lado derecho, debajo estaba un pequeño sillón y sobre este una cobija echa bolas.

   Me intento sentar, pero una pulsada en mi brazo me alerta de que algo no está bien, y cuando miro, puedo ver una aguja salir de esta, y aquí es cuando escucho los pitidos de una máquina, es un sonido constante y tranquilo.

En ese instante se abre la puerta.

- ¡Oh, estas despierta! - por su uniforme sé que era una enfermera-. Llamare al doctor- termino de decir con un tono neutro y esa sonrisa que te dice “todo estará bien”.

   Ella salió, dejándome sola, seguía sin tener una idea de lo que pasaba, en mi mente retumbaba el sonido de la máquina, e imágenes vagas de ir corriendo en un pasillo, un estruendo y el piso moverse hicieron que mi cabeza colapsara.

   Imágenes vagas seguían cuando una luz me trajo de vuelta, escuchaba murmullos, los cuales poco a poco comencé a distinguir como las voces de mis padres, mis padres, ellos se iban a México, con un nuevo socio para la empresa, ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

- ¿Cordelia?, ¿sigues con nosotros?

   Creo que no.

   Parpadeo un poco hasta que las imágenes son claras, y veo a mis padres de pie al final de mi cama, y un señor anciano enfrente de mi con un rostro neutro y barba de unos días, hace mucho contraste con la imagen de mis padres, parece que ellos siempre despiertan perfectos.

   Asentí un poco, o eso creo haber hecho, pues la mirada del doctor se suavizo.

-Sus sentidos responden correctamente, pero por ahora debe descansar- dijo dirigiéndose a mis padres.

-Gracias doctor.

   Este salió de la habitación, dejándome con todas mis dudas.

- ¿Lia? –dijo mi padre, y yo gire a verlo, como pude pregunte.

- ¿Cuánto llevo así? – note mi voz rasposa y seca.

-tres días

- ¿Qué paso?

-Es lo que esperamos que tú nos respondas – respondió mi madre sentándose en el sillón.

- ¿Yo?, ¿Por qué?

-Creen que has sido quien hizo explotar todo.

   ¿Qué cosa tan ridícula están diciendo?, en qué cabeza cabe que haya hecho algo así, no recuerdo mucho, pero creo que soy lo suficiente lista para como para no terminar en el hospital.

Aunque puedo tener antecedentes, no soy pendeja.

- ¿Por qué haría algo así?, no tiene lógica.

-No, no la tiene, pero son los mismos patrones de él- respondió de manera dura mi padre.

-Aja, tú lo dijiste, de ÉL, no mías, yo no hice nada- la maquina comenzó a emitir pitidos más rápidos.

   ¿Cómo podían imaginar que haría algo así?, sí, lo admito, por semanas quería hacer algo tan grande para poder ir a donde él estaba, pero luego de su última carta, no daban ganas de nada, todo se vino abajo, junto a las inmensurables ganas de seguir despierta.

   Si esta conversación hubiera sido hace meses, les aseguro que lo haría, prepararía una gran pendejada solo con estar a su lado, pero de que sirvió seguir si él ya no quería, si él, que tanto me hizo jurar que no lo olvidaría, que me prometió volver y tener mi tan esperado futuro juntos, nada valía la pena y por días estar parada a la orilla de una cornisa era más terapéutico que la psicóloga que me habían asignado.

   Pero claro, todos piensan que soy yo, porque era la novia del psicópata, porque era a la chica que él enamoro para hacer todos sus crímenes, que creían que había algo mal conmigo, y solo por eso ya se dan todo el derecho de juzgar.

-Te llevaremos a declarar- dice mi madre luego de unos minutos.

-La enfermera dijo…

-No me importa lo que la enfermera diga, el oficial Clare te quiere ver hoy- fue lo último que dijo mi padre antes de dejarme una maleta de ropa y que ambos salieran.



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En el texto hay: londres, italiana, lluvia

Editado: 23.04.2022

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