Storm

Capítulo 3


 


Si, quizá no era el trato que estaba esperando pero acabo de caerle encima al pobre chico, su piel se está tonando de un rojo preocupante y una risa hace que desvíe la vista de su hermosa cara. El rubio que antes parecía aburrido por la caminata sostiene su estómago como si ya empezará a dolerle de tanta risa. Me levantó rápidamente y acomodo mis vestido. No tengo el valor de levantar mi mirada hasta que hablan.

—No sabía que el bosque habitaban chicas voladoras.—habla el chico en el que caí, su rostro esta serio y su ceño fruncido adorna su rostro. Me tomo un tiempo mirándolo, es alto y musculoso no como "la roca" pero parece un atleta de un metro noventa. Arreglo mi cerquillo porque al parecer mis manos no pueden estar quietas.

—Yo no quería caerme sobre ti.—digo lo primero que se me viene a la cabeza y suena patético, el chico frente a mi me da una sonrisa ácida.—O sea, no quería caerme de ninguna forma.

—Entonces no deberías haber estado trepada en un árbol como un mono.

Lo miró con recelo, ha hecho una broma, supongo, pero no ríe así que no es no es una broma. Su amigo a su lado me da una sonrisa amable pero no me fío.—Soy Michael, chica voladora.

Asiento sin saber qué hacer, el chico a su lado hace un gesto hacia mi para  que continúe. Quiere saber mi nombre pero no quiero así, quizá, mi vergüenza sería menos y gracias al cielo mi celular suena.

Maxon.

—Bueno, esta es una señal para irme.—susurro para mi, levantó mi vista a ambos y me despido.— Adiós y olviden los últimos minutos porque les aseguró que yo ya los olvide.

Hago mi camino de regreso y no escucho pasos tras de mí.

Bien Kae has quedado como un bicho raro.
 

(...)

Cuando llego al departamento siento aun la vergüenza y también, la intensa mirada del chico de ojos azules, James. No necesito presentarse Michael lo menciono antes de caerme.

—¿Debería preocuparme el hecho de que te quedes ahí mirando al vacío?—miró molesta a Maxon.—Yo creo que no.

—¿Dónde estabas?— me tiró a su lado en el pequeño sillón y le quito las palomitas. Mi lengua parece querer desconectar con mi cerebro y contarle lo que pasó en la tarde, esos ojos azules hermosos y molestos me seguirán hasta que no lo cuente pero es Maxon y si se entera se pondrá en modo hermano así que descartado.

—Eso debería preguntar yo ¿Dónde estabas Kaelyn, se suponía que venías a descansar y acabas de llegar?— me mira con ceñudo, ¿porque todos deben de mirarme así hoy?— ¿Acaso estabas con Simon?

—Y acabas de ganarte el premio a la  pregunta más estúpida del día.— le doy una sonrisa ácida.—sabes perfectamente que él está con Mackayla.

—La cual hará una fiesta y estamos invitados.

—Si, no me lo recuerdes.— me aglomeró de más palomitas quejándome por que la señorita organizara el baile perfecto. No odio a Mackayla, es más, me parece una buena chica pero hay ese algo (Simon) que no me deja ser amigable con ella. Quizá sea el hecho que la madre de Simon dice que es una señorita aceptable mientras que yo... pues yo solo soy una chica. Ah, como odio a esa mujer.—En realidad, no quisiera ir.

—¿Hace cuánto no sales a una fiesta o en este caso, a una fiesta en la que se invirtió miles de dólares y en el que posiblemente habrá hasta esos que saltan y dan piruetas por el aire o una banda conocida? 

Lo miró unos largos segundos.— Por la única banda que iría sería por BTS y dudo que viajen desde Corea solo por Mackayla.

Maxon ríe y me da uno pequeños golpes en la cabeza.— Y si vinieran por ella y no por ti romperían tu corazón ¿No es así?

—Suficiente para mi escuchar tus estúpido comentarios y ver tu estúpida cara, adiós.— me llevo conmigo el tazón de palomitas y me voy muy digna pero por dentro sintiéndome como una niña de cinco años a la que han quitado su muñeca y se va a quejar con su madre pero yo no tengo madre.

—Putos todos.

(...)

Debería saber que la suerte nunca está de mi lado.

Y hoy es un buen día para recordarmelo.

James, si él chico al que le caí encima está frente a mi pidiéndome un café y yo solo puedo decir:

—Enseguida.

James me mira serio, con eso ojos azules tan intimidantes y asiente, se va a una mesa y en el recorrido la vista de muchas y muchos se posan sobre él. Mientras que Luke atiende a otra clienta le da un pequeño vistazo y hace una mueca, a Luke no le gustan los forasteros y James no tiene la pinta de un joven de ¿cuánto? ¿22? ¿24? que suelen venir. Lleva una camisa azul oscuro y un pantalón formal. 

Que formalito.

Me arreglo el cerquillo y me digo que suficiente es que tenga un recuerdo muy raro mío como para que me vea despeinada.

Si, solo es eso.

—Asi que puedes ser una persona civilizada fuera del bosque.— me habla cuando pongo su café en la mesa.

Me enfadó, pero que se ha creído este.—Pero tú sigues siendo un grosero conmigo.

Una risa profunda brota de él y me mira mientras que toma un sorbo, pienso en retirarme y cuando volteo me responde.— Es difícil ser cortés con alguien que no me agradeció por haber alivianado o mejor dicho, haber sido prácticamente una almohadilla para que salgas ilesa.

Tenía razón pero el chico me dijo mono e incivilizada así que el gracias se fue con eso así que con toda la dignidad que en estos días no respondí.

Es lo más sensato.

Lo dejaría ahí y olvidaría que él estaba ahí.

—Te faltó el azúcar.

Se me salió un gruñido y avancé hacia el mostrador y unos minutos después James se fue no sin antes darme una sonrisa que me sugerían darle un golpe. Un golpe a esa perfecta sonrisa malévola.

Cuando se acabó  mi turno y me despedía de Luke con una burla más sobre esa gorra suya entró Mackayla con un chico que en definitiva no era Simon. El chico tenía una cara de aburrimiento que se opacaba al lado de la gran sonrisa que llevaba Mackayla. El chico tenía el cabello castaño como ella, era alto y flacucho, llevaba unos lentes y tenía todo el aspecto de un nerd con su camisa y pantalón, es más tenía esa vibra que rodeaba a James, toda esa formalidad. En realidad, se parecía mucho a Mackayla, esas facciones tan finas...




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