Storm

IV

Abril 2019

   He salido del trauma poco a poco, si bien Aún tengo pesadillas, pero Abel logra calmarme, he podido volver a estar entre sus brazos, aunque en las noches no pueda soportar tenerlo junto a mí, él lo comprende y comúnmente se queda en el sofá del departamento.

   El piso cuenta con tres minis recamaras, las cuales solo tienen un colchón, un par de estantes y una pequeña televisión y como están construidos por encima de todo lo demás, no hay espacio de que él pueda dormir a un lado del colchón y como es el más cerca a la pequeña sala, se suele dormir ahí. Aunque más de una vez me he obligado a aguantar estar a su lado. Su presencia me calma, aunque una parte de mi quiera correr.

   Luego de la detención del idiota, su mujer lo acuso de violencia doméstica y varias chicas lo acusaron por violación, yo no me atreví a contar mi historia, pero si me acerque a su esposa y aunque no hubiera pruebas de una agresión física, mi nombre también ayudo a que el jurado no tuviera piedad. Le dieron al final cincuenta años de prisión y aún no acababan con su sentencia.

   Justo ahora estoy en el departamento viendo como se lo llevan al reclusorio, los medios le estaban dando cobertura no solo por quien era, ni por lo que hizo, sino porque la sociedad había lanzado un mensaje de que se presentarían para hablar con los medios, pues se supo que ellos fueron quienes sacaron a la luz todo lo que había hecho.

   La mayoría de personas estaban vestidas de negro, todas y cada una de ellas eran parte de la sociedad, Nicol y Will estaban ahí, dijeron que querían estar con los demás, había más personas, entre ellas feministas, reporteros y personas que solo fueron de chismosas.

Se había corrido el rumor de que el líder de la sociedad iba a dar un mensaje, pero eso era falso, pues Abel estaba en la cocina preparando su famoso sándwich de queso, pensé que iría con ellos, le dije que yo podía quedarme aquí, nadie tenía idea de donde era su guarida, pero dijo que no, que prefería estar conmigo y cuidarme en persona. Volvió a la cama cuando al imbécil lo sacaban del edificio, iba con sus abogados, algunos policías y detrás quien supuse que era el detective que llevo el caso.

-Ahora si viene la diversión –dijo Abel dejando el plato en el colchón y pasándome una cobija por mis hombros de manera automática.

- ¿Qué planearon? –pregunte sonriente.

-Ya verás Cordelia –respondía pasando un mechón de mi cabello detrás de la oreja, aunque este se negó a quedarse ahí.

   Seguimos mirando la televisión, cuando el detective comenzó a hablar, menciono los detalles del caso, algunos datos generales y de repente ya no se escuchaba su voz, todos se extrañaron y se veía como los camarógrafos movían los micrófonos, en el noticiario no sabían que pasaba, cuando de repente se escuchó fuerte y claro la voz de Abel, no la real, una robotizada y en la pared del ministerio se alzaban imágenes de guerra, destrucción, abuso y demás.

-Me alegra tanto que hayan venido todos aquí, para empezar, ¿no creyeron que me presentaría o sí? Así como ustedes cuidan su imagen en Instagram, yo debo cuidar de la mía, si me atrapan, idiotas como el que esta frente a ustedes seguiría en las calles, abusando de su mujer y de muchas de nuestras jóvenes.

   Me gire a verlo y él me sonrió.

-Pero aún quedan muchos como él en la calle y no me detendré a hasta que paguen, hasta que se haga algo, pero antes déjenme darles un aplauso querido jurado, su sentencia si bien no es justa, recibirá mucha justicia en prisión, espero no te preocupe que los internos se desestresen contigo –no pude evitar reírme ante eso.

-Ahora, mi gente tiene ordenes no harán nada a menos que se les ataque directamente, gente, siéntase segura entre ellos, hacen mejores cosas que este gobierno, y queridos gobernantes, no crean que los he olvidado, mi propuesta sigue en pie.

   De repente todo volvió a la normalidad, los policías ya comenzaban a desplegar a las personas y otros ya habían subido al delincuente a una patrulla, el noticiero corto la imagen y siguieron con la programación.

   Luego de eso todo volvió medianamente a la normalidad, como había dicho, poco a poco había estado saliendo adelante y parte de esto hizo que comenzara a hablar con un chico vía Instagram con un chico, al parecer es mexicano y lleva unos meses viviendo en Londres, ¿en qué parte?, no tengo idea.

- ¡Regresamos! –grito Erick al entrar al piso

- ¿En serio? No nos habíamos dado cuenta, les dijo Abel mientras bajábamos.

-Imbécil.

- ¿Vieron todo? Ayude a poner el video –dijo divertido Will.

-Sí, por suerte no te equivocaste –respondí riendo, a lo que él me enseño la lengua y se recargo en Oliver, eran muy lindos juntos.

-Es bueno volver a verte sonreír –comentó Erick.

-Ese idiota recibió su merecido, y lo seguirá pagando haya adentro, esa es una buena razón.

 

 

Mayo 2019.

   Hoy es un día nuevo, hoy los chicos y yo haremos el último viaje a Bristol, es la última ida por mi proyecto, el cual termino siendo un documental con una galería de fotos. Mañana debo entregarlo, me prestaran la cancha de basquetbol de la escuela y bueno, aunque voy un poco contra reloj, pero si lo logro.



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En el texto hay: londres, italiana, lluvia

Editado: 23.04.2022

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